domingo, 9 de julio de 2017

_- Aproximaciones a El siglo soviético, de Moshe Lewin Samir Amin y Octubre de 1917

_- Salvador López Arnal

Ante a los intentos del general Kornilov de aplastar la revolución en agosto las mujeres se sumaron a la defensa de Petrogrado construyendo barricadas y organizando la asistencia médica. En octubre las mujeres del Partido Bolchevique participaron en la asistencia médica y en las comunicaciones fundamentales entre las localidades, varias mujeres se responsabilizaron de coordinar el levantamiento en diferentes zonas de Petrogrado y algunas fueron miembros de la Guardia Roja. McDermid y Hillyer describen la participación de otra mujer bolchevique en octubre: “La conductora de tranvía A.E. Rodionova había escondido 42 rifles y otras armas en su estación de tranvía cuando el gobierno provisional trató de desarmar a los trabajadores después de los días de julio. En octubre ella se encargó de asegurar que dos tranvías con ametralladoras dejaran la estación para la toma del Palacio de Invierno. Tenía que asegurarse de que el servicio de tranvía funcionara durante la noche del 25 al 26 de octubre para asistir a la toma de poder y para comprobar los puestos de la Guardia Roja en toda la ciudad”.

Megan Trudell (2017)

Samir Amin [1] no se corta ni un pelo y va directo al núcleo del asunto: “la Humanidad entera debe mucho a la Unión Soviética surgida de esta revolución, pues fue el Ejército Rojo, y solo él, el que derrotó a las hordas nazis”. No sólo eso: “El modelo de la Unión Soviética, el de un estado plurinacional basado en el apoyo aportad por los menos necesitados a los más necesitados, sigue a día de hoy sin haber sido igualado”. Más aún: “El apoyo de la URSS a las luchas de liberación nacional de los pueblos de Asia y de África obligó en su momento a las potencias imperialistas a retroceder y a aceptar una mundialización policéntrica, menos desequilibrada, más respetuosa con la soberanía de las naciones y con sus culturas”.

Algunas de sus reflexiones más importantes [1]:

1. El imperialismo como fase superior del capitalismo.
“Lenin y Bujari, yendo más lejos que los análisis del Hobson y Hilderfing relativos al capitalismo de los monopolios y al imperialismo, sacaron la principal conclusión política: la guerra imperialista de 1914-1918 (prevista solo por ellos, o casi) hacía necesaria y posible una revolución guiada por el proleriado. Bujarin lo dejó escrito en 11915 (El imperialismo y la acumulación del capital) y Lenin en 1916 (El imperialismo fase superior del capitalismo)” (p. 9)
La posición de Amin:

“Con el beneficio que me de la perspectiva temporal, señalaré aquí los límites de sus análisis. Lenin y Bujarin consideran el imperialismo como una etapa nueva (superior), asociada a la transición al capitalismo de los monopolios. Yo he cuestionado esa tesis y he considerado que el capitalismo histórico ha sido siempre imperialista, en el sentido de que desde su origen en el siglo XVI ha sido el generador de una polarización entre sus centros y sus periferias, polarización que se fue intensificando durante el transcurso de su despliegue mundializado ulterior... Lenin y Bujarin pensaban que la revolución, iniciada en Rusia (el “eslabón débil”) tenía que proseguir en los centros (en Alemania en particular). Su esperanza se fundamentaba en una estimación a la baja de los efectos de la polarización imperialista, aniquilando la perspectiva revolucionaria en los centros”.

2. La Guerra Fría y la coexistencia pacífica.
 “Después de las guerras de intervención “calientes”, la guerra fría será permanente desde 1920 a 1990. El Occidente imperialista, como los nazis, n siquiera tolera la existencia de la Unión Soviética. Por su parte, Lenin primero y después Stalin tratan por todos los medios de hacerles comprender que no tienen intención de “exportar” su revolución; buscan la coexistencia pacífica por todos los medios diplomáticos a su disposición.

Durante el período de entreguerras Stalin había buscado desesperadamente la alianza de las democracias occidentales contra el nazismo. Las potencias occidentales no respondieron a la invitación; todo lo contrario, buscaron empujar la Alemania hitleriana a hacer la guerra a la Unión Soviética… Más tarde, con la entrada en al guerra de Estados Unidos, Stalin renovará sus tentativas de fundar la posguerra sobre una alianza duradera con Washington y Londres. Nunca renunciará a ello. Pero también en esta ocasión la política de coexistencia y de paz buscada por la Unión Soviética estará condenada al fracaso por culta de la decisión unilateral de Washington y Londres de poner fin a la alianza de guerra tomando la iniciativa d ella guerra fría al día siguiente de Postdam, dado que Estados Unidos dispone del monopolio de las armas nucleares”.

3. LA NEP, la Nueva Política Económica.
“Pero Lenin aprende rápidamente la lección que le impone la historia. La revolución, hecha en nombre del socialismo (y del comunismo) es en realidad otra cosa: es gran parte una revolución campesina. ¿Qué hacer entonces? ¿Cómo vincular al campesinado a la construcción del socialismo? ¿Haciendo concesiones al mercado y respetando la nueva propiedad campesina adquirida; progresando, pues, lentamente hacia el socialismo? Esta será la estrategia que pondrá en marcha la Nueva Política Económica. Sí, pero… porque Lenin y Stalin comprenden también que las potencias imperialistas no aceptarán nunca ni la Revolución ni la neuva NEP. Pues la Rusia soviética, por lejos que esté del poder construir el socialismo, se ha liberado ya del yugo que el imperialismo pretende imponer a todas las periferias del sistema mundial que está bajo su dominio; la Rusia soviética se desconecta”.

4. La doctrina Zdanov.
“Al año siguiente <1948>, Zdanov (de hecho, Stalin), con su famoso informe, que está en el origen de la creación del Komintern (forma atenuada dell renacimiento de la tercera Internacional), dividía también él el mundo en dos esferas: la esfera socialista (la URSS y la Europa del Este) y la esfera capitalista (el resto del mundo). El informe ignoraba las contradicciones que, en el seno de la esfera capitalista, oponen a los centros imperialistas y a las naciones de las periferias implicadas en la lucha por su liberación. La doctrina Zdanov tenía un objetivo prioritario: imponer la coexistencia pacífica y de este modo calmar los ardores agresivos de Estados Unidos y de sus aliados subalternos europeos y japoneses. En contrapartida, la Unión Soviética aceptaría adoptar un perfil bajo, absteniéndose de ingerirse en los asuntos coloniales que las potencias imperialistas consideraban como sus asuntos internos. Los movimientos de liberación, incluida la revolución china, no fueron apoyados con entusiasmo en aquella época, y se impusieron por sí mismos. Pero su victoria (en particular, evidentemente, la de China) introducía cambios en las relaciones de fuerza internacionales. Moscú solo tomó la auténtica medida de estos cambios después de Bandung, lo que le permitió, mediante su apoyo a los países en conflicto con el imperialismo, romper su aislamiento y convertirse en un actor principal en los asuntos mundiales”.

5. La colectivización.
“Son comprensibles por tanto los zigzagueos de Lenin, Bujarin y Stalin frente al doble desafío de la cuestión agraria y la agresividad de las potencias occidentales… Finalmente, a partir de 1930/1933 (y no sin que ello tenga relación con el ascenso del fascismo), Stalin impone la opción de la industrialización y del armamento acelerados.

La colectivización es el precio a pagar. Pero tampoco en este caso hemos de precipitarnos a emitir un juicio: todos los socialistas de la época (y los capitalistas todavía más) comparten los análisis de Kautsky en este punto y están convencidos de que el porvenir pertenece a la gran explotación agrícola (aludo aquí a las tesis de Kautsky en La cuestión agraria, primera edición de 1899). La idea de que la explotación familiar modernizada es más eficaz que la gran explotación tendrá que esperar mucho tiempo antes de sr aceptada. Los agrónomos (en particular los de la escuela francesa) comprendieron antes que los economistas que la división extrema del trabajo del modelo industrial no era conveniente en el caso de la agricultura; el agricultor se enfrenta a las exigencias de unas tareas políticas difíciles de prever…”

6. Abandono de la democracia.
“La ruptura de la alianza obrera y campesina que implicó la opción de colectivización en las formas concretas que adoptó está en el origen del abandono de la democracia y de la deriva autocrática”

7. China y Mao.
“La diferencia es importante; impone una perspectiva larga de mantenimiento de la alianza obrera y campesina. Esto permitirá a China no cometer el error fatal de la colectivización forzosa, e inventar otra vía que hará conciliable la propiedad del Estado sobre la totalidad del suelo agrícola con el acceso legal de los campesinos al uso de la tierra y con la explotación familiar renovada. Mao da una respuesta nueva a la cuestión agraria, basada en la pequeña explotación familiar renovada sin pequeña propiedad, reduciendo la presión migratoria hacia las ciudades, y haciendo compatible el objetivo estratégico de la soberanía alimentaria con la construcción de un sistema industrial nacional completo y moderno… La fórmula es ciertamente la única respuesta posible a la cuestión agraria para todos los países del Sur contemporáneo, aunque las condiciones políticas que hacían posible su puesta en práctica solo se dieron en China y en Vietnam”.

Podemos dejarlo en este punto. Continuamos en la próxima entrega.

(1) Tomo pie en Samir Amin, Octubre 1917, Vilassar de D’Alt, El Viejo Topo, 2017 (traducción de Josep Sarret) y en Samir Amin, Rusia en la larga duración, Vilassar de D’Alt, El Viejo Topo, 2017.

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