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miércoles, 8 de abril de 2009

Resiliencia

"Habrá un momento político para luchar contra los crímenes de guerra, un momento filosófico para criticar las teorías que preparan esos crímenes, un momento técnico para repara esas heridas y un momento resiliente para retomar el curso de nuestra existencia" .
Boris Cyrulnik. Resilencia.

Una entrevista a Stefan Vanistendael, psicólogo, referente por sus teorías sobre la resiliencia o resilencia. Deseo que os guste. Me quedo con la frase de que "el humor constructivo nos abre la inteligencia".
"Queremos ser admirados más que amados, qué error"
IMA SANCHÍS - 16/12/2008

57 años. Nací en Holanda, soy belga, y vivo en Suiza con una inglesa. Sin hijos, lástima. Sociólogo, jefe de investigación en la Oficina Internacional Católica de la Infancia (BICE), en Ginebra. La crítica con humor es necesaria y la espiritualidad cristiana una buena guía ética. (Lo que para mi es discutible que siempre lo sea, al menos en las versiones que observamos. No siempre las religiones son fuentes de buenas éticas)

¿Qué tenemos cuando ya no nos queda nada?
La capacidad de crecer a través de grandes dificultades, la resiliencia. Lo que da sentido a nuestra vida son esas pequeñas cosas que nos conectan con la vida: la amistad, la pareja, los hijos...
Eso no son pequeñas cosas.

Tener responsabilidad por otro, aunque sea un gato, es suficiente. Pero se trata de vivir conectado positivamente. Y la belleza (la naturaleza o el arte) y el humor me parecen dos maneras de conectarse con la vida muy poderosa. El humor es el último tesoro, en situaciones difíciles, como dictaduras, la gente desarrolla un humor muy agudo.

A veces sarcasmo.
El sarcasmo es dañino para el que lo practica y para quienes lo sufren. Pero el humor constructivo nos abre la inteligencia.

¿Y cómo nace el humor?
En la infancia deriva de una aplicación estricta de la lógica, y me parece delicioso. Los adultos creemos que somos los más capaces de pensar lógicamente, pero no es cierto, nos lo impiden los filtros, las normas sociales y nuestra experiencia de vida. En cambio los argumentos lógicos aunque inocentes de un niño son demoledores.

Póngame un ejemplo.
"¿Qué quieres para Navidad?", pregunta el papá. "Un Tampax, porque con él puedo montar a caballo, nadar e ir en bicicleta".

¿Por qué nos reímos tan poco?
Porque todo funciona muy bien en la vida cotidiana, el humor viene cuando algo no funciona bien, y gracias a él no se pierde la confianza. Cuando la madre esconde su cara tras las manos, el bebé pasa de la angustia a la sorpresa de volver a recuperarla y lo hace a través del humor.

El humor, ¿un mecanismo de defensa?
Es mucho más que eso, nos ayuda a ajustar situaciones que nos desorientan. Un señor muy viejo me dijo: "Tengo un gran problema que no puedo resolver, pero comparado con la inmensidad de la vida es pequeño".

Eso es un acto de realismo.
Sí, nos permite redescubrir una perspectiva más amplia. Nos da ese equilibrio esencial entre el ideal y la realidad. Queremos ser más guapos e inteligentes, pero somos lo que somos, ese es el mensaje del humor.

¿El humor se puede enseñar?
Se aprende viviendo, pero uno se puede esforzar. Sabemos que la lógica extrema tiene un efecto humorístico, recuperarla puede crear bastantes situaciones oxigenantes. La risa es un indicador de salud mental.

¿Cómo trabajar el humor con niños?
Se debe permitir, establecer un clima en el que pueda fluir. El humor necesita confianza para que no se convierta en sarcasmo y algunas normas como que no te puedes reír de los otros, sino con los otros. Y no olvidar nunca que no te puedes tomar en serio a alguien que no tiene sentido del humor.

Humor y belleza son sus caballos de batalla...
Sí, y a menudo cuando la gente quiere ser seria pierde estas dos cualidades imprescindibles. En una ocasión un preso me invitó a dar una conferencia en una prisión francesa. En la mesa el preso puso un enorme ramo de flores, me sorprendió en una cárcel. Al terminar la conferencia dije una tontería.

¿? Le pregunté al preso qué podía hacer yo con esas flores (me iba en avión). Él me miró:
"Estaban ahí para embellecer el acto", luego las cogió y se las llevó a su celda. Aquello era toda una economía de la belleza: eran las flores de la misa que él recuperó para mi conferencia y luego para su celda.

Habla usted de humor y espiritualidad.
El juego está muy cerca del humor, es otra manera de colocarse en la vida. Con humor podemos librarnos de la obsesión de controlarlo todo. La integración de lo que no es perfecto en la vida me parece fundamental en la espiritualidad, que consiste en vivir la vida como es, con imperfecciones.

¿Qué ha aprendido usted en la vida?
Las malas intenciones existen, pero lo más común es que con buenas intenciones se haga daño a los demás. Hay que ser prudente con nuestras buenas intenciones y con nuestra buena conciencia.

Sí señor.
Bonhoeffer, gran teólogo alemán asesinado por los nazis, decía que cuando en la vida has perdido los referentes, la buena conciencia no sirve; sin embargo, la mala conciencia por lo menos te mantiene despierto. Necesitamos una trascendencia en la vida, y no estoy pensando en Dios, sino en responder a la pregunta ¿qué me hace feliz?
Igual nos ensimisma demasiado.

Curiosamente es una pregunta que se hace muy poco en trabajo social y con los niños. Es fácil de comprender y muy difícil de responder, pero es trascendental porque siempre nos invita a dar un paso más.

¿La felicidad es la capacidad de integrarlo todo?
Y la de recibir. Al principio una relación se basa en la admiración, pero llega el momento en que se descubren los puntos débiles, la fragilidad del otro y cosas peores.

O respetas o rompes.
Respetar la fragilidad del otro puede estar en el corazón de un crecimiento relacional muy positivo entre dos personas. Pero en nuestra actual sociedad hay una tendencia a eliminar la fragilidad, queremos ser admirados más que amados, y eso es un error.
(Sobre el tema también tenéis aquí, una entrevista a Anna Forés, también especialista en Resiliencia, que publicó en “El Periódico” de Cataluña, el pasado 10.12.2008). Y otra entrevista con el considerado mayor experto francés en resiliencia BORIS CYRULNIK

http://www.eldiario.es/consumoclaro/cuidarse/Resiliencia-arte-superar-adversidades_0_489601985.html

domingo, 30 de abril de 2017

Todos (?) los conflictos del ser humano, explicados en 21 frases de películas. Todo está ahí, en la pantalla. Son frases de filmes conocidos que exponen nuestros problemas y, a veces, los solucionan

El cine no es un manual de vida, sino un reflejo de ella. Sin embargo, algunas frases resuenan en nuestra cabeza mucho después de salir de la sala de cine. Son sentencias en apariencia sencillas, pero que no se le habían ocurrido a nadie antes, como los mejores inventos, y por eso funcionan para cualquier situación de la vida. Al recordarlas, simplificamos (y explicamos) nuestros conflictos e incluso nos sentimos mejor. Sacadas de su contexto funcionan como píldoras de filosofía aptas para todos los públicos. Y si no, hagamos la prueba y descubriremos que cualquier adulto puede sentirse identificado con estas frases.

1. "Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes", de La guerra de las galaxias
Quién lo dice. Yoda, cuando Luke Skywalker le confiesa que "intentará" usar La Fuerza. Qué lección aprendemos. Yoda era un filósofo cuya lentitud generaba cierta ansiedad, y parecía estar siempre medio dormido, pero cuando se ponía serio acertaba de pleno. Yoda nos transmite con esta frase que cuando alguien dice "lo intentaré" es la mayor cobardía que se puede mostrar, porque anticipa el fracaso, busca la disculpa precoz y se escuda en el "por si acaso". Yoda tiene razón: con lo fácil que es fallar, la única forma de evitarlo es no contemplarlo como una opción.

2. "Éramos jóvenes y creíamos que encontraríamos otros amores igual de intensos", de Antes del atardecer
Quién lo dice. Céline (Julie Delpy), ante la pregunta de Jesse (Ethan Hawke) de por qué nunca se buscaron tras pasar una noche juntos nueve años atrás. Qué lección aprendemos. El primer amor, ese que hace que te creas invencible porque nada te importa y, por lo tanto, nada te da miedo. Cuando lo dejas, ansioso por vivir nuevas experiencias, estás seguro de que este sólo ha sido el primero de una interminable ristra de romances fogosos. Como cuando Geri Halliwell dejó las Spice Girls convencida de que iba a convertirse en Madonna. Veinte años después, te sigues acordando de aquel primer amor, y aprendes a no dar las cosas por supuestas.

3. "No soy mala, es que me han dibujado así", de ¿Quién engañó a Roger Rabbit?
Quién lo dice. Jessica Rabbit, en pleno interrogatorio. Qué lección aprendemos. Mal entendida, esta filosofía de vida puede darles alas a esos tronistas que gritan injurias bajo la excusa de que "a mí me gusta decir las cosas a la cara". Bien asimiliada, la frase de Jessica Rabbit es la autoafirmación personal definitiva, como la del escorpión que mata a la rana que le ha ayudado a cruzar el río: no puedo evitarlo, es mi carácter. No vale utilizarla para liarla parda constantemente, que entonces pierde su gracia.

4. "¿Por qué te empeñas en encajar cuando tú naciste para destacar?", de Un sueño para ella
Quién lo dice. El personaje de Ian Wallace, justo después de caerse de la barca con la chica (Amanda Bynes) y justo antes de ligársela definitivamente. Qué lección aprendemos. Estamos ante el primer gran dilema adulto: relajarse en el reconfortante coma social o seguir tus instintos y arriesgarte a ser la oveja negra durante el resto de tu vida. Algunos se pasan años intentando cruzar al otro lado, hay raros que fingen saber de fútbol sólo para poder hablar de algo en la oficina, y hay anodinos que ponen memes en Facebook con mensajes como "me gusta ser distinto ¿y qué?" o "estoy to loco". Pero es inútil nadar contra la corriente: ambos grupos se reconocen entre sí.

5. "Vamos a llevarnos bien, porque si no van a haber 'ondonadas' de hostias", de Airbag
Quién lo dice. Pazos (interpretado por Manuel Manquiña) para iniciar la negociación y aclarar que "el concepto es el concepto". Qué lección aprendemos. No es una amenaza, es una forma de vida. Por precaución, más vale ser cordial con todo el mundo porque nunca sabes cuándo puedes salir escaldado. La hostilidad puede acabar volviéndose en tu contra si acaban ascendiendo a ese compañero al que has faltado al respeto gratuitamente.

6. "Si hubieras inventado Facebook, habrías inventado Facebook", de La red social
Quién lo dice. El creador de Facebook, Mark Zuckerberg (cuyo papel hace Jesse Eisenberg), a los dos madelmans que le están demandando por haberles robado la idea. Qué lección aprendemos. Tras interminables sesiones de negociación, Mark Zuckerberg les cierra la boca a esos dos tipos que le demandan por robarles su idea. La lección es: de nada sirve pasarse la vida lloriqueando porque estuviste a punto de conseguir algo; no sucedió, pasa página. En Los Simpson también condensaron esta idea con la frase "nadie gana el Nobel por intento de química".

7. "No empecemos a chuparnos las pollas todavía", de Pulp fiction
Quién lo dice. El Señor Lobo (Harvey Keitel), cuando los demás pringados empiezan a celebrar que han terminado el trabajo con éxito. Qué lección aprendemos. El Señor Lobo ha hecho un trabajo impecable cubriendo el asesinato accidental perpetrado por el gatillo fácil de Vincent Vega (John Travolta). Pero el Señor Lobo ha limpiado demasiada sangre a lo largo de su carrera como para confiarse y empezar a chocar los cinco: menos celebrar y más deshacerse de las pruebas. Lección: un trabajo bien hecho no es tal hasta que lo rematas y eliminas cualquier posible fallo.

8. "Siempre habrá alguien más joven y hambrienta bajando las escaleras detrás de ti", de Showgirls 
Quién lo dice. Crystal, la estríper veterana, a Nomi, justo después de que Nomi le empuje escaleras abajo para robarle el trabajo. Qué lección aprendemos. La frase es de una estríper, pero puede ser aplicada a cualquier trabajador. La globalización no sólo ha importado neologismos como "asertivo", "resilencia" o "sinergia", sino que, además, nos ha contagiado la competitividad anglosajona. Cuidado con aquellos compañeros de trabajo cuyo cuerpo está hecho de 70% agua y 30% pura ambición. Nunca les des la espalda, nunca bajes la guardia, nunca les rías la gracia. O te apuñalarán sin temblarles la mano.

9. "No me traigas un café si no te vas a servir otro para ti", de Armas de mujer
Quién lo dice. La protagonista (Melanie Griffith) a su nueva secretaria, durante su primer día como jefa. Qué lección aprendemos. La camaradería, el compañerismo y la igualdad entre trabajadores, aunque el tamaño de sus oficinas les recuerde su jerarquía. Lo perverso de esta frase es que la primera vez que aparece en la película es mentira (la jefa, Sigourney Weaver, va a liársela a su secretaria, Melanie Griffith), pero la segunda (la dice Melanie Griffith, cuando la han ascendido a jefa) sabemos que sale del corazón. Y trabajar con más humanidad es algo que toda empresa necesita.

10. "Algunas personas sólo quieren ver el mundo arder", de El caballero oscuro
Quién lo dice. El mayordomo siempre sensato Alfred (Michael Caine), cuando Bruce Wayne (Christian Bale) se angustia por intentar comprender las motivaciones del Joker (Heath Ledger). Qué lección aprendemos. La necesidad del ser humano por racionalizarlo todo y buscar una explicación a la crueldad de los demás se topa a veces con un muro de hormigón: los hay que simplemente se sienten como en casa cuando están rodeados de caos. A veces no hay otra explicación para el terror. Si alguna vez te cruzas con alguien así, lo mejor es cambiarse de acera y rezar por no estar cerca cuando explote el vertedero.

11. "Nadie olvida la verdad, sólo aprenden a mentir mejor", de Revolutionary road
Quién lo dice. April (Kate Winslet), cuando por fin confronta a su marido (Leonardo DiCaprio) con lo decepcionante que es su vida familiar. Qué lección aprendemos. Hay dos películas de nuestro tiempo que condensan cómo nos hacemos mayores sin darnos cuenta: Del revés y Revolutionary road. Kate Winslet brilla (aún más que de costumbre) con una lúcida reflexión en la que le recrimina a su marido, intepretado por Leonardo DiCaprio, que si él quiere autoconvencerse de que es feliz y de que tiene la vida que quiere, perfecto, pero que al menos con ella no disimule. Con esta punzante honestidad, la película nos invita (o más bien, nos arrastra) a ser conscientes de esa frustración que creemos poder enterrar si no pensamos mucho en ella. Se dijo que Boyhood era "la vida", pero Revolutionary road es la más universal alegoría sobre la inevitable decepción que supone ser adulto.

12. "Las tiendas no son amables con la gente, son amables con las tarjetas de crédito", de Pretty woman
Quién lo dice. Richard Gere, cuando se dispone a gastar "una cantidad obscena de dinero" para hacer feliz a Julia Roberts. Qué lección aprendemos. El capitalismo nunca fue tan sexi ni tan autonconsciente como en esta película. El que dijo que "el dinero no da la felicidad" es que nunca ha visto ninguno de los 20 pases televisivos de Pretty woman. Al acabar, se nos plantea un círculo vicioso: ¿la escena de las compras es un reflejo de la sociedad de 1990 o nos hace tan felices comprar por culpa de haber crecido con esa escena?

13. "Estoy más que harto y no quiero seguir soportándolo", de Network, un mundo implacable
Quién lo dice. El presentador Howard Beale (interpretado por Peter Finch), en directo durante su programa de actualidad política. Qué lección aprendemos. Esta protesta, sencilla en la forma pero subversiva en esencia, llevaba al presentador Howard Beale al despido, no sin antes lograr que toda la nación le diese la réplica a gritos desde su balcón. Como con tantas otras manifestaciones, quizá no consiguieran nada, pero por lo menos que quede claro que nos hemos dado cuenta de que nos están chuleando.

14. "Sigue nadando", de Buscando a Nemo
Quién lo dice. Dory, cada vez que no se le ocurre otra cosa que decir. Qué lección aprendemos. Este mensaje sencillo, tontorrón e infalible puede aplicarse a cualquier situación de la vida. El ser humano está programado para sobrevivir y adaptarse, en contra del coloquial lamento de "no puedo más". Sí que puedes. Sigue nadando.

15. "No le prestéis atención al hombre detrás de la cortina", de El mago de Oz
Quién lo dice. El ayudante del Mago, cuando se desvela que su poder no tiene nada de mágico. Qué lección aprendemos. Hace 70 años Hollywood ya nos dejó bien claro cuál es la única forma de vivir en paz en la sociedad: ignorar a los que mueven sus hilos, los que deciden nuestro destino sin conocernos. Dorothy se dio cuenta y, en vez de involucrarse en la política de Oz y exponerse a una frustración perpetua, prefirió volverse a Kansas, echarse una siesta y probablemente no ir a votar.

16. "Siempre he confiado en la bondad de los desconocidos", de Un tranvía llamado deseo
Quién lo dice. Blanche Dubois (Vivien Leigh), al enfermero del manicomio que ha venido a buscarla. Qué lección aprendemos. En el mundo desconfiado en el que vivimos, algunas personas son desalmadas sólo porque es lo que el mundo espera de ellos. ¿Y si por el contrario probamos a asumir que todo el mundo es bueno por defecto? Ya decía Mary Poppins que con un poco de azúcar todo sabe mejor. Por ingenuo que parezca algo de eso hay cuando nuestro compañero de BlaBlaCar nos cuenta su vida con la mano en el corazón y sentimos un irrefrenable deseo de hacer lo mismo. Porque si algo garantiza un desconocido es que no va a juzgarte, y da igual lo que le cuentes porque no vas a volver a verle nunca.

17. "La mayor trampa del diablo (el mal?) fue convencer al mundo de que no existe", de Sospechosos habituales
Quién lo dice. Kevin Spacey, para explicar por qué todo el mundo debería temer a Keyser Sozer. Qué lección aprendemos. Si después de todo esto acabamos en las puertas del infierno, el diablo tendrá todo su derecho a reclamar nuestro alma por toda la eternidad. En nuestra defensa, sólo podremos argumentar que los siete pecados capitales estaban terriblemente mal escogidos: representaban todo lo que nos hace felices en la Tierra. Los católicos además tienen la ventaja de arrepentirse a toda prisa en el último momento. Es una jugada redonda.

18. "Lo único que depende de nosotros es decidir qué hacer con la época que nos ha tocado", de El señor de los anillos
Quién lo dice. Gandalf, cuando Frodo lamenta que el Anillo Único haya caído en sus manos. Qué lección aprendemos. Puede que esta frase sea un bajón, teniendo en cuenta los tiempos que nos han tocado a nosotros. Pero como decía nuestra madre, "ni peros ni peras, hay que apechugar". No siempre es fácil, pero cada día deberíamos ser capaces de tomar una decisión que suponga una minúscula contribución a hacer que el mundo sea un lugar mejor. Si todos pensásemos igual y lo hiciéramos a la vez, podríamos ser invencibles.

19. "Sigo siendo grande, son las películas las que se han quedado pequeñas", de El crepúsculo de los dioses
Quién lo dice. Norma Desmond (interpretada por Gloria Swanson), una vieja estrella del cine en plena decadencia, cuando alguien insinúa que está acabada. Qué lección aprendemos. Porque nos obstinamos tanto en ser los mejores (profesionales, padres, amantes, amigos) que no nos damos cuenta de que, por mucho talento que tengamos, a veces de donde no hay no se puede sacar. Norma Desmond estaba como un cencerro, pero tenía toda la razón.

20. "Por qué no nos quedamos aquí un rato y vemos lo que pasa", de La cosa
Quién lo dice. R.J. MacReady (Kurt Russell), cuando ya no puede hacer nada para derrotar al monstruo. Qué lección aprendemos. Porque a veces nos empeñamos tanto en ser "proactivos" y ejercer "liderazgo" que olvidamos que el azar juega un papel clave en la vida. Cuando el futuro no depende de nosotros, la única opción es recostarse y esperar a que las piezas se coloquen solas. Ya nos tocará volver a coger las riendas y jugar la mejor mano posible con las cartas que nos han tocado, pero estos ratos de pasividad nos quitan la presión de encima. Hay pocas sensaciones más agradables que sentarse a ver la vida pasar.

21. "Ríe y el mundo entero reirá contigo. Llora y lo harás solo", de Old boy
Quién lo dice. El protagonista lee esta frase en la habitación donde pasa 18 años secuestrado, y la acaba convirtiendo en su mantra. Qué lección aprendemos. Ya lo advertían los Bee Gees en I started a joke. Quién no se ha sentido abandonado tras un mal día por esa misma pandilla que la noche antes, en plena exaltación etílica, prometían que siempre iban a estar ahí para apoyarse. Al menos tocar fondo sirve para hacer una criba eficaz de amistades.

http://elpais.com/elpais/2017/03/06/icon/1488796601_582779.html?rel=lom

martes, 16 de octubre de 2018

16 de octubre, Día mundial de la alimentación. El pasado implacablemente nos acusa.




Puedes tomar una bebida aquí por solo una moneda.
Por dos, un vino mejor
y por cuatro monedas,
uno de Falerno.
Grafito Pompeyano año 79 dne. en un establecimiento comercial.


Los estudios contemporáneos en materia de hambre en el mundo son desoladores; el hambre en el planeta parece estar creciendo una vez más , aquejando no menos de un 11% de la población. Las personas subalimentadas por su parte, ya son 815 millones a nivel mundial. De una parte guerras en regiones de conflicto u otras de baja intensidad, crisis económicas, desastres naturales, etc., han empeorado situaciones ya de por sí graves en la materia. En otras palabras, la disponibilidad de alimentos es dramáticamente empequeñecida cuando se dejan de producir, disminuyen sus importaciones o es deficiente la distribución, frecuentemente por razones que guardan relación con el modelo económico imperante; se genera una absurda imposibilidad del acceso a aquellos.

Visualizando todas estas afirmaciones, tenemos que el hambre o la subalimentación ocasionan el retraso del crecimiento de los niños menores de cinco años, poniendo en riesgo su capacidad cognitiva hacia el futuro, por consiguiente un menor rendimiento en la escuela, en el trabajo y hasta propiciando muerte por infecciones o dolencias crónicas. La desnutrición infantíl es sorprendentemente un fenómeno que existe y persiste en este tecnologizado siglo XXI de la era cristiana, con consecuencias irreversibles en los afectados..

Paradójicamente, otro fenómeno revelador del nivel grotesco del sistema de relaciones sociales imperante, es el de unos 600 millones de personas obesas en el mundo, un 13% de la población adulta planetaria ( en América del Norte, Europa y Oceanía un 28%, en comparación con el 7% en Asia, el 11% en África, América Latina y el Caribe, aproximadamente una cuarta parte de la población ). Sobra decir las enfermedades que ocasiona la gordura, un fenómeno en estas dimensiones, bastante moderno y así mismo relacionado con hábitos consumistas causantes de mala alimentación, en base a productos dañinos evidentemente inducidos como moda por el consumismo irrefrenable y existencias culturales envilecidas.

En el caso del imperio dominante en el presente siglo, Estados Unidos de América, el país más opulento del mundo, hay estadisticas supremamente dicientes sobre estos temas. La mortalidad infantil es muy alta (ocupa el puesto 44 a nivel mundial detrás de países como Cuba, Bosnia o Croacia); respecto a la alimentación, cerca del 10% de los hogares con niños tuvieron dificultades económicas para alimentrse adecuadamente en 2014 (en el caso de los latinos es el 25% aprox.). El Departamento de Agricultura de EE.UU. habla de un 14% de hogares con problemas para comprar comida. Además, han aumentado las restricciones al acceso a programas estadales para proveer alimentos gratuitamente a personas necesitadas. El Relator Especial sobre la Pobreza Extrema y Derechos Humanos de las Naciones Unidas, recalcó insólitamente y de manera directa, que en Estados Unidos un sorpredentemente alto número de niños vive probremente. La respuesta al respecto no se hizo esperar: el gobierno de Washington se retiró del Consejo de los Derechos Humanos de la Naciones Unidas. ¡Soberbia solución¡

Revelaciones del pasado imperial 2000 años atrás. A inicios de la segunda década del presente siglo vieron la luz unos hallazgos de las ruinas de un suburbio de Pompeya, la ciudad sepultada por la erupción del volcán Vesubio del año 79 de nuestra era. Nuevos restos de esqueletos fueron examinados y con la tecnología forence contemporánea se logró establecer aún con mayor certeza cómo vivían cotidianamente los seres humanos en el imperio más poderoso de la antiguedad en occidente: Roma.

La muestra representativa fue de unos 54 restos de habitantes de Oplontis, vecindario Pompeyano, los cuales intentaron refugiarse de la catástrofe, falleciendo. Dos mil años después los residuos de metales vertidos en las osamentas dentificaron con claridad las clases sociales; quienes tenían joyas o dinero y quienes no tenían nada. Quedaron establecidos claramente acuadalados y desposeídos, los patricios y los esclavos.

Dichos restos examinados con las practicas forences contemporaneas arrojan resultados perturbadores; no hay muestras de desnutrición, eran sanos tanto los unos como los otros. A su vez, excavaciones en Herculano, cerca de Pompeya y Oplontis, permiten también examinar los detritus humanos de las cloacas sepultados por la ceniza volcanica de aquel año 79 dne, demostrando una base de nutrientes alimenticios similar a lo que llamaríamos hoy una dieta diversa, balanceada. En otras palabras, en el Imperio Romano (dentro de lo estudiado) ricos (con todo y sus exuberantes festines) y pobres, comían similares dietas alimenticias y por tando poseían equiparables niveles de salud (como revela el epígrafe de este texto, en una proporción de capacidad económica de 4 a 1). ¡Vaya¡

Continuado con el análisis del hallazgo en Oplontis, dos hosamentas dejaron ver en el examen forence, una afección de salud de un par de niños entre quienes eran desposeídos (sin metales), los cuales sufrían una dolorosa e incapacitante enfermedad, la cual necesariamente implicó la prodigación de esmerados cuidados de parte de sus familiares por aquel entonces, los cuales sosprendentemente podían ofrecerles tal protección ante su minusvalía, aún a pesar de su condición subalterna.

Adicionalmente, del lado de los marcados en sus restos por joyas, los ricos, al estudiar uno de los cráneos fue posible establecer su procedencia; era un africano subsahariano. Si, hace 20 siglos algunos africanos del centro de África se asentaban en Europa y no necesariamente como esclavos, disfrutando del nivel de prosperidad económica que el imperio ofrecía a sus acaudalados. Nuevamente ¡Vaya¡

Roma antigua, una vez más nos deja impresionados por un sistema de estratificación social rígido, empero, paradójicamente, que permitía a los desposeídos vivir en condiciones básicas que al presente serían bastante aceptables; una filosofía de praxis le sustentaba: ´los pobres son muy prácticos ya que luchan por sobre vivir¨, desde ¨esta perspectiva de los pobres es perfectamente aceptable trabajar hasta que se cubran las necesidades básicas y luego parar¨. La mayor parte de la gente allí no tenía empleo regular ni lo que llamaríamos actualmente, salario. Pero, no se morían de hambre, ni se les dejaban de ofrecer algún tipo de cuidados en caso de calamidad crónica, si tenemos en cuenta estos hallazgos.

Finalmente, por fuentes históricas y literarias sabemos que el Estado romano imperial ofrecía gratuitamente a sus habitantes, con fines inocultablemente políticos, además del muy conocido pan y circo, aceite de oliva y en ciertos momentos hasta carne de cerdo. También erigió en determinados periodos instituciones dedicadas a la manutención y sostenimiento sin retribución alguna de la población, como los Alimenta y para las mujeres jóvenes las Puellae.

Conclusión, estamos lejos de establecer que el Imperio Romano era un aparato de bienestar social, su fin era la conquista y la tributación de los pueblos vencidos por la fuerza de las armas. No obstante, los principios de despojo y subyugación de aquellos tiempos, de alguna forma impregnados de estoicismo griego, no desvirtuaban en sus aspectos prácticos, en ningún caso, el carácter humano de mujeres y hombres., aún a pesar de la execrable institución de la esclavitud imperante.

Estos hechos sacados a la luz por la ciencia, al relacionarse con el estado de cosas actual en occidente, influenciado en sobre manera por el american way of life, de los EE.UU. potencia imperial todo poderosa del presente, nos dejan la sensación de que algo ha ocurrido en Occidente que ha facilitado la deshumanización de inmensas masas de seres humanos, inhibiendo la expansión de conocimientos y usos que permiten una adecuada existencia biológica y social para los habitantes del planeta.

Por estos días, hay hambre, desnutrición producto directo del sistema económico impuesto (incluso en la primera potencia mundial), tendencia creciente hacia desatención institucionalizada en salud (por no ser sustentable de acuerdo al capitalismo actual), racismo latente (impensable en las sociedades de la antigüedad), etc.

En el siglo XVIII el Iluminismo entendió el conocimiento como un medio para construir un mundo mejor y en muchos sentidos por ello miró a la antigüedad; ¿qué sucedió entre el Iluminismo y la actual era del voraz capitalismo financiero el cual hace ver como subhumanos al 90% de nuestra especie?

El examen científico del mundo antiguo va permitiendo detectar al actual nivel de civilización como una inhumana, ostentosa e hipertrofiada feria de grotescas tecnologías sin sentido, indiferentes al dolor y con acentuado caracter exicial. Sin duda, en lo verdaderamente fundamental, hemos sensiblemente retrocedido.



Lecturas

Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO ¿Cuánto nos falta por alcanzar el #hambre cero? El Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2017. Fomentando la Resilencia en Aras de la Paz y la Seguridad Alimentaria. http://www.fao.org/state-of-food-security-nutrition/es/

Angel Bermudez. 6 indicadores en los que Estados Unidos está al nivel de los países subdesarrollados . BBC Mundo. 20 de noviembre de 2017. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-42006658

Redacción. Por qué cada vez más gente pasa hambre en Estados Unidos. BBC Mundo. 1 de agosto de 2016. https://www.bbc.com/mundo/noticias-36910294

Robert C. Knapp. Los Olvidados de Roma. Prostitutas, forajidos, esclavos, gladiadores y gente corriente. Editorial Planeta S.A. Barcelona 2011.

Mary Bread. Forence en Pompeya. Documental. Pompeii: Life &  Death in a Roman Town. https://www.youtube.com/watch?v=Ld8ZsN0lxX0

En los EE.UU. de la Desigualdad. La (in) Seguridad Nacional. Rajan Menon. TomDispach. Versión Rebelión.org http://www.rebelion.org/noticia.php?id=244702

Cármen del Vando Blanco. Roma. Los nutrientes del Imperio romano. Elaboración, distribución y consumo de alimentos. EXPOSICIÓN/ ANTIGUA ROMA. http://www.elmundo.es/la-aventura-de-la-historia/2015/07/14/55a4e59e268e3ec4048b457b.html

Mijail Ivanovich Rostovtzeff. Historia Social y Económica del Imperio Romano. Vol II. Espasa-Calpe. Madrid 1962.