viernes, 18 de julio de 2025

Francesca Albanese sancionada porque en el mundo libre decir la verdad es el verdadero crimen

Bienvenidos a la nueva era del derecho internacional a la carta, donde los verdugos son homenajeados y quienes denuncian masacres son sancionados. Esta semana, el gobierno de los Estados Unidos, adalid planetario de la libertad, los derechos humanos y la diplomacia con drones, ha decidido imponer sanciones a Francesca Albanese, relatora especial de la ONU sobre los territorios palestinos ocupados, por cometer el más imperdonable de los crímenes: atreverse a decir que el genocidio es genocidio.

¿Su delito? Denunciar, con pruebas, cifras y algo tan escandaloso como el derecho internacional, que lo que ocurre en Gaza desde octubre de 2023 no es una “operación quirúrgica” ni una “respuesta desproporcionada”, sino un exterminio sistemático de civiles. Pero en el manual occidental de decencia política, denunciar un crimen de guerra es lo mismo que apoyar a los criminales. Así, Albanese ha sido acusada, faltaba más, de “apoyar a Hamas” y de “antisemitismo” porque, claro, en este teatro global, todo aquel que condene la limpieza étnica ejecutada por “el pueblo elegido” (no se sabe bien por quien), es automáticamente sospechoso de herejía ideológica.

Albanese: Relatora o terrorista encubierta, según la CNN

Lo más patético no es solo que una funcionaria de la ONU sea sancionada por hacer su trabajo, sino que además tenga que defenderse de cargos tan sofisticados como “pensar diferente” o “mostrar empatía con los muertos equivocados”. En el nuevo orden moral, no importa cuántos niños palestinos mueran bajo los escombros: el verdadero escándalo es decirlo en voz alta.

Y mientras la maquinaria mediática etiqueta a Albanese como “controvertida”, el expresidente Donald Trump, sí, el mismo que intentó un golpe de Estado en su país, levanta sanciones a Abu Mohammad al-Jolani, ex yihadista con currículum en Al-Qaeda y nuevo rostro de la “estabilidad” en Siria. Es decir: una relatora de derechos humanos que condena un genocidio es sancionada, pero un criminal de guerra con barba perfilada y traje occidental es recompensado.

Terrorismo: ¿malo? Solo si no sirve a la narrativa

Hay’at Tahrir al-Sham, brazo reciclado de Al-Qaeda, ya no es un grupo terrorista, sino un “actor pragmático”, según Londres. Mientras tanto, Albanese es una amenaza para la paz mundial porque insiste en llamar exterminio a lo que otros llaman “defensa legítima”. Porque sí, en este universo invertido, matar 40.000 palestinos es un deber sagrado, pero llorarlos en público es incitación al odio.

Y así llegamos al absurdo total: denunciar crímenes de guerra cometidos por aliados es antisemitismo. Defender el derecho a la vida de un pueblo bajo asedio es propaganda de Hamas. Y negarse a aplaudir un genocidio es terrorismo moral.

Gaza, Líbano, Yemen, Irán: el buffet del fuego justificado

Mientras la voz de Albanese molesta, Israel sigue arrasando Gaza, bombardea Líbano, ataca Siria, castiga Yemen y amenaza irascible a Irán, todo bajo la amable mirada de los que reparten premios Nobel de la Paz y armas al mismo tiempo. No hay hipocresía. Hay coherencia imperial.

La defensa de la legalidad internacional es válida solo cuando sirve a la hegemonía occidental. Si no, es terrorismo encubierto. Los principios universales tienen fronteras, cláusulas y cláusulas adicionales. Y Albanese se saltó todas al poner sobre la mesa una pregunta incómoda: ¿cuántos muertos más hacen falta para llamar a esto por su nombre?

Conclusión: la herejía de tener conciencia

La sanción a Francesca Albanese no es un error. Es un mensaje. No se persigue a Albanese por mentir, sino por no hacerlo. En este mundo, el verdadero crimen es tener conciencia en voz alta. Y si además esa conciencia osa criticar al Estado de Israel, entonces prepárate para que te llamen antisemita, aunque cites el artículo 2 del Estatuto de Roma con la misma precisión con la que ellos aprietan el botón del dron.

Porque sí: en esta tragicomedia global, los genocidios se justifican, la resistencia se criminaliza, y la compasión por las víctimas no autorizadas se convierte en motivo de sanción. Albanese pasará a la historia como la mujer que fue castigada no por lo que hizo, sino por lo que no calló.

Y eso, para el imperio, es lo más imperdonable.

jueves, 17 de julio de 2025

Si VOX gobernara, deuda por las nubes y pensiones de miseria

El partido de extrema derecha español ha publicado su programa económico cargado de propuestas ultraliberales cuya falta de fundamento y efectos nocivos ya se han puesto de relieve en muchas ocasiones. Comentaré ahora sólo una de ellas que tendría consecuencias especialmente catastróficas si se llevara cabo: sustituir al actual sistema de pensiones públicas basado en el reparto (es decir, las personas empleadas actualmente financian con parte de sus sueldos la pensión de las ahora jubiladas) por uno basado en la capitalización (cada persona ahorra, se invierte ese ahorro en mercados financieros y al final de la vida activa se recupera lo ahorrado como pensión).

Voy a empezar la crítica por el final. La primera vez que se puso en marcha un cambio de esa naturaleza fue en Chile con la dictadura de Pinochet. Significativamente, el cambio hacia la capitalización se impuso a toda la población trabajadora, menos a los militares y a la policía, cuyas pensiones todavía siguen garantizadas por un sistema de reparto. ¿Por qué fue así, si la capitalización es tan ventajosa?

Las razones están claras. El sistema de reparto es mucho más seguro, más económico y mucho más equitativo. Estas son, expuestas muy breve y claramente.

– El sistema de capitalización tiene aún más riesgos que el de reparto. La financiación de este último puede verse afectada por el envejecimiento y, como sucede ahora, por la baja productividad o gran desigualdad que reduce la masa salarial. Pero se puede financiar, además, por vía de impuestos generales. Sin embargo, el sistema de capitalización puede fallar cuando hay crisis económicas, inflación o mala gestión de sus administradores, circunstancias que son cada vez más frecuentes en el capitalismo de nuestros días. Las personas que optaran por fondos afectados por esas situaciones, perderían sus pensiones o sólo recibirían unas de muy pequeña cuantía.

– El cambio de un sistema a otro es tremendamente costoso por una sencilla razón: durante mucho tiempo, quizá treinta años o más, habría que seguir pagando las pensiones de reparto sin que se estuviran recaudando cotizaciones sociales. Esto costaría tanto que hasta los más fervientes defensores de la capitalización han desistido de proponerlo para llevarlo a la práctica en España. Algunos cálculos estiman que podría costar el equivalente a nuestro PIB actual (1,6 billones de euros) en varias décadas, o quizá más, dependiendo de la velocidad del cambio y de las reformas complementarias que se hicieran. La deuda española y el gasto añadido por intereses se dispararían. En realidad, son inasumibles.

– La mayor parte de los españoles no tendrían pensión al jubilarse o solo tendrían una mucho más reducida que la proporcionada por el sistema actual.

Para disponer de dinero suficiente para la pensión por el método de capitalización hay que ir ahorrando a lo largo de la vida. ¿Y quién puede ahorrar lo suficiente? No es fácil estimarlo, pero veamos un ejemplo.

Una persona de 35 años que hoy día ganase 2.250 euros al mes (prácticamente el sueldo medio en España) tendrían que ahorrar 510 euros mensuales y dedicarlos a un fondo de pensiones para tener una pensión equivalente al 80% de su sueldo desde que tuviera 67 años hasta los 87, sin interrupción. Es decir, un 22,6% de su sueldo. Para obtener una pensión equivalente al 60% de su sueldo actual, este porcentaje debería ser del 17%.

Según la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística y otras investigaciones, entre el 45 y el 50% de la población española no llega a fin de mes, o tiene grandes dificultades para conseguirlo. Por tanto, de ningún modo podría ahorrar esa cantidad. Teniendo en cuenta que el nivel medio de ahorro de las familias españolas no supera el 15% de su renta, se puede estimar que no más del 25%, como mucho, de nuestra población estaría en condiciones de financiarse un fondo de ahorro privado que le garantice una pensión mínimamente digna. Esa es también la razón por la que las propuestas de recurrir a la capitalización como sistema complementario están condenadas al fracaso porque la mayoría de la población no tiene renta disponible suficiente para ahorrar semejantes cantidades.

Se puede argumentar que podría dedicarse a financiar el ahorro la totalidad de las cotizaciones sociales, pero eso significa que tendrían que añadirse fondos adicionales para cubrir otras prestaciones que cubre la Seguridad Social, si es que se quisieran mantener.

El sistema de capitalización no es rentable.

En su programa económico, VOX propone que exista un «fondo de pensión público con criterios de rentabilidad privada» y esto es otro de los engaños habituales de quienes defienden este sistema.

El ahorro a través de los fondos privados sólo es rentable para sus administradores y grandes patrimonios y nunca con toda seguridad.

Una investigación independiente ha mostrado que sólo 99 fondos de los 393 con 15 años de historia en 2023 (25,2%) habían tenido una rentabilidad superior a los bonos del Estado, 57 (14,5%) a la del IBEX, y 9 la tuvieron negativa. Para ser más rentables deben invertir en productos inseguros y eso no sólo convierte sus patrimonios en más arriesgados y expuestos a quiebras, sino también en motores de inseguridad y volatilidad que extienden por todo el sistema económico, cuando actúan como canalizadores de la inversión especulativa. Esto último provoca las crisis financieras que destruyen sus patrimonios y producen pérdidas cuantiosas a los ahorradores. A poco que caigan las bolsas o haya crisis, lo que suele ocurrir cada vez con más frecuencia, la rentabilidad de estos fondos se desvanece.

Además, hay otros factores que reducen la rentabilidad de los planes de capitalización: las comisiones que suelen ser altas; los costes de convertir la cantidad ahorrada a una renta vitalicia, en lugar de recuperarla de un golpe; y los impuestos (dejando a un lado, lo injusto que resulta que este tipo de fondos tengas ayudas fiscales).

– La capitalización cubre más costosa o difícilmente, o simplemente no cubre, otros riesgos que sí cubren los sistemas de reparto, como la viudedad, la orfandad y la invalidez.

– El envejecimiento afecta a la solvencia de un sistema de reparto, ciertamente. Pero también al de capitalización: si llega un momento en que las personas jubiladas son muchas, debe haber mucho más ahorro para convertir en líquidos sus activos ahorrados. Pero, si hay menos empleadas que estén ahorrando habría una dificultad semejante para hacer líquidos, en forma de pensión, los fondos acumulados.

La propuesta de privatizar la financiación de las pensiones mediante métodos de capitalización sólo trae consigo menos pensiones, pensiones más bajas para quien pueda financiárselas, riesgo financiero y de crisis económicas y costes extraordinarios para los gobiernos, todo lo cual se traduce en empobrecimiento y aumento de la deuda.

Lo anterior está perfectamente documentado y se sabe a la perfección, pero estamos hablando de un negocio gigantesco para el sector financiero. Este es quien apoya y financia el gran fraude que consiste en hacer creer que el sistema de pensiones públicas basado en el reparto es insostenible a causa del envejecimiento de la población, porque depende sólo de la relación entre el número de cotizantes y de pensionistas. Haciéndolo creer, pueden justificar su privatización para utilizar en su beneficio el gran volumen de dinero que mueven las pensiones.

Si bien es es obvio que el envejecimiento de la población influye en la sostenibilidad, es fácil demostrar y está ampliamente comprobado que depende principalmente del incremento de la productividad, del volumen de masa salarial y de cómo se reparte el valor de lo producido. Y, además, si no fuese suficiente con ello, las pensiones públicas siempre se pueden financiar por impuestos generales, lo cual significa que su sostenibilidad depende de una decisión política y no de circunstancias financieras.

Lo que pone en peligro la sostenibilidad del sistema de pensiones públicas basado en el reparto no es que que haya cada vez más pensionistas en relación con los cotizantes, sino el crecimiento exagerado de las finanzas en perjuicio de la actividad económica real de producción de bienes y servicios, lo que reduce la productividad, y aumenta la precarización del empleo y la desigualdad que disminuyen la masa salarial. Y, además, la negativa de los grandes capitales y patrimonios a sufragar los gastos generales en función de su capacidad de pago y su rechazo de los principios más elementales de equidad y solidaridad.

Los partidos políticos que desean que la totalidad de las personas dispongan de ingresos dignos al dejar de trabajar apoyan el sistema de reparto acompañado de un sistema fiscal justo y progresivo y políticas que combaten el privilegio de las finanzas y la desigualdad. Los que defienden los intereses de la banca y del sistema financiero, defienden con engaños su privatización y los métodos de capitalización porque ponen por delante el beneficio financiero y les da igual que la gente deje de cobrar pensiones o que cobre cantidades miserables.

Como dije al principio, se sabe perfectamente que es así, y por eso el mejor y más seguro sistema de reparto se mantuvo para militares y policías en la dictadura de Pinochet, y todavía está vigente para ellos.

En Estados Unidos han votado a Trump millones de personas que ahora han sido deportadas, van a serlo, están perseguidas, o van a perder su atención sanitaria. En España, cientos de miles de personas con salarios y condiciones de trabajo miserables votarán a un partido como VOX que propone reducir salarios y que acabaría con sus pensiones si gobernase. Al menos, hay que reconocer que la extrema derecha tiene mérito a la hora de engañar a la gente.

miércoles, 16 de julio de 2025

Aun es posible la alegría

Debo el título de este artículo a mi amigo, ya fallecido, el escritor navarro José María Cabodevilla. Es el titulo de uno de sus 33 libros. Lamentablemente, al ir a buscar el ejemplar en mi biblioteca, no lo he encontrado, aunque lo he tenido y leído. Quería citar alguno de sus párrafos. Será para otra ocasión.

Veo en el título tres partes esenciales. En primer lugar el adverbio “aun”. Lo considero pertinente en estos momentos porque la situación mundial en la que estamos inmersos es aterradora. Miles de muertos, muchos más miles de infectados, miedo metido en los huesos, derrumbe de la economía, insolidaridad en la gestión de la crisis, actuaciones irresponsables de ciudadanos y ciudadanas que desoyen no solo las recomendaciones sino las órdenes… Pues bien, a pesar de todas esas terribles circunstancias, aun podemos mantener la alegría. Luego diré por qué.

En segundo lugar, aparece la expresión “es posible”. Lo cual quiere decir que no es seguro el alcance de esa meta a la que deseamos llegar. Porque hay que trabajar de manera perseverante, inteligente y esforzada. La alegría no es un regalo, es una conquista. Decía Mahatma Ghandi: “La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha y no en la victoria misma”. Cuando digo que es posible estoy pensando en que, si no hay esfuerzo inteligente, puede ser que no se consiga. “Llegué por el dolor a la alegría”, afirmaba el poeta José Hierro.

Los actos aislados y colectivos de heroísmo, y de generosidad que se están produciendo son innumerables. Esos actos hacen posible la alegría. Hablo de heroísmo no en términos figurados sino estrictos. Personas que arriesgan la propia vida para salvar la ajena. Y hablo de generosidad. Empresas que, a pesar de que la situación económica es incierta, destinan tiempos y materiales de forma gratuita para satisfacer necesidades apremiantes. Mi cuñado Antonio Gámiz ha puesto su fábrica textil Bassette a producir mascarillas que el Ayuntamiento de Priego de Córdoba repartirá a las personas que las necesiten. Los padres de mi amiga Irene Martín Ruano entregan su habilidad y su tiempo para confeccionar mascarillas para el Centro de Salud de El Palo. Mi suegra y su hermana le hacen un bizcocho a la farmacéutica que les lleva las medicinas a domicilio. Mi amigo Antonio Molina, policía local de Rincón de la Victoria, me cuenta con emoción que acude con sus compañeros a felicitar a quien cumple años para celebrarlo comunitariamente desde la calle… Por poner algunos ejemplos cercanos. Hay quien dona dinero, quien ofrece tiempo, quien entrega ayuda y afecto a quienes lo necesitan. Innumerables hechos que propician y justifican la alegría.

En tercer lugar, nos encontramos con el concepto nuclear del título: “la alegría”. La alegría es un sentimiento de placer producido por un suceso favorable que suele manifestarse con buen estado de ánimo, la satisfacción y la tendencia a la risa o a la sonrisa. Henry Bergson dice que “la alegría anuncia siempre que la vida ha triunfado, que ha ganado terreno, que ha conseguido una victoria: toda gran alegría tiene un acento triunfal”.

Dice el novelista español Benjamín Jarnés, escritor de la Generación del 27, que “el júbilo verdadero solo se adquiere a costa de un dolor vencido”. Estoy seguro de que podremos vencer la angustia, el miedo, el sufrimiento y la desesperanza de esta horrible crisis.

Existe diferencia entre felicidad y alegría. La felicidad es un estado emocional que causa un efecto permanente y estable debido a la importancia personal que se entrega a las causas de dicha felicidad. Una persona puede ser feliz, por ejemplo, por la familia que tiene y otra puede serlo al alcanzar una posición laboral deseada.

La alegría es un estado emocional momentáneo y espontáneo. La alegría es considerada una emoción, o sea, una reacción física instintiva. A pesar de ser temporal, la alegría es necesaria como una forma de enfrentar la vida, como camino para alcanzar la felicidad.

Qué alegría, decimos cuando nos dan una buena noticia, cuando henos conseguido un éxito o cuando nos visita un amigo. Pues bien, espero que pronto podamos recuperar alegrías que nos han abandonado: la alegría de viajar, de asistir a un concierto, de ir al cine a ver una película con los amigos, de salir a cenar al restaurante favorito, de dar un largo paseo por las calles de la ciudad o por el monte, de preparar con esmero las próximas vacaciones, de salir de compras sin miedo alguno, de asistir a una conferencia o a la presentación de un libro…

Mientras tanto podemos disfrutar de muchas otras que la prisa o el ajetreo nos robaban: la alegría de leer durante horas, de ver una película en familia, de hacer algunas llamadas para recuperar una vieja amistad, de charlar largamente con los hijos, de ordenar aquellos viejos materiales, de poner orden en los ajetreados recuerdos, de dormir unas horas más, de descubrir todos los rincones de la casa, de repasar las fotografías de antiguos viajes, de emprender una actividad manual, de reparar aquella mecedora renqueante, echar unas partidas de parchís…

Tengo abierta por la página 178 el libro de Jaume Soler y M. Mercè Conangla titulado “La ecología emocional. El arte de transformar positivamente las emociones”. Y leo lo siguiente: “Escoger la alegría como la mejor opción para vivir es una elección que hay que renovar cada día de forma consciente. Es la decisión de levantarnos y elegir un filtro brillante y transparente o uno opaco y gris”.

Cuenta a continuación la historia del discípulo de un venerable sabio que estaba sorprendido de que su maestro estuviese siempre sonriente y feliz a pesar de las dificultades que vivía. Un día le dijo:

– Maestro, ¿cómo es que se te ve siempre tan contento y satisfecho?

El maestro contestó:

– Cada mañana, cuando me despierto, me hago esta pregunta a mí mismo: ¿qué elijo hoy, alegría o tristeza? Y siempre elijo alegría.

Aun es posible la alegría. Hay motivos indiscutibles. El descenso de la curva del contagio, la escalada imparable de curaciones, la disminución diaria de fallecidos, la búsqueda apresurada de antídotos y vacunas, el trabajo heroico de los sanitarios, la multiplicación incesante de acciones solidarias, la convivencia familiar, el tiempo libre para actividades de ocio, la próximas salidas de los niños y las niñas, la esperanza del regreso a la vida normal, el aprendizaje online de la mano de maestros y maestras sacrificados y entusiastas…

He leído recientemente la novela finalista del último premio Planeta 2019, “Alegría”, del aragonés Manuel Vilas. En la página 145 se puede leer: “Porque la alegría es mi responsabilidad como ser humano. Es la fundación de mi naturaleza”. En la penúltima página desea el autor que la alegría sea contagiosa, “con un contagio que vaya de un ser humano a otro ser humano en una cadena sigilosa”. Y yo añado: ojalá se contagie la alegría con más celeridad y eficacia que se transmite el coronavirus.

Mario Benedetti habla con su admirable sensibilidad poética de la alegría:

“Defender la alegría como una trinchera/ defenderla del escándalo y la rutina/ de la miseria y los miserables/ de las ausencias transitorias/ y las definitivas/ defender la alegría como un principio/ defenderla del pasmo y las pesadillas/ de los neutrales y los neutrones/ de las dulces infamias/ y de los graves diagnósticos/ defender la alegría como una bandera/ defenderla del rayo y la melancolía/ de los ingenuos y de los canallas/ de la retórica y de los paros cardíacos/ de las endemias y las academias/…”. He querido acortar esta cita. Y no he podido hacerlo antes. A medida que iba transcribiendo me invadía el temor de que yo no podía decir nada mejor que lo que estaba diciendo en su poema mi admirado Benedetti. Por eso es el poeta quien pone el punto final.

martes, 15 de julio de 2025

_- Parejas y mejora de sus vidas

_- En un boletín el año pasado, sugerí (descaradamente) que una forma de lograr que las parejas hagan su parte justa del trabajo emocional es quedar físicamente incapacitado durante varios meses, como lo estaba cuando estaba embarazada de mi hija menor. Esta semana, Jancee Dunn ofrece una solución más viable para un desequilibrio de carga mental: contratar a un entrenador.

Jancee describió a Matthew Fray, un blogger con sede en Cleveland que escribió una publicación viral en 2016 llamada "Ella me divorció porque dejé platos por el fregadero". Desde entonces, ha comenzado un negocio donde motiva a los hombres a mejorar sus matrimonios. Su entrenamiento no pretende reemplazar el asesoramiento de parejas; Es simplemente el estímulo de un tipo promedio que ha pasado por lo mismo, dice

lunes, 14 de julio de 2025

Marx y los Estados Unidos de América

Fuentes: Rebelión


El hecho de que el “marxismo” sea una teoría que luce proscrita en los Estados Unidos y que el “comunismo” inspire reacciones vitales de todo tipo en la historia contemporánea del país, ha impedido comprender lo que Karl Marx (1818-1883) significó para su sociedad.

Entre 1852-1862 Marx escribió como 500 artículos para el New York Tribune, uno de los periódicos de mayor circulación en el siglo XIX, entre los cuales también constan numerosos artículos de Friedrich Engels (https://t.ly/c-ROU). En esa década Marx estuvo dedicado a investigar a fondo el capitalismo (aún no escribía “El Capital”) y a estudiar una serie de acontecimientos europeos. Por eso, en el periódico se concentró en opinar sobre la situación en Francia después del golpe de Estado de Luis Bonaparte (1851), las luchas nacionales en Italia y Alemania, el papel del Imperio Austrohúngaro, la guerra de Crimea (1853-1856), la expansión neocolonial del imperialismo británico en la India y China (e Irlanda), al que denunció permanentemente. Desde su interés económico analizó la crisis de 1857, el papel de la banca y la especulación financiera, así como las dinámicas del mercado mundial.

En otros medios europeos, en cartas personales y en sus informes para la Asociación Internacional de Trabajadores (la Primera Internacional fundada en Londres, en 1864), incluso por haber dejado su colaboración con el NY Tribune, Marx escribió en forma extensa y detallada sobre la Guerra Civil estadounidense (1861-1865) [https://t.ly/YnR7w ; https://t.ly/B9ZHG]. Siempre se ubicó a favor de la abolición de la esclavitud. Además, cuestionó a la burguesía inglesa por simpatizar con la Confederación esclavista y reaccionó contra Inglaterra que, por defender su dependencia del algodón del sur esclavista, estaba dispuesta a librar una guerra contra los estados de la Unión en el norte. La clase obrera inglesa luchó contra la política de la burguesía nacional a favor de los plantadores esclavistas de los EE.UU. y contra la posible intervención bélica de Inglaterra.

En noviembre de 1864 Marx dirigió una carta al presidente Abraham Lincoln en la cual, a nombre de la Primera Internacional, felicitaba su reelección en estos términos: “a Abraham Lincoln, hijo honrado de la clase obrera, le ha tocado la misión de llevar a su país a través de los combates sin precedente por la liberación de una raza esclavizada y la transformación del régimen social.” (https://t.ly/b6veR). Además, saludaba la abolición de la esclavitud como un hecho histórico, que marcaba las posibilidades de la futura liberación de las clases trabajadoras. Con esta orientación, el 12 de mayo de 1869 Marx también dirigió el “Mensaje a la Unión Obrera Nacional de los Estados Unidos” (fundada en 1866), a fin de respaldar su política de clase independiente (https://t.ly/C32ht) y expresar la solidaridad de la Primera Internacional, que llevaba una clara reivindicación de los derechos de los obreros negros y blancos, por la jornada de 8 horas y por los derechos laborales de las mujeres.

Como agudo y perspicaz estudioso de los temas de su tiempo, Marx igualmente abordó diversos aspectos de la economía y la sociedad estadounidense, como la expansión hacia el oeste, calificando como brutal y racista a la guerra contra los pueblos indígenas. Analizó el papel comercial de los EE.UU. en el mundo. Advirtió el desarrollo capitalista del país y la edificación de una democracia burguesa con estructuras más “igualitarias” (al menos entre blancos) frente a Europa y consideró que ese camino podía crear las condiciones favorables para el desarrollo del movimiento obrero autónomo, capaz de impulsar su liberación definitiva. En El Capital (1867) hay múltiples menciones de Marx a los EE.UU. Y resulta paradójico que mientras tenía a Rusia como una monarquía atrasada, consideraba a EE.UU. un estado social históricamente progresista, donde la esclavitud era su terrible mancha (https://t.ly/eX9KC).

El historiador norteamericano Andrew Hartman en su reciente libro Karl Marx in America (https://t.ly/Rdz55) permite comprender que han existido cuatro momentos en la historia de los EE.UU. en los cuales ha estado presente el pensamiento de Marx: primero, la “edad de oro” (1870-1900), con un marxismo influyente, que acompañó al surgimiento de los partidos socialistas de masas y a los partidos laboristas radicales; segundo, los años treinta del pasado siglo, cuando la crisis económica condujo al New Deal, surgió el Partido Comunista y Marx era leído con fervor; tercero, durante los años sesenta, en medio de la ampliación de los derechos civiles, el ascenso de las izquierdas y la oposición a la guerra en Vietnam, a pesar del macartismo; y cuarto, el que se verifica en la actualidad, tras la crisis de 2008 y otros procesos del presente. El autor tiene una frase concluyente: “As long as capitalism persists, Marx can not be killed”.

Al paso de las referencias que he realizado, en el NY Tribune Marx escribió sobre México (https://t.ly/F5273) para denunciar y rechazar el acuerdo entre España, Francia e Inglaterra para invadir el país a fin de controlar sus puertos y garantizar el pago de deudas a los tenedores de bonos. Se concretó en la intervención francesa (1861-1867) que instauró el imperio de Maximiliano, finalmente derrotado por Benito Juárez.

En todos estos escritos hay un singular comportamiento intelectual del Marx de mediados del siglo XIX que no ha sido bien resaltado: estaba plenamente desarrollada la idea de libertad humana, a partir de su comprensión de la historia concreta y del mundo de su tiempo. En sus escritos periodísticos y en sus grandes obras dejó en claro que la liberación de los trabajadores del dominio del capital era, finalmente, el camino para la libertad definitiva del ser humano.

Y este es un punto fundamental a considerar para hacer frente a la guerra contra el “marxismo cultural” que han lanzado neoliberales y libertarios anarcocapitalistas. Hablan de “superioridad moral” de sus tesis y se apropian de la idea de “libertad”. Pero ninguno de los teóricos de esas ideologías (Eugen von Bohm-Bawerk, Friedrich Hayek, Milton Friedman, George Stigler, Ludwig von Mises, Murray Rothbard, etc.) tiene una sola sílaba de condena al colonialismo, al imperialismo o a la subordinación de otros pueblos. Todos eran macartistas. Ninguno ha estado del lado de América Latina en sus luchas soberanistas e independentistas. Ninguno ha apoyado a los trabajadores, el sindicalismo o los movimientos sociales. Friedman, Hayek y Mises veían el dominio de EE.UU. como garantía del “orden liberal”. Friedman y Hayek defendieron y justificaron la dictadura terrorista de Pinochet en Chile.

La “libertad” para todos ellos es la libertad del mercado y de las empresas, es decir, del capital. Tienen en América Latina a seguidores que respaldan fanáticamente sus ideas, sostienen a gobiernos empresariales y oligárquicos como en Argentina o Ecuador, mientras se “libera” de impuestos a los ricos y se desmantelan derechos laborales y sociales. Pero frente a todos, a mediados del siglo XIX Marx dejó marcada la superioridad moral de la lucha por la libertad humana, que implica liberarse, finalmente, del poder del capital.

Blog del autor: https://www.historiaypresente.com/marx-y-los-estados-unidos-de-america/

domingo, 13 de julio de 2025

_- 3 claves para detectar una teoría conspirativa

hipnotizador

_- ¿Cuál es tu teoría conspirativa favorita?

Si creyeras en todas las teorías conspirativas que has escuchado, el mundo sería un lugar muy peculiar.

La familia real británica estaría formada por extraterrestres que cambian de forma; el actor Robert de Niro habría estado involucrado en la representación de un intento de asesinato de la ganadora del Nobel, Malala Yousafzai; buitres leonados serían espías de Israel; la tendencia de la moda de jeans rasgados sería un código secreto; el presidente de Nigeria sería un impostor de Sudán; el sida y el ébola habrían sido inventados por la CIA, y por supuesto la Tierra sería plana, lo que significa que el ser humano nunca pisó la Luna.

Las teorías conspirativas pueden no ser reales, pero pueden tener consecuencias muy ciertas.

Debido en parte al movimiento que hace campaña contra el uso de vacunas, ya han surgido brotes serios de sarampión en regiones de Estados Unidos, México, Francia, Madagascar y otros países.

Pero ¿cómo puedes saber lo que es real y lo que no?

Tres elementos
Al final, las teorías de conspiración prosperan porque llenan el vacío que dejan los eventos desconocidos y lo que no puede explicarse.

Pero lo que diferencia una teoría conspirativa de una explicación alternativa de eventos es la presencia de "un plan malvado, planeado en secreto por un pequeño grupo de individuos poderosos", dice el doctor Jovan Bydord, profesor de psicología de la Universidad Abierta de Londres.

Cada teoría conspirativa tendrá tres elementos principales: el conspirador, el plan y los medios para una manipulación masiva.

El conspirador
"Este puede ser un organismo concreto con una afiliación identificable", dice Byford. "Los Illuminati, los masones, y más recientemente el grupo de Bilderberg o la Sociedad Skull & Bones (Calavera y Huesos)".

El Ojo de la Providencia que aparece en el billete de US$1 ha sido presentado como evidencia de una conspiración que involucra a los Padres Fundadores de Estados Unidos y a los Illuminati.

Pero muy a menudo el conspirador "será definido en términos mucho más vagos: big pharma (las farmacéuticas), el complejo industrial-militar, la élite global, etc.".

Byford explica esto como una paradoja necesaria para equilibrar "la necesidad de definir al enemigo" y "la necesidad de aceptar que el enemigo siempre será sospechoso y secreto".

Las teorías conspirativas más absurdas sobre los incendios en California que circulan en YouTube

El plan
El plan es la principal razón de ser de cualquier conspiración. Este a menudo involucrará el dominio del mundo y perdurará tras la muerte de los miembros poderosos de una conspiración, dice Byford.

Sin embargo, agrega: "Si uno mira el nivel de encubrimiento que se requeriría para mantener todas estas cosas secretas, se necesitaría tener a alguien que está realmente en control de todo".

"La creencia de que el mundo es finalmente controlable es un impulsor muy poderoso de las creencias conspirativas en momentos de crisis donde hay un vacío en las explicaciones".

Manipulación masiva
Los medios tradicionales establecidos a menudo se concentran en las manos de unas pocas organizaciones importantes, y estas compañías regularmente aparecen en las conspiraciones.

Especular sobre cómo las "mentes maestras" están tratando de controlarnos es muy similar a las opiniones de expertos antes de un partido de fútbol.

Hay infinidad de cosas que decir, "evidencia" que presentar, escenarios improbables en qué pensar y no se dará crédito al factor de la casualidad. Y así todos terminarán más convencidos que nunca de sus propias creencias.

La "manipulación" que describen las teorías puede surgir de fuentes que son creíbles: la ciencia, el gobierno o los conglomerados de medios de comunicación, pero también de lo absurdo, como los hechos paranormales, las ciencias ocultas o la manipulación de las ondas cerebrales.

¿Por qué creemos las historias?
"Hay investigaciones que muestran un vínculo entre el estrés y la susceptibilidad a las teorías conspirativas", dice el doctor Mike Wood, psicólogo de la Universidad de Winchester, Inglaterra.

"Cuando alguien no se siente en control de su vida, durante periodos de estrés o angustia, las teorías de conspiración parecen más plausibles".

Los ataques del 11 de septiembre de 2001 provocaron numerosas teorías conspirativas.
Esto también se aplica a momentos de trauma colectivo, según la doctora Myrto Pantazi, del Instituto de Internet de la Universidad de Oxford.

Junto con sus colegas, Pantazi estudió las teorías conspirativas que se desarrollaron después del accidente de avión en Smolensk, Rusia, en el que murió el entonces presidente polaco junto con otros 95 políticos y oficiales militares de alto rango.

Encontraron que las teorías conspirativas profundizan aún más las divisiones en la sociedad y promueven conflictos internos a medida que los creyentes y los escépticos se distancian unos de otros.

"La gente las ha hecho parte de su identidad social", dice la doctora Pantazi.

Y no hay que subestimar el poder de la exposición repetida. Esto es algo que los psicólogos llaman el efecto de la "ilusión de la verdad" y se ha visto amplificado por las redes sociales.

"Entre más a menudo ves algo, se vuelve más familiar, y entre más familiar es algo, se vuelve más creíble", dice Jeff Hancock, profesor de comunicaciones de la Universidad de Stanford.

En experimentos, psicólogos encontraron que los participantes tienden a calificar las cosas que ya han visto antes, como más ciertas, sin importar si son verdaderas o no.

Una advertencia
"Las teorías conspirativas pueden ser peligrosas para la sociedad", dice la doctora Pantazi. "La gente que cree que las vacunas causan autismo y evita vacunar a sus hijos los están poniendo en riesgo".

Pero ten cuidado si piensas que eres muy listo y no te engañarán.

"Existe el estereotipo de los conspiracionistas como gente encerrada en el sótano o en internet buscando las teorías conspirativas más recientes", dice el doctor Byford.

"Pero la mayoría de las personas no son ni creyentes ni escépticos. Caen en un punto medio".

Y por eso es posible que podamos descartar las afirmaciones extravagantes pero al mismo tiempo disfrutemos de programas como los X-Files (Los Expedientes Secretos).

sábado, 12 de julio de 2025

La felicidad no tiene por qué ser otra tarea pesada. Solo necesitas unos minutos para mejorar tu estado de ánimo.

Ilustración de una gran mano con un pequeño pájaro apoyado en la punta del dedo índice.
Credit...Matt Chase
Últimamente me siento un poco abrumada, tanto por las noticias como por algunas cosas de la vida. Me gustaría poder retirarme a la cima de una montaña, pero mi plan más realista es buscar las cosas más pequeñas que pueda hacer cada día para darme ánimos.

Todas las mañanas, por ejemplo, abro mi aplicación Merlin Bird ID para ver si ha aparecido algún pájaro nuevo en mi patio (una mañana me enteré de la existencia de un carpintero de pechera, un ave que no sabía que existía).

El Times Una selección diaria de notas en español que no encontrarás en ningún otro lugar, con eñes y acentos. Get it sent to your inbox. Los micromomentos de positividad como este realmente pueden mejorar tu bienestar, dijo Barbara Fredrickson, directora del Laboratorio de Emociones Positivas y Psicofisiología de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.

Aunque estos momentos sean fugaces, dijo, pueden “actuar como nutrientes para la salud psicológica y el crecimiento, ayudándote a convertirte en una mejor versión de ti mismo, poco a poco”.

Su investigación, y la de otros, sugiere que reconocer, cultivar y saborear estos pedacitos de felicidad aumenta el bienestar, la resiliencia y el ingenio.

Pregunté a los expertos cómo incorporar más placeres sencillos a tu vida.

Busca ‘manías inversas’
“Una manía es algo pequeño que te molesta desproporcionadamente”, dijo Bree Groff, autora del libro de próxima aparición Today Was Fun. Por el contrario, dijo, “una ‘manía inversa’ es algo pequeño que te produce una alegría desproporcionada”.

Esto puede ser tan peculiar como quieras, añadió Groff. “Me he dado cuenta de que me gusta colocar todas las cosas de mi escritorio en ángulo recto”, dijo. “Me hace sentir cierta sensación de paz y control sobre mi pequeño mundo”.

Programa unas cuantas pequeñas alegrías
MaryCatherine McDonald, investigadora de traumas y autora de The Joy Reset, utiliza otro término para referirse a esos pedacitos brillantes de felicidad: pequeñas alegrías, o TLJ (la sigla en inglés de Tiny Little Joy).

Los clientes de McDonald le han contado que sus TLJ incluyen el primer sorbo de café de la mañana o la satisfacción de pelar un plátano en tiras perfectamente uniformes.

Empieza por enumerar todos tus TLJ. Una vez lo hayas hecho, intenta convertir uno de ellos en un hábito en un momento determinado del día, añadió Groff.

Hace poco, un amigo mío me dijo que ya no iba a utilizar las cajas o quioscos de autopago del supermercado. Dijo que se había dado cuenta de que le gustaba hablar con una persona en la caja, y que estaba intentando recuperar la interacción humana en su vida.

Haz algo ‘en cámara lenta’ a propósito
Sue Varma, profesora clínica adjunta de psiquiatría en la Escuela de Medicina Grossman de la NYU y autora de Practical Optimism, dijo que le gustaba hacer una actividad diaria “a 0,5 de velocidad”.

Las investigaciones sugieren que breves periodos de atención plena pueden mejorar tu salud psicológica. Así que Varma elige hacer algo con la mente a velocidad media, como lavar los platos o aplicarse su tratamiento favorito para la piel (que describió como “dos minutos que me hacen sentir querida”).

Normalmente soy una persona que tacha los pendientes de una lista y se apresura con todo, pero seguí el consejo de Varma y preparé limonada a velocidad media: corté lentamente los limones, los olí para capturar su aroma y removí con calma el azúcar. (Fingir que estás en un programa de cocina en tu cocina y narrar en voz alta mientras cortas los alimentos es otro TLJ, dijo McDonald).

Replica un detalle de tus vacaciones
A veces las actividades que nos dan “grandes alegrías”, como las vacaciones, requieren demasiada planificación, dinero, tiempo y esfuerzo, explicó Groff.

Aunque no puedas irte de vacaciones todos los días, puedes encontrar un trocito de vida vacacional para saborearlo ahora mismo, dijo. Quizá en casa puedas repetir los cocteles que tomaste en vacaciones (y comprarte un paquete de las sombrillitas para decorar bebidas).

En lugar de darse un masaje corporal completo, que es caro, dijo Groff, se mete en un salón de manicura y pide un masaje en silla de 10 minutos. Y en vez de salir a cenar a lo grande, se prepara un batido por la tarde y lo pone en un vaso con tallo, que “resulta más divertido”.

Si te encanta pintar, pero no tienes tiempo de sacar el lienzo y los pinceles, puedes proponerte hacer un garabato al día, dijo Groff. Si la jardinería te produce una gran alegría, lleva una pequeña planta de albahaca al trabajo y ofrece a tus compañeros una o dos hojas de albahaca para su almuerzo.

Algunos de mis TLJ favoritos duran menos de un minuto. Por ejemplo, tengo una botella de agua de rosas en mi mesa de trabajo. A veces, cuando la energía decae por la tarde, le pregunto a un compañero: “¿Quieres que te rocíe?”.

Me preocupa estar convirtiéndome en la compañera excéntrica de la oficina, pero la mayoría de mis colegas se ponen en fila y cierran los ojos.

viernes, 11 de julio de 2025

Los niños de Extremadura

Los niños de Extremadura

Los niños de Extremadura
van descalzos.
¿Quién les robó los zapatos?
Les hiere el calor y el frío.
¿Quién les rompió los vestidos?
La lluvia
les moja el sueño y la cama.
¿Quién les derribó la casa?
No saben
los nombres de las estrellas.
¿Quién les cerró las escuelas?
Los niños de Extremadura
son serios.
¿Quién fue el ladrón de sus juegos?

jueves, 10 de julio de 2025

_- Entrevista a Francesca Albanese, relatora de la ONU para Palestina «El genocidio israelí en Gaza no se para porque es lucrativo, hay gente haciendo dinero con ello»

_- «El genocidio israelí en Gaza no se para porque es lucrativo, hay gente haciendo dinero con ello»

La relatora de la ONU está a punto de publicar un nuevo informe en el que desvela la economía que contribuye al genocidio: “Los Estados deben imponer sanciones y cortar lazos con Israel, pero también los bancos deben dejar de invertir y las empresas dejar de lucrarse con ello”.

Francesca Albanese, relatora de Naciones Unidas para los Territorios Ocupados Palestinos, ha logrado hacer llegar su voz a sectores muy diferentes del mundo durante estos veinte meses de masacres continuadas en Gaza. Su informe “Anatomía de un genocidio”, presentado hace más de un año, provocó la ira de Israel y abrió camino a la denuncia de los crímenes masivos contra población civil palestina.

Albanese es una figura sólida en la defensa de los derechos y del derecho internacional y por ello ha intentado ser desacreditada por los sectores más ultras que defienden el genocidio en curso. Estos días ha pasado por España, donde se ha reunido con representantes de buena parte de los grupos políticos parlamentarios y con organizaciones de la sociedad civil. elDiario.es la entrevista en una cafetería céntrica de Madrid.

Está a punto de publicar un nuevo informe –saldrá la próxima semana– sobre la complicidad y responsabilidad de empresas en el genocidio en curso en Gaza.

Lo principal de este nuevo informe que voy a publicar es que este genocidio no ha sido evitado ni se ha parado porque es lucrativo. Hay gente que está haciendo dinero a costa del genocidio. Mucho dinero. Y quienes ganan mucho dinero están conectados a la estructura capitalista, desenfrenada, ilimitada, que prospera en la anarquía o en la opacidad de la ley.

Existe un capitalismo desenfrenado que nos envuelve. Y muchos de los actores que explotan Palestina y la muerte palestina son también quienes estrangularon nuestra vida. Así que esta es la cuestión. Necesitamos reglas. Hay un aspecto histórico que no es nuevo en Palestina. Estos sistemas coloniales han sido históricamente impulsados por intereses privados, en el sentido de que las empresas han sido el motor, como la Compañía de las Indias Orientales, por ejemplo. Y si no han sido motor han sido las facilitadoras, aportando capital y luego buscando obtener más capital a cambio. En Palestina no es diferente.

¿Qué marco legal hay al respecto?
La regulación, el marco legal, existe. Son los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Aunque es opaca en lo que respecta a la rendición de cuentas. Por lo tanto, las empresas se han convertido en una especie de titulares de derechos, pero no en garantes de obligaciones. Es increíble que tengamos obligaciones que vinculen a los Estados, pero las empresas pueden hacer lo que quieran. No tiene sentido.

Así que intento mencionar el hecho de que existen procesos penales contra Israel, por genocidio, pero también por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. Y también está la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia. No podemos obviarla. Esto crea una responsabilidad prima facie y una presunción de vínculo directo con la ocupación para quienes participan en ella.

La Unión Europea está cubriendo a Israel y, con ello, contribuyendo a sus crímenes

¿Cuáles son los pilares de la ocupación ilegal israelí?
Hay dos. Uno, es el espacio de desplazamiento, cómo se ha utilizado el sector privado para desplazar a los palestinos y también para reemplazarlos, a través del extractivismo, de la construcción, de los bienes y servicios. Y todo está registrado, es verificable.

Israel ha mejorado intencionalmente esa estructura. Por ejemplo, la empresa militar, las constructoras. Gaza no ha sido pulverizada solo por bombas, también participan en ello, por ejemplo, las excavadoras. ¿Quién proporcionó estas excavadoras? La tecnología que se ha utilizado para segregar a los palestinos en Cisjordania o en Gaza se ha utilizado para espiar a la población de Gaza y para ayudar a diseñar un sistema de asesinatos masivos, así como los drones o los cuadricópteros.

Otro pilar es el de los facilitadores, que son los fondos de capital riesgo o los bancos, los que otorgan anticipos y los que normalizan la ocupación; las universidades, por ejemplo. Hay todo un tejido involucrado, en todas partes. Y ahora lo sé, con esta investigación. Este informe abre las ventanas y, al abrirlas, podemos ver lo que hasta ahora podíamos intuir. Ahora está a la vista, y es impactante.

¿Menciona en el informe los nombres de las empresas?
Sí. Tengo registradas unas 200 empresas involucradas, de una base de datos de 1.000 que he recopilado. Pero no he podido investigar a fondo todas, así que me he centrado en cincuenta, porque son las que representan cómo están interconectados estos sistemas. Y, en los próximos años, pretendo continuar con esto.

Los Estados miembros [de la ONU] tienen la obligación de imponer sanciones y cortar lazos con Israel. Pero también los bancos deberían dejar de invertir. Las empresas deberían dejar de proveer, es decir, de lucrarse. Así que, sí, menciono estas empresas de cada sector para explicarlo.

La idea de este informe no es tener una lista a modo de base de datos, sino explicar el sistema, porque no solo se trata de las colonias. Los asentamientos están conectados a una industria lucrativa. Y la razón por la que los asentamientos prosperan es porque ya han aniquilado a los palestinos que los rodean. De eso va mi informe. Por eso la gente está tan nerviosa con él.

Hay nervios ante mi próximo informe porque muestra que existe una industria lucrativa a costa de la ocupación ilegal israelí

¿Cómo valora el papel de España?
Sé que aquí todos quieren que les den palmadas en la espalda. Es estupendo que España reconozca el Estado palestino porque con ello pueden reconocer que existe una agresión total contra un Estado soberano miembro de la comunidad internacional.

Ahora, al igual que con Ucrania, España necesita imponer sanciones y cortar lazos económicos. Eso significa, en realidad, crear un aislamiento en torno a este régimen, este país, Israel, que ha cometido crímenes muy graves y ahora está involucrado en procesos penales y procesos por genocidio.

¿Cuál es el papel de Europa ante este genocidio en curso, con masacres, bloqueo a la entrada de ayuda, desplazamientos forzados, asesinatos masivos de civiles?

Europa está ayudando. Colectivamente, está ayudando. Ante lo que Israel ha hecho en los últimos 650 días, la Unión Europea dice ahora, a estas alturas: «Ah, sí, hay algunas violaciones de derechos humanos». Toda la ocupación es una violación de los derechos humanos y del derecho a la autodeterminación del pueblo palestino, y la ocupación lleva décadas, no empezó ayer. Así que no tiene sentido lo que intentan decir desde la UE. Están encubriendo a Israel.

La relatora especial de las Naciones Unidas sobre los territorios palestinos, Francesca Albanese

Por eso digo que la UE no está haciendo lo suficiente. Vemos que hay Estados miembros escudándose en la UE, delegan su política exterior en la UE, la usan como coartada. No puede ser una coartada para justificar crímenes. Europa está colaborando, es parte del problema.

¿Cómo valora el papel que juega la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen?

No es una líder elegida que hable en nombre de los europeos, que tome decisiones en nombre de los europeos. Europa no es un reino, ella no es una reina, no está por encima de la ley. Está sujeta al derecho europeo, al derecho internacional. Así que no debería actuar así. Es notable cómo elude el derecho internacional.

Hay mucha gente que se afilia a la ideología equivocada, a ideologías que se han vuelto genocidas. Ella no sería la primera. Pero estamos en 2025, no en 1925. Y, en ese sentido, creo que es necesario que haya una investigación al respecto dentro de la Unión Europea para ver si ella obedece a cuestiones ideológicas o si hay otros intereses. Sabemos que hay grupos de presión que premian a políticos si adoptan determinadas posiciones. No digo que sea así en este caso, pero hay que investigarlo.

Tras 20 meses de masacres en Gaza y el Acuerdo de Asociación UE-Israel vigente, es imposible que la UE no parezca una farsa total en materia de derechos humanos

La Unión Europea no ha suspendido su Acuerdo de asociación con Israel ni ha decidido imponer sanciones. Mantiene relaciones comerciales a pesar del dictamen de la Corte Internacional de Justicia del pasado julio, que pide a los países impedir relaciones comerciales que puedan contribuir a la ocupación ilegal.

¿Qué deberían hacer la Unión Europea y los países que la integran?

El Acuerdo de Asociación entre la UE e Israel demuestra lo hipócrita que es el compromiso con los derechos humanos. Israel ya violaba el derecho internacional y los derechos humanos de los palestinos cuando se impulsó este Acuerdo. Por lo tanto, si los derechos humanos hubieran significado algo para quienes lo firmaron, no debería haber entrado en vigor en su día.

Ahora, tras 20 meses de masacre en Gaza, con ese Acuerdo vigente y sin ser suspendido, es imposible que la Unión Europea no parezca una farsa total en materia de derechos humanos. La UE parece una farsa y debería haber consecuencias legales.

Son los Estados los que pueden hacer cumplir el derecho internacional, pero los Estados lo están violando. Y es aquí es donde digo que nosotros, el pueblo, marcamos la diferencia. Puede parecer imposible, hasta que se hace posible. Por lo tanto, tenemos que participar en la vida pública. No podemos delegar el uso del poder político. No, tenemos que ocuparnos de ello. Es nuestra vida y son nuestros derechos.

Y, además, debemos ejercer todos los mecanismos de escrutinio existentes mediante la presión pública, la denuncia pública, las revisiones judiciales y los informes de investigación. Y debemos profundizar en los vínculos que unen a Israel con nuestros países y con la Unión Europea.

Las empresas, los negocios privados, se han usado para desplazar a los palestinos y para reemplazarlos: para la ocupación ilegal

España se ha diferenciado de algunos países europeos en sus declaraciones y el reconocimiento del Estado palestino, pero mantiene relaciones armamentísticas y comerciales con Israel, ha habido importaciones, por ejemplo.

Según el derecho internacional, los países no pueden importar. Estamos ante crímenes muy graves y este tipo de transacciones son complicidad en la comisión de un delito. Hay armamento probado sobre los palestinos, contra la gente. Pero incluso otro tipo de productos tampoco son admisibles, porque Israel es un Estado que comete crímenes, y, por lo tanto, las relaciones deberían reducirse.

Los Estados y los gobiernos de Europa aún están en proceso de negación. Así que dicen que no compran ni comercian con un genocida, pero luego dicen que sí, porque no saben si sigue siendo genocida. El principio es que no se puede tener tratos con Estados que cometen genocidio. También vemos que hay países que dicen que no venden, pero compran, eso es lo mismo, es una relación comercial.

Nosotros, el pueblo, la gente, marcamos la diferencia: puede parecer imposible, hasta que se hace posible, pero para eso hay que participar en la vida pública, no delegar el uso del poder político

En España ha habido varios contratos de compra a armamentísticas israelíes desde octubre de 2023 a abril de 2025

Ayer escuché decir a un político que los lobbies sionistas no tienen mucho margen de maniobra aquí [en España]. Pero hay otros cómplices y es necesario saber quiénes son. Hay grupos de presión proisraelíes que son cristianos, hay otros que son racistas, o están los que tienen miedo. Pero la clave es el negocio. El negocio es transversal.

Hay países que siguen comerciando con empresas instaladas en los asentamientos ilegales israelíes. Esta semana hemos conocido nuevos transbordos y tránsitos por puertos españoles de material procedente de estos asentamientos, con destino EEUU. A día de hoy el comercio con productos de las colonias no es legal, porque es complicidad. Mi informe lo confirma. Hay que ponérselo muy difícil a Israel, es un Estado que está matando de hambre a toda una población.

España permite que barcos con destino a Israel atraquen en sus puertos. El argumento es que son bienes civiles. Pero son bienes civiles que se basan necesariamente en la explotación. Todo lo que proviene de los asentamientos no debería estar sujeto a nuestras tasas. Tenemos que adoptar medidas extremas ante una situación extrema. Israel ha dificultado enormemente la entrada de productos de primera necesidad en Gaza. Ante ese bloqueo, hay que reaccionar. Hay que asegurase de que no haya ese tipo de comercio, no hay que facilitarlo. Eso significaría hacer algo, reaccionar.

Hay gente en Europa que justifica la falta de acción asegurando que hasta que EEUU no reaccione, aquí no se puede hacer nada, como si no hubiera capacidad de presión.

Creo que eso es falta de liderazgo. Hay que votar por las personas adecuadas. Eso es lo que se necesita. Tenemos obligaciones legales. Si alguien se está muriendo en la calle, no podemos decir que no podemos salir a prestar primeros auxilios porque nuestros vecinos no lo están haciendo. Este es un argumento similar. No tiene sentido. Están poniendo excusas.

Creo que todas las personas que vemos las imágenes de Gaza tenemos un trauma enorme por la cantidad de cuerpos descuartizados que hemos contemplado. Tengo una gran empatía hacia los demás. La razón por la que estoy tan involucrada en esto es porque me tomo las cosas muy en serio. Probablemente, lo haría en otras circunstancias. Nunca he sido activista, pero probablemente este es el momento en que me convertiría en activista, porque esto no es normal. Esta es la rabia que siento.

¿Cómo se siente, tras tantos meses en los que, pese a las denuncias, las masacres han continuado?

Creo firmemente en las reglas. ¿Cómo es que nada funciona? No quiero que mis hijos crezcan pensando que esto es normal. El otro día mi hijo entró en mi habitación, yo estaba mirando unas fotografías, y me preguntó: “Mamá, ¿qué es esa pierna?”. Le tapé los ojos. Pero, ¿cuánto tiempo puedo tapárselos? No quiero que piense que esto es normal.

Cuando tenía 18 años y oí hablar de la masacre de Srebrenica o de la violación masiva de mujeres en Bosnia, me sentí devastada y me pregunté qué podíamos hacer al respecto. Ahora estamos viendo cómo la gente palestina sigue siendo asesinada. A una velocidad increíble. Los números siguen aumentando. Estos días de guerra con Irán en Gaza han matado a más de 600 palestinos.

Israel es un Estado que comete crímenes y, por tanto, las transacciones con Israel son complicidad en la comisión de un delito

Ante esta impunidad, ¿cómo ve el papel del derecho internacional, de Naciones Unidas o de su trabajo como relatora? Si no se para esta impunidad, ¿hacia dónde vamos?

Estamos dirigiéndonos a un lugar donde no hay reglas. O hay una revolución en defensa de los derechos humanos o vamos a un lugar muy oscuro. A través de la tecnología se establece control social, control de los recursos, del poder del Estado. Si la gente no despierta, estamos colectivamente en problemas.

Hoy vi un vídeo en el que aparecen dos jóvenes quejándose de que esta generación ya no socializa, no interactúa, no hace el amor, compra on line. Y entonces deciden salir, limpiar los espacios públicos, abrir camino, y otros les siguen, y construyen comunidad, hacen cosas, cuidan las plantas en vez de matarlas, y es una buena metáfora. Este genocidio me ha acercado más a mi gente, a mi familia, al amor, a las cosas importantes de la vida, con un sentido y un propósito que nunca había tenido.

¿Le pasa factura a nivel personal?
Cuando la gente me pregunta cómo sobrevivo a esto, miro a mis amigos, a mis hijos, a la comunidad que hemos construido, la gente que nos miramos y tenemos la sensación de que nos conocemos muy bien, porque estamos afectadas por lo mismo, porque estamos en el mismo lado y somos parte de una gran familia.

Hay mucha gente que está demostrando que está dispuesta a arriesgarse, y tenemos que seguir hablando de las lecciones. Cuando hay gente que me pregunta: ¿Qué haces ante tanto odio? Yo contesto: ¿Has visto cuánto amor hay?

Hay Estados y grupos que me desacreditan y no me protegen, pero también hay tantas redes de gente que me apoyan… Y ahora, después de tanto, sé que no voy a descansar hasta ver justicia para el pueblo palestino, voy a vivir hasta el final de mis días dedicada a ello. Esto me ha transformado, y creo que le ha pasado a mucha gente.

¿Cuándo estuvo en Palestina por primera vez?
En 2009, no hace tanto. Había violaciones generalizadas, como la destrucción de viviendas, el desplazamiento de palestinos y los arrestos y detenciones arbitrarias, incluso de niños. Cuando estuve allí, salió un informe de UNICEF que indicaba que Israel arrestaba a 600 niños al año, en plena noche y los torturaba.

Por aquel entonces, ya en 2009 y 2010, tenía la sensación de que algo andaba mal en la forma en que usamos el marco del derecho internacional. La comunidad internacional obligaba a los palestinos a la dependencia, frustrando también sus derechos.

Y hoy en día se plantean propuestas que dejan fuera la voz palestina. Cuando nos dicen que se está hablando con los saudíes o con los egipcios o los israelíes sobre el futuro de Palestina, ¿eso qué es? Es con los palestinos con quienes hay que hablar. Hoy le pregunté a un político: «¿Estaría contento si el futuro de España dependiera de la voluntad de los portugueses y los franceses?».

Europa no está ayudando, no es parte de la solución, es parte del problema, hay sectores muy sesgados con una mentalidad colonial y racista

Así no funciona el derecho a la autodeterminación. Y esta mentalidad colonial es el principal obstáculo para comprender el problema de los palestinos. Aquí en Europa hay grandes sectores muy parciales, muy sesgados, muy racistas y orientalistas. Y esto se lleva a la política.

Europa no está ayudando, no es parte de la solución, es parte del problema. El espectro político tiene que cambiar. Triunfa la ley del más abusador. Hay algunos hitos en este camino hacia la oscuridad. Uno de ellos es cuando el primer ministro de Reino Unido dijo que está bien recortar los suministros esenciales en Gaza. Después, cuando políticos de Reino Unido y también en Italia afirmaron que no estamos ante un genocidio porque no han muerto tantas personas y porque Israel no quiere matarlos a todos.

También cuando el canciller alemán afirmó, hace escasos días, que Israel está haciendo el trabajo sucio para Europa. Han llegado al punto de admitirlo y de seguir con ello, y los demás no dicen nada… Esta es una forma mafiosa de ejercer el poder. Aquí, en plena Europa en 2025. 

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miércoles, 9 de julio de 2025

3 consejos para evitar que los desacuerdos en una discusión acaben en una pelea

Un hombre y una mujer peleando.

Fuente de la imagen,Getty Images

    • Autor,Jessica Robles

Estar en desacuerdo es una parte ineludible del ser humano. No todos somos iguales.

Pero mientras que un pequeño desacuerdo puede seguir siendo amistoso, sobre todo, a través de un mensaje de texto o de internet donde podemos editar nuestras respuestas, una discusión cara a cara sobre un tema delicado puede convertirse en una forma más antagónica de discusión.

Es posible que lo haya experimentado durante las fiestas navideñas, en las que muchos de nosotros pasamos más tiempo de lo habitual en contacto directo con nuestros familiares. Esto a veces puede hacer que afloren tensiones latentes.

Una discusión puede empezar por muchos motivos, desde la política hasta el comportamiento del otro, algo con lo que cualquiera que pase mucho tiempo en las redes sociales estará familiarizado.

Pero cuanto más fuerte es la opinión, más intensa y compleja puede llegar a ser una discusión.

Entonces, ¿qué se puede hacer para evitar que una discusión menor se convierta en una pelea mayor, ya sea en internet o cara a cara? Como experta en interacciones sociales, creo que prestar atención a lo que dice la otra persona -y cómo lo dice- es crucial, junto con aprender a evitar responder de formas que podrían estallarte en la cara.

Recuerda que los desacuerdos son parte normal de la vida y de las relaciones. Pero aquí tienes tres consejos clave para evitar que se conviertan en algo más serio.

1. Gestiona la escalada
Si no estás de acuerdo con alguien, mantén la conversación de forma productiva evitando utilizar insultos directos. Además, procura evitar acciones que puedan poner a la otra persona en una posición más confrontativa, como acusaciones, quejas o burlas.

Tendemos a poner mucho énfasis en el contenido de una discusión, y también en nuestras suposiciones sobre lo que la otra persona "piensa realmente".

¿De qué se trata la discusión? ¿Se trata sólo de un malentendido, o es una cuestión de personalidad, en la que una de las partes es parcial o tiene algún motivo oculto?

El auge de las redes sociales han creado infinitas discusiones.

Nos importa mucho si la persona cree realmente lo que dice. Los estudios sugieren que a menudo nos molesta que la gente haga de "abogado del diablo" fuera de ciertos contextos.

Pero no es posible conocer realmente las intenciones del otro, así que conviene evitar pensar lo peor de la persona con la que discutimos.

De lo contrario, podrías hablarles injustamente como si estuvieran siendo manipuladores, injustos, perjudiciales o desconsiderados.

2. Mantén la mente abierta
A veces, lo que alguien ha dicho puede sonar (y sentar) bastante mal. Cuando esto ocurra, ten en cuenta dos cosas.

En primer lugar, nada de lo que decimos tiene un único significado. A menudo hay múltiples interpretaciones, y no siempre puedes fiarte de la primera que te venga a la cabeza cuando estás en el fragor del momento.

Durante una discusión, merece la pena frenar y pensar en todas las interpretaciones posibles. Considera la posibilidad de pedir un momento para pensar o tomar una taza de té que los distraiga a ambos de una escalada de tensión.

En segundo lugar, si lo que dice la persona sigue sonando negativo, por muy comprensivo que intentes ser, pídele que te explique más. Puede que no sea fácil, pero la gente suele revelar lo que quería decir si tiene que dar más explicaciones.

Ayudarles a sentir que se les escucha con atención puede desactivar una posible escalada.

3. Céntrate
Hay otra cara de la moneda: elegir cuidadosamente lo que dices y tener en cuenta la imagen que darás de ti mismo. Cualquiera puede verse envuelto en una discusión y decir algo de lo que se arrepienta, incluso tú.

Algo que hay que equilibrar con cuidado es "lo meta", es decir, hacer una pausa para hablar de la discusión que estás teniendo y de la forma en que la estás teniendo.

Esto puede ser productivo si, por ejemplo, pides que la conversación se centre en algo concreto. Sin embargo, puede interpretarse fácilmente como una crítica implícita a la otra persona.

Si decides hablar de la discusión que estáis teniendo, puede que tengas que incluir una disculpa o hablar en un tono más bajo para evitar que la otra persona piense que vas a acusarla de alguna manera de discutir "erróneamente".

Es un reto, así que no te sientas mal si no te sale bien la primera vez que intentas esta técnica.

¿Tenemos los mismos valores?
La gente no discute por discutir. Una de las principales razones para discutir es posicionarnos frente a los demás. ¿Estamos del mismo lado y tenemos los mismos valores?

Las discusiones también están ligadas a la identidad. Las discusiones más polémicas generan sentimientos fuertes. Somos conscientes de que nos pueden juzgar por nuestras opiniones, y los demás supondrán que nosotros podemos juzgarles a su vez.

El juicio mutuo puede intensificarse fácilmente, no sólo durante una discusión, sino en la relación en su conjunto, provocando una ruptura temporal o incluso la pérdida de la amistad. Las personas que quieren evitarlo suelen pensar que la solución es dejar a un lado los sentimientos y "centrarse en los hechos".

Pero negar una respuesta emocional puede ser como negar el propio compromiso con una causa valiosa. Reconocer que alguien se siente así es un paso importante para saber sobre qué cosas puedes hacerle cambiar de opinión y qué cosas es mejor dejar de lado, al menos por ahora.

*Jessica Robles es profesora de Psicología Social en la Universidad de Loughborough.


martes, 8 de julio de 2025

La Europa de Spinoza: ninguna religión puede definir un continente

Monumento dedicado a Spinoza, en Ámsterdam.

George Brassens, el juglar francés heredero de François Villon y de toda una estela de creadores libres e impertinentes, fue además un gran filósofo. Una de sus canciones más célebres, Morir por las ideas, es una burla despiadada —y muy graciosa— de todos los fanatismos. En uno de los momentos más lúcidos de la canción, explica que morir por una idea es una mala opción porque siempre existe la posibilidad de acabar en el más allá por las creencias equivocadas. “Si hay una cosa amarga, desoladora / es que al entregar el alma a dios / nos demos cuenta de que hemos tomado el camino equivocado / que nos hemos equivocado de ideas / morir por las ideas / de acuerdo, pero de muerte lenta”.

Este rodeo viene a cuenta del último embiste que ha lanzado la ultraderecha contra cualquiera que se atreva a cuestionar la idea de que Europa solo puede ser cristiana. Un grupo de investigadores, que incluye a una prestigiosa profesora del CSIC, Mercedes García-Arenal, se han visto atacados políticamente por atreverse a estudiar la historia del Corán en Europa y sus diferentes traducciones entre los siglos XII y XIX.

Este proyecto, que cuenta con una subvención de la UE de 9,8 millones de euros, no solo ha dado empleo a 45 personas, sino que ha permitido conocer con mucha más claridad lo que somos los europeos: una mezcla de culturas y religiones, de idiomas y visiones del mundo, algo que la pujante ultraderecha rechaza como si solo hubiese una forma posible de ser europeos y el resto fuesen blasfemias (ya hemos pasado por eso en este cansado continente, sacudido por tantos fanatismos). No hay duda de la enorme influencia de la cristiandad en Europa, aunque se podría aplicar la teoría Brassens: ¿qué cristianismo elegimos entonces, porque podemos perfectamente escoger el credo equivocado?
Georges Brassens en la sala Olympia de París, en 1961.Georges Brassens en la sala Olympia de París, en 1961.

Georges Brassens en la sala Olympia de París, en 1961. Gamma-Keystone/Getty Images

Cuando en 1517 Lutero clavó sus 95 tesis en la iglesia de Wittenberg dando lugar a la reforma protestante, se produjo el cisma más profundo en la historia de la cristiandad, que sumió a Europa en una época de guerras y desastres que diezmó su población —coincidió, además, con la Pequeña Edad de Hielo que redujo dramáticamente las cosechas y empeoró las condiciones de vida—. El continente vivió una época de muerte y destrucción de la que solo empezó a recuperarse en 1648 con la Paz de Westfalia, que lanzó una idea entonces revolucionaria: los súbditos no tienen por qué compartir la religión de su príncipe. El concepto de que diferentes religiones pueden convivir en el mismo espacio era la única salida para que Europa no quedase sumida en una interminable matanza de San Bartolomé. Hay europeos católicos, protestantes, calvinistas, evangélicos, ortodoxos (con muchos cultos y patriarcas diferentes)… Pero también ateos, paganos, musulmanes, judíos, budistas… Una religión no puede definir un continente.

Ignorar la presencia musulmana en Europa y su influencia es orillar una parte de lo que somos (por no hablar de inventos tan útiles y perdurables como el cero). No solo por Al Andalus y el Imperio Otomano: millones de musulmanes viven actualmente en Europa y en algunos lugares de los Balcanes y Europa Oriental desde la Edad Media. Albert Camus, un francés de Argelia, siempre prefería hablar de Europa como un lugar imbricado en el mundo Mediterráneo, sabiendo que su cultura había crecido en las dos orillas del viejo mar. Y, como recuerda Eduardo Manzano Moreno en su libro España diversa (Crítica), la UE tiene incluso una capital fundada por los árabes: Madrid. Europa tampoco existiría sin el judaísmo, no solo por su profunda influencia en la Antigüedad y la Edad Media, sino porque la revolución científica y cultural de los siglos XIX y XX no se puede entender sin la aportación de esta minoría perseguida y machada por siglos de antisemitismo.

La obra 'El paso de la laguna Estigia' del pintor flamenco Joachim de Patinir.
 
La obra 'El paso de la laguna Estigia' del pintor flamenco Joachim de Patinir. Museo del Prado

Tampoco se puede ignorar la influencia del mundo pagano —los últimos paganos de Europa resistieron hasta el siglo XIV en los países bálticos y continuaron con sus cultos en secreto tras ser cristianizados—, que queda reflejada en que la mayoría de las fiestas importantes del calendario cristiano esconden una celebración mucho más antigua —al fin y al cabo, la Navidad no deja de ser una versión de las Saturnales romanas—. La cultura europea es Homero, pero también Santo Tomás de Aquino, el humor destructivo de Voltaire, pero también los monasterios medievales que se empeñaron en salvar los manuscritos del mundo grecolatino, Caravaggio que convirtió el fanatismo de la contrarreforma en arte y Patinir que reflejó la crisis de un mundo al borde del abismo, el gazpacho y las berenjenas con miel (uno de los muchos alimentos que introdujeron los árabes).

El Imperio romano no desapareció en el siglo V cuando Roma fue saqueada y prácticamente abandonada, sino que sobrevivió en Oriente hasta el siglo XV, con su capital en Constantinopla. Como escribe la erudita Judith Herrin en Bizancio. El imperio que hizo posible la Europa moderna (Debate), esta civilización “integró componentes paganos, cristianos, griegos, romanos, antiguos y medievales”. “También el mundo musulmán constituye un importante elemento de esta historia, como lo es la relación de amor-odio entre el cristianismo y el islam”, sostiene esta profesora del King’s College de London.
La cúpula del baptisterio de Parma (Italia).

La cúpula del baptisterio de Parma (Italia). getty images

La belleza de los frescos bizantinos de Ravena, las ermitas árabo-normandas de Palermo, las callejuelas del centro de Córdoba, los bazares que rodean la gran mezquita en el barrio viejo de Sarajevo, la sinagoga sefardí del centro de Sofía, el baptisterio de Parma con sus frescos románicos y su mármol rosa, el gazpacho y las berenjenas con miel… Esas mezclas son Europa. “La civilización europea es ante todo una civilización pluralista”, dijo Albert Camus en una entrevista sobre ‘El futuro de la Civilización europea’, recogida en el tomo III de sus obras completas en La Pleiade. Es un texto de los años cincuenta, cuando el proyecto de unión estaba arrancando y no se había firmado el Tratado de Roma. Pero acertó: el secreto del futuro estaba en el pluralismo. Vivimos afortunadamente en la Europa libre, heredera de Westfalia y de Spinoza, que tuvo el valor de defender en el siglo XVII la idea de que el mundo podía funcionar sin un dios. Claro que Europa no se puede entender sin el cristianismo, pero tampoco sin todas las demás religiones y culturas que han dejado su huella aquí. Europa son sus habitantes libres, no sus credos.

lunes, 7 de julio de 2025

¿Está garantizado el derecho a la educación en España?

Debemos tejer una alianza para conseguir una educación transformadora, comunitaria, democrática, equitativa, laica, inclusiva, coeducativa y de calidad

¿Está garantizado el derecho a la educación en España? En un primer momento podríamos pensar que sí, porque se nos facilita una plaza escolar en las etapas obligatorias, pero esto por sí solo no garantiza el derecho a la educación a lo largo de la vida. Hoy no tenemos asegurado ni el acceso a todas las etapas y espacios educativos, ni un proceso educativo con calidad, ni los resultados educativos. Es de extrema gravedad que las administraciones educativas desprotejan a miles de niñas, niños, adolescentes y jóvenes al vulnerar estos tres derechos educativos.

Empecemos por el primer derecho vulnerado, el acceso. Como decíamos anteriormente, en las etapas obligatorias se nos facilita una plaza escolar. Pero en las etapas no obligatorias y en la educación no formal, la privatización está ocupando un espacio que no le corresponde, impidiendo la cohesión social y la igualdad de oportunidades. En el primer ciclo de educación infantil, el 0-3, muchas familias no tienen acceso a una plaza pública y han de recurrir a las escuelas infantiles privadas con un sobrecoste añadido. En la Formación Profesional, la oferta privada está creciendo exponencialmente sin ningún pudor, ante la inacción, en muchos casos, de las administraciones educativas. Un tercio de esta oferta ya se encuentra en manos de empresas privadas, mientras que las plazas públicas sólo han aumentado un 7%. También la universidad pública está sufriendo esta ola privatizadora, en muy poco tiempo habrá más universidades privadas que públicas. Además, sufre una infrafinanciación estructural y sólo un 14% del gasto que dedican las familias a la universidad llega por el sistema de becas. El ocio educativo es inalcanzable para muchos niños y niñas, impidiendo así desarrollar todas las potencialidades que aportan estos espacios educativos.

El segundo derecho vulnerado es el del proceso educativo. En España, el 28% de la infancia sufre pobreza infantil, algo que debería abochornarnos como sociedad. Además, existen cerca de 2.000 centros segregados, el alumnado de los cuales no tiene presentes compartidos con sus iguales, ni experiencias educativas diversas. De nuevo las administraciones educativas dejan a su suerte a estos centros, y son sus profesionales y la comunidad educativa que con su sobreesfuerzo, se ven obligados a compensar lo que no hace el sistema.

El tercer derecho vulnerado son los resultados educativos. El gran exponente de esta vulneración es el abandono educativo temprano. Actualmente está en el 13%, mientras que la media europea es del 9,5%. Un elemento a destacar es que este abandono, en el alumnado de familias con estudios superiores sólo es de un 3%, sin embargo, para el alumnado que proviene de familias con estudios hasta el nivel de primaria o inferior se eleva hasta un 39%. Para dar respuesta a esta vulneración se debería apostar por incrementar la inversión en educación y situar la dignificación de la educación pública como el eje vertebrador de nuestro sistema.

La filósofa Marina Garcés, definió el modelo educativo que sí garantizaría estos tres derechos: “Educar no es aplicar un programa. Educar es acoger la existencia, elaborar la conciencia y disputar los futuros. Dentro y fuera de las escuelas, la educación es una invitación: la invitación a tomar el riesgo de aprender juntos, contra las servidumbres del propio tiempo”.

Delante de estas vulneraciones hemos de tejer complicidades entre el profesorado, familias, estudiantes, movimientos de renovación pedagógica, colegios profesionales y el sindicalismo de clase para conseguir una educación transformadora, comunitaria, democrática, equitativa, laica, inclusiva, coeducativa y de calidad. Nos jugamos un presente y un futuro digno para todas las personas.

Teresa Esperabé es secretaria general de la Federación de Enseñanza de CC OO.