Mostrando entradas con la etiqueta Nobel de la Paz. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Nobel de la Paz. Mostrar todas las entradas

martes, 14 de enero de 2020

_- Discurso del Nobel Nelson Mandela

_- “Su Majestad el Rey, Su Alteza Real, Honorable Primer Ministro, señora Gro Brundtland, ministros, parlamentarios y embajadores, Señores Miembros del Comité Noruego del Nobel, miembro laureado, Sr. FW de Klerk, distinguidos invitados, amigos, señoras y señores:

Estoy verdaderamente honrado de estar aquí hoy para recibir el Premio Nobel de la Paz de este año.

Extiendo mi más sincero agradecimiento al Comité Nobel noruego por elevarnos a la condición de un ganador del Premio Nobel de la Paz.
También me gustaría aprovechar esta oportunidad para felicitar a mi compatriota y compañero de premio, el Presidente del Estado F.W. de Klerk, en su recepción de este alto honor.

Juntos, nos unimos a dos distinguidos sudafricanos, el difunto Jefe Albert Luthuli y Su Gracia el arzobispo Desmond Tutu, a cuyas contribuciones a la lucha pacífica contra el perverso sistema del apartheid pagó homenaje merecido al otorgarles el Premio Nobel de la Paz.
No voy a ser presuntuoso por nuestra parte si añadimos también, entre nuestros predecesores, el nombre de otro ganador del Premio Nobel de la Paz, el fallecido estadista e internacional afroamericano, el reverendo Martin Luther King Jr.

Él también luchó y murió en el esfuerzo de hacer una contribución para la justa solución de los mismos grandes temas actuales a los que hemos tenido que enfrentarnos como sudafricanos.

Hablamos aquí de la impugnación de las dicotomías de la guerra y la paz, la violencia y la no violencia, el racismo y la dignidad humana, la opresión y la represión y la libertad y los derechos humanos, la pobreza y la miseria.

Estamos aquí hoy nada más que como representante de los millones de nuestra gente que se atrevieron a levantarse contra un sistema social cuya esencia misma es la guerra, la violencia, el racismo, la opresión, la represión y el empobrecimiento de todo un pueblo.
También estoy aquí hoy como representante de los millones de personas en todo el mundo, el movimiento anti – apartheid, los gobiernos y las organizaciones que se unieron con nosotros, no para luchar contra Sudáfrica como país o cualquiera de sus pueblos, sino para oponerse un sistema inhumano y para un rápido fin del crimen del apartheid contra la humanidad.

Estos innumerables seres humanos, tanto dentro como fuera de nuestro país, tuvieron la nobleza de espíritu para estar en el camino contra la tiranía y la injusticia, sin buscar ganancia egoísta. Reconocieron que un ataque contra uno es un ataque contra todos y por lo tanto actuaron juntos en defensa de la justicia y la decencia humana común.

Debido a su valentía y persistencia durante muchos años, podemos, hoy en día, incluso fijar las fechas en las que toda la humanidad se unirá para celebrar una de las victorias humanas sobresalientes de nuestro siglo.

Cuando llegue ese momento, veremos, en conjunto, como se regocijan en una victoria común sobre el racismo, el apartheid y el gobierno de la minoría blanca.

Ese triunfo llevará finalmente a su fin una historia de 500 años de AFC de los metales nobles y piedras preciosas que se apoyan en las entrañas de la tierra africana que pisamos las huellas de nuestros antepasados. Será y debe medirse por la felicidad y el bienestar de los niños, a la vez los ciudadanos más vulnerables de cualquier sociedad y el más grande de nuestros tesoros.

Los niños tienen que, por fin, jugar en la sabana abierta, ya no torturados por los dolores del hambre o devastados por la enfermedad o amenazados con el flagelo de la ignorancia, el abuso sexual y el abuso, y ya no se requieren para participar en actos cuya gravedad excede las demandas de su corta edad.

Frente a esta distinguida audiencia, nos comprometemos a una nueva Sudáfrica en la búsqueda incesante de los fines establecidos en la Declaración Mundial sobre la Supervivencia, la Protección y el Desarrollo del Niño.

La recompensa de la que hemos hablado, también se debe medir por la felicidad y el bienestar de las madres y los padres de estos niños, que deben caminar por la tierra sin miedo a ser robados, matados por el beneficio político o material, o escupidos porque son mendigos.
Ellos también deben ser relevados de la pesada carga de la desesperación que llevan en sus corazones, nacido de hambre, falta de vivienda y el desempleo.

El valor de ese regalo para todos los que han sufrido debe ser medido por la felicidad y el bienestar de todos los habitantes de nuestro país, que han derribado las paredes inhumanas que los dividen.

Estas grandes masas han dado la espalda al grave insulto de la dignidad humana que describe a algunos como jefes y otras personas como sirvientes, y transforma cada uno en un depredador cuya supervivencia dependía de la destrucción del otro.

El valor de la recompensa compartida debe medirse por la paz gozosa que triunfará, porque la humanidad común que une tanto a blancos como a negros en una sola raza humana, le han dicho a cada uno de nosotros que todos hemos de vivir como los niños del paraíso.

Por lo tanto vamos a vivir, porque habremos creado una sociedad que reconoce que todas las personas nacen iguales, con cada derecho en igual medida a la vida, a la libertad, la prosperidad, los derechos humanos y el buen gobierno.

Tal sociedad no debe permitir de nuevo que deba haber presos de conciencia, o que los derechos humanos de cualquier persona sean violados.
Tampoco debe nunca suceder que una vez más los caminos hacia el cambio pacífico sean bloqueados por usurpadores que pretenden tomar el poder de la gente, en pos de sus propios fines innobles.

En relación con estas cuestiones, hacemos un llamamiento a los que gobiernan Birmania para que liberen a nuestro compañero laureado con el Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, y nos comprometemos a ella y a los que ella representa en un diálogo serio, en beneficio de todo el pueblo de Birmania.

Oramos para que aquellos que tienen el poder de hacerlo, sin más demora, permitan que ella utilice sus talentos y energías para el bien de la gente de su país y de la humanidad en su conjunto. Lejos de la caída áspera y de la política de nuestro propio país, me gustaría aprovechar esta oportunidad para formar parte del Comité Nobel noruego y rendir homenaje a mi premio conjunta, el Sr. FW de Klerk. Él tuvo el coraje de admitir que un terrible error se había hecho en nuestro país y la gente a través de la imposición del sistema de apartheid. Él tuvo la visión de entender y aceptar que todo el pueblo de Sudáfrica debe, a través de negociaciones y de los participantes en pie de igualdad en el proceso, así como determinar lo que quieren hacer con su futuro.

Pero todavía hay algunos dentro de nuestro país que erróneamente creen que pueden hacer una contribución a la causa de la justicia y de la paz por el apego a las consignas que se han demostrado para deletrear nada más que desastres.

Sigue siendo nuestra esperanza de que estos también serán bendecidos con la razón suficiente para darse cuenta de que la historia no se puede negar y que la nueva sociedad no se puede crear mediante la reproducción del pasado repugnante, sin embargo refinado o seductoramente re envasado.

Vivimos con la esperanza de que como ella lucha para rehacer a sí misma, Sudáfrica será como un microcosmos del nuevo mundo que está luchando para nacer.

Este debe ser un mundo de democracia y respeto de los derechos humanos, un mundo liberado de los horrores de la pobreza, el hambre, la privación y la ignorancia, aliviado de la amenaza y el azote de las guerras civiles y la agresión externa y sin la carga de la gran tragedia de millones forzada a convertirse en refugiados.

Los procesos en los que Sudáfrica y el sur de África en su conjunto ha sido contratada, hacen señas y nos instan a todos los que nos tomamos esta marea en pleamar y hacen de esta región un ejemplo vivo de lo que todas las personas de conciencia les gustaría que el mundo fuera.

No creemos que este Premio Nobel de la Paz pretenda ser un elogio de los asuntos que le han pasado y pasan.

Oímos las voces que dicen que se trata de una apelación de todos los que, en todo el universo, buscaba poner fin al sistema de apartheid.

Nosotros atenderemos su llamada, le dedicaremos lo que queda de nuestra vida con el uso de la experiencia única y dolorosa de nuestro país para demostrar, en la práctica, que la condición normal de la existencia humana es la democracia, la justicia, la paz, el no-racismo, el no-sexismo, la prosperidad para todos, un medio ambiente sano y la igualdad y la solidaridad entre los pueblos.

Movido por esa apelación e inspirado por la eminencia que ha lanzado sobre nosotros, nos comprometemos a que nosotros también haremos todo lo posible para contribuir a la renovación de nuestro mundo para que nadie, en el futuro, sea descrito como los condenados de la tierra.

Que nunca se diga por las generaciones futuras que la indiferencia, el cinismo y el egoísmo nos hizo fallar para vivir de acuerdo con los ideales de humanismo que el Premio Nobel de la Paz encapsula en los esfuerzos de todos nosotros, y demostrar a Martin Luther King Jr haber estado en lo correcto cuando dijo que la humanidad ya no puede estar trágicamente unida a la medianoche sin estrellas del racismo y la guerra.

Hagamos que los esfuerzos de todos nosotros, demuestren que él no era un simple soñador cuando hablaba de que la belleza de una verdadera fraternidad y la paz es más preciosa que los diamantes o la plata o el oro.

¡Dejad que una nueva era amanezca!
Gracias.”

jueves, 3 de enero de 2019

_- Discurso del Premio Nobel de la Paz 2018

_- Discurso del Premio Nobel de la Paz 2018 Denis Mukwege
Umoya



Nadia Murad y Denis Mukwege reciben el Premio Nobel de la Paz por su lucha contra la violencia sexual

Oslo 10 de diciembre de 2018

En la noche trágica del 6 de octubre de 1996, unos rebeldes atacaron nuestro hospital de Lemera, en República Democrática del Congo (RDC). Más de 30 persona fueron asesinadas. Los pacientes fueron abatidos en su lecho a quemarropa. El personal, que no pudo huir, fue matado a sangre fría. Yo no podía imaginar que aquello no era más que el comienzo.

Obligados a abandonar Lemera, en 1999 creamos el hospital de Panzi, en Bukavu, donde sigo trabajando como ginecólogo-obstetra. La primera paciente ingresada era una víctima de violación que había recibido un disparo en sus órganos genitales.

La violencia macabra no conocía límite alguno.
Esta violencia no ha parado nunca. Un día, como otros, el hospital recibió una llamada. Al otro lado del teléfono un colega en lágrimas imploraba: “Por favor, enviadme rápidamente una ambulancia. Por favor, daos prisa”. Enviamos una ambulancia como habitualmente lo hacemos. Dos horas más tarde, la ambulancia regresó. En el interior, una pequeña de 18 meses. Sangraba abundantemente y fue llevada inmediatamente a la sala de operaciones. Cuando llegué, las enfermeras estaban anegadas en lágrimas. La vejiga de la bebé, su aparato genital, su recto, estaban gravemente dañados. Por penetración de un adulto. Rezamos en silencio: Dios mío, decidnos que lo que vemos no es verdad. Decidnos que se trata de un mal sueño. Decidnos que al despertar todo irá bien. Pero, no se trataba de un mal sueño. Era la realidad. Se ha convertido en nuestra nueva realidad en RDC.

Cuando llegó otro bebé, comprendí que este problema no podía encontrar solución en el quirófano; que era preciso batirse contra las causas profundas de estas atrocidades. Me dirigí al pueblo de Kavumu para hablar con los hombres: ¿por qué no protegéis a vuestros bebés, a vuestras niñas, a vuestras mujeres? ¿Dónde están las autoridades? Con gran sorpresa por mi parte, los del pueblo conocían al sospechoso. Todos le temían porque era miembro del Parlamente provincial y gozaba de un poder absoluto sobre la población. Desde hacía varios meses, su milicia aterrorizaba el pueblo entero. Habían instalado el miedo matando a un defensor de los derechos humanos que había tenido el coraje de denunciar los hechos. El diputado se libró sin consecuencias. Su inmunidad parlamentaria le permitía abusar con total impunidad.

A estos dos bebés los siguieron decenas de otros niños violados. Cuando alcanzamos la cifra de 48 víctimas, estábamos desesperados. Con otros defensores de los derechos humanos, alertamos al tribunal militar. Finalmente, estas violaciones fueron perseguidas judicialmente y juzgadas como crímenes contra la humanidad. Las violaciones de bebés en Kavumu cesaron, lo mismo que las llamadas al hospital de Panzi. Pero el futuro psicológico, sexual y genésico de estos bebés ha quedado hipotecado.

Lo que sucedió en Kavumu, que sigue produciéndose en numerosos otros lugares, como las violaciones y masacres en Beni o Kasai, ha sido posible por la ausencia de un Estado de derecho, por el derrumbamiento de los valores tradicionales y por el reino de la impunidad, especialmente en las esferas y personas en el poder.

La violación, las masacres, la tortura, la inseguridad difusa y la flagrante falta de educación, crean una espiral de violencia sin precedentes.
El balance de este caos perverso y organizado ha significado la violación de cientos de miles de mujeres, más de 4 millones de personas desplazadas en el interior del país, la pérdida de 6 millones de vidas humanas. Imaginen ustedes el equivalente de toda la población de Dinamarca diezmada. Los guardianes de la paz y los expertos de las Naciones Unidas no han quedado a salvo; varios han encontrado la muerte cuando cumplían su mandato. La Misión de las Naciones Unidas en RDC sigue presente hasta hoy día a fin de que la situación no degenera todavía más. Se lo agradecemos.

Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, esta tragedia humana prosigue sin que los responsables de la misma sean perseguidos. Solo la lucha contra la impunidad puede quebrar la espiral de las violencias. Todos tenemos el poder de cambiar el curso de la Historia cuando las convicciones por las que luchamos son justas.

Majestades, Altezas, Excelentísimos señores y señoras, Distinguidos miembros del Comité Nobel, querida Señora Nadia Muran, Señoras y Señores, Amigos de la Paz.

Es en nombre del pueblo congoleño como acepto el premio Nobel de la Paz. Lo dedico a todas las víctimas de las violencias sexuales que se cometen a través del mundo. Me presento ante ustedes con humildad para llevarles la voz de las víctimas de las violencias sexuales en los conflictos armados y para expresarles las esperanzas de mis compatriotas. Aprovecho la ocasión para agradecer a todos los que durante estos años han apoyado nuestro combate. Pienso especialmente en las organizaciones e instituciones de países amigos, en mis colegas, en mi familia y en mi querida esposa Madeleine.

Me llamo Denis Mukwege. Vengo de uno de los países más ricos del planeta. Sin embargo, el pueblo de mi país está entre los más pobres del mundo. La turbadora realidad es que la abundancia de nuestros recursos naturales – oro, coltan, cobalto y otros minerales estratégicos – alimenta la guerra, fuente de la extrema violencia y de la pobreza abyecta del Congo.

Nos gustan los hermosos automóviles, las joyas, los artilugios. Yo mismo tengo un Smartphone. Estos objetos contienen minerales que se encuentran en mi país. A menudo son extraídos en condiciones inhumanas por muchachos, víctimas de intimidación y de violencias sexuales. Cuando conduzcan ustedes un coche eléctrico, cuando utilicen un Smartphone o admiren sus joyas, reflexionen un instante sobre el coste humano de la fabricación de esos objetos. En cuanto consumidores, lo menos que podemos hacer es insistir en que esos productos estén fabricados en el respeto de la dignidad humana. Cerrar los ojos ante este drama es ser cómplice. No son solamente los autores de las violencias los que son responsables de sus crímenes; lo son también quienes optan por mirar a otro lado.

Mi país es sistemáticamente saqueado con la complicidad de personas que pretenden ser nuestros dirigentes. Saqueado por su poder, por su riqueza y por su gloria. Saqueado a costa de millones de hombres, mujeres y niños inocentes abandonados en una extrema miseria… mientras los beneficios de nuestros minerales terminan en las cuentas opacas de una oligarquía depredadora.

Hace ya veinte años, días tras días, que en el hospital de Panzi yo veo las desgarradoras consecuencias del mal gobierno del país. Bebés, niñas, jóvenes muchachas, madres, abuelas, y también hombres y muchachos, violados de manera cruel, a veces en público y colectivamente, insertando plástico ardiente o introduciendo objetos contundentes en sus partes genitales. Les ahorro a ustedes los detalles.

El pueblo congoleño es humillado, maltratado y masacrado desde hace más de dos décadas a la vista y con conocimiento de la comunidad internacional. Hoy, gracias a las nuevas tecnologías de la información y comunicación, ya nadie puede decir: no sabía.

Con este premio Nobel de la Paz, llamo al mundo para que sea testigo y les exhorto a ustedes a unirse con nosotros para poner fin a este sufrimiento que avergüenza a nuestra común humanidad.

Los habitantes de mi país tienen desesperadamente necesidad de paz. Pero: ¿Cómo construir la paz sobre fosas comunes? ¿Cómo construir la paz sin verdad ni reconciliación? ¿Cómo construir la paz sin justicia y reparación? En el momento mismo en que les hablo, un informe se está enmoheciendo en el cajón de una oficina de Nueva York. Ha sido redactado tras una investigación profesional y rigurosa sobre los crímenes de guerra y las violaciones de los derechos humanos perpetrados en el Congo.

Esta investigación nombra explícitamente víctimas, lugares, fechas, pero elude a los autores. Este Informe del Proyecto Mapping, establecido por el Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, describe no menos de 617 crímenes de guerra y contra la humanidad y, quizás incluso, crímenes de genocidio. ¿Qué espera el mundo para que sea tomado en consideración? No hay paz duradera sin justicia. Ahora bien, la justicia no se negocia. Tengamos la valentía de echar una mirada crítica e imparcial sobre los hechos que desde hace demasiado tiempo hacen estragos en la región de los Grandes Lagos. Tengamos el coraje de revelar los nombres de los autores de crímenes contra la humanidad para evitar que sigan enlutando esta región. Tengamos la valentía de reconocer nuestros pasados errores. Tengamos la valentía de decir la verdad y de efectuar el trabajo de la memoria.

Queridos compatriotas congoleños, tengamos el coraje de tomar nuestro destino en nuestras manos. Construyamos la paz, construyamos el futuro de nuestro país y juntos construyamos un mejor futuro para África. Nadie lo hará en nuestro lugar.

Señoras, señores, amigos de la Paz,
El cuadro que yo les he presentado ofrece una siniestra realidad, pero permítanme que les cuente la historia de Sara. Sara nos fue transferida al hospital en un estado crítico. Su aldea había sido atacada por un grupo armado que había masacrado a toda su familia, dejándola sola. Tomada como rehén fue conducida a la selva. Atada a un árbol. Desnuda. Todos los días, Sara sufría violaciones colectivas hasta perder el conocimiento.

El objetivo de estas violaciones como armas de guerra era la destrucción de Sara, de su familia, de su comunidad. En una palabra, destruir el tejido social.

Cuando llegó Sara al hospital, no podía caminar ni tenerse de pié. No podía retener la orina ni las heces. A causa de sus heridas genitales-urinarias y digestivas, con una añadida infección, nadie podía imaginar que un día ella sería capaz de volver a ponerse de pié. Sin embargo, cada día que transcurría, el deseo de seguir viviendo brillaba en los ojos de Sara. Cada día, era ella la que animaba al personal sanitario a no perder la esperanza. Cada día, Sara se batía por su supervivencia.

Hoy, Sara es una mujer hermosa, sonriente, fuerte y encantadora. Se ha comprometido a ayudar a las personas supervivientes de una historia similar a la suya. Ha recibido 50 dólares americanos, una ayuda que nuestra casa de tránsito Dorcas acuerda a las mujeres deseosas de reconstruir su vida en el plano socioeconómico. Sara dirige hoy su pequeña empresa. Ha comprado un terreno. La Fundación Panzi la ha ayudado con unas chapas onduladas para el techo. Ha podido construir una casa. Es autónoma y está orgullosa. Su historia muestra que incluso si una situación es difícil y parece desesperada, con determinación, siempre hay esperanza al final del túnel. Si una mujer como Sara no se da por vencida, ¿quiénes somos nosotros para hacerlo?

Todo esto es la historia de Sara. Sara es congoleña. Pero hay muchas Saras en República Centroafricana, en Colombia, en Bosnia, en Nyamar, en Irak y en tantos otros países en el mundo en los que hay conflictos.

En Panzi, nuestro programa de cuidados holísticos, que comprende un apoyo médico, psicológico, socioeconómico y jurídico, muestra que, aunque el camino de la curación sea largo y difícil, las víctimas poseen el potencial para transformar su sufrimiento en poder. Puede convertirse en autoras de un cambio positivo en la sociedad. Es el caso ya citado de la Ciudad de la Alegría, nuestro centro de rehabilitación en Bukavu, donde las mujeres son apoyadas para que retomen su destino en sus manos. No obstante, ellas no pueden lograrlo solas y nuestra función es la de escucharlas, del mismo modo que hoy escuchamos a la Sra. Nadia Murad.

Querida Nadia, tu valentía, tu audacia, tu capacidad para darnos esperanza, son una fuente de inspiración para el mundo entero y para mí personalmente.

El premio Nobel que nos es otorgado hoy no tendrá valor real más que si puede cambiar correctamente la vida de las víctimas de las violencias sexuales en el mundo y llevar la paz a nuestros países.

Así pues, ¿Qué podemos hacer nosotros? ¿Qué pueden hacer ustedes?

En primer lugar, asumir que es nuestra responsabilidad que actuemos todos. Actuar es una elección. Actuar:

– Para detener la violencia contra las mujeres.
– Para crear una masculinidad positiva que promueva la igualdad de sexos, tanto en tiempo de paz como de guerra.
– Es una opción
* Apoyar o no a una mujer
• Protegerla o no
• Defender o no sus derechos.
• Batirse o no a su lado en los países asolados por conflictos
– Es una opción construir o no la paz en los países en guerra

Actuar es rechazar la indiferencia. Si hay que hacer la guerra, que sea contra la indiferencia que corroe nuestras sociedades.

En segundo lugar, todos somos deudores ante esas mujeres y sus familias; debemos apropiarnos de su combate; también los Estados que deben cesar de acoger a los dirigentes que han tolerado, o peor, que han utilizado la violencia sexual para acceder al poder. Los Estados deben cesar de recibirlos con una alfombra roja y deben, más bien, trazar una línea roja contra la utilización de la violación como arma de guerra.

Una línea roja que sería sinónimo de sanciones económicas, políticas y de persecución judicial. Realizar un acto justo no es difícil; es cuestión de voluntad política. En tercer lugar, debemos reconocer los sufrimientos de las supervivientes de todas las violencias sexuales perpetradas contra las mujeres en los conflictos armados y apoyarlas de manera holística en su proceso de sanación. Insisto en las reparaciones, en las medidas que les den compensación y satisfacción y les permitan comenzar una nueva vida. Se trata de un derecho humano.

Hago un llamamiento a los Estados para que apoyen la iniciativa de la creación de un Fondo global de reparación para las víctimas de violencias sexuales en conflictos armados.

En cuarto lugar, en nombre de todas las viudas, de todos los viudos y de los huérfanos de las masacres cometidas en RDC y en nombre de todos los congoleños deseosos de paz, hago un llamamiento a la comunidad internacional para que consideren el Informe del Proyecto “Mapping” y sus recomendaciones.

Que se haga justicia. Ello permitiría al pueblo congoleño que por fin sean llorados sus muertos, hagan su duelo, perdonen a los verdugos, superen sus sufrimientos y miren serenamente hacia el futuro.

Finalmente, tras 20 años de efusión de sangre, de violaciones y de desplazamientos masivos de poblaciones, el pueblo congoleño espera desesperadamente la aplicación de la responsabilidad de proteger las poblaciones civiles cuando su gobierno no puede o no quiere hacerlo. Espera avanzar en el camino de una paz duradera. Esta paz pasa por unas elecciones libres, transparentes, creíbles y en un clima de apaciguamiento.

“¡Pongámonos a trabajar, pueblo congoleño!”. Edifiquemos un Estado en el que el gobierno esté al servicio de su población. Un Estado de derecho, emergente, capaz de generan un desarrollo duradero y armonioso, no solamente en RDC sino en toda África. Construyamos un Estado en el que todas las acciones políticas, económicas y sociales se centren en el ser humano y en el que la dignidad de los ciudadanos sea restaurada.

Majestades, Distinguidos miembros del Comité Nobel, Señoras, señores, Amigos de la Paz, El desafío es claro; está a nuestro alcance. En nombre de las Saras, de las mujeres, hombres y niños del Congo, les lanzo a ustedes un llamamiento urgente de que no nos den solamente el Premio Nobel de la Paz sino que se pongan ustedes de pié y digan todos juntos y en voz alta: “¡Basta ya de violencia en RDC! ¡Ya es demasiado! ¡La Paz, ahora!”

¡Muchas gracias!
Denis Mukwege

Copyright © The Nobel Foundation 2018
Traducción del francés: Ramón Arozarena
Fuente:
https://umoya.org/2018/12/16/discurso-de-denis-mukwege-premio-nobel-de-la-paz-2018/

domingo, 24 de diciembre de 2017

Laureada con Nobel de la Paz insta prohibir armas nucleares.

Agencias

Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN por sus siglas en inglés),  Una destacada activista de la organización ganadora este año del Premio Nobel de la Paz, comparó el domingo el objetivo de su grupo con su lucha personal por sobrevivir al bombardeo atómico de Hiroshima.

Setsuko Thurlow, que tenía 13 años cuando una bomba nuclear devastó la ciudad japonesa en 1945, habló durante la presentación formal del premio Nobel de la Paz en Oslo, Noruega. El grupo es una fuerza impulsora de un tratado internacional para prohibir las armas nucleares.

Thurlow dijo que la explosión la dejó enterrada bajo los escombros de su escuela, pero que pudo ver algo de luz y salir arrastrándose hasta un sitio seguro.

“Ahora nuestra luz es el tratado de prohibición” de las armas nucleares, dijo. “Repito esas palabras que escuché y que me llamaron en aquellas ruinas de Hiroshima: ‘No te rindas. Sigue empujando. ¿Ves la luz? Arrástrate hacia ella’“.

El tratado ha sido firmado por 56 países -ninguno de ellos potencia nuclear- pero ratificado por solo tres. Para ser vinculante requiere la ratificación de 50 países.

La directora ejecutiva de la ICAN, Beatrice Fihn, quien aceptó el premio junto con Thurlow, dijo que aunque el tratado está lejos de ser ratificado “ahora, por fin, tenemos una norma inequívoca contra las armas nucleares”.

“Este es el camino a seguir. Solo hay una manera de prevenir el uso de armas nucleares: prohibirlas y eliminarlas”, agregó.

Los otros premios Nobel anunciados en octubre -ganadores de los premios de Literatura, Física, Química, Medicina y Economía- estaban por recibir sus premios el domingo más tarde en Estocolmo.

jueves, 14 de diciembre de 2017

_- Emotivo alegato antinuclear en la entrega del Nobel de la Paz en Oslo al ICAN. Estados Unidos, Reino Unido y Francia, potencias nucleares, no enviaron a sus embajadores a la ceremonia en señal de protesta.

_- Agencias


La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) hizo este domingo un emotivo alegato contra los arsenales atómicos al recibir el Nobel de la Paz y, con el drama de Hiroshima de fondo, urgió a las grandes potencias a unirse al tratado de prohibición consensuado en la ONU.

Esta organización que agrupa a 468 entidades y ONGs en 101 países estuvo representada por su directora ejecutiva, Beatrice Fihn, y la activista y superviviente de la bomba atómica lanzada en 1945 por Estados Unidos sobre Hiroshima (Japón) Setsuko Thurlow, que recogieron juntas el premio y pronunciaron un discurso a medias.

"Representamos la única elección racional, representamos a los que rehúsan aceptar las armas nucleares como un elemento del mundo, unir sus destinos a las líneas de un código de lanzamiento. La nuestra es la única realidad posible, la alternativa es impensable", dijo Fihn al recibir el premio en Oslo.

Fihn rechazó el efecto disuasorio de las potencias nucleares y sostuvo que su utilidad "real" es "provocar miedo y negar la libertad, atrayendo a más países a la carrera nuclear".

Frente a la "aceptación ciega" llamó a reclamar "la libertad de no vivir nuestras vidas como rehenes de una aniquilación inminente" y sostuvo que la ICAN es "la voz de la humanidad".

El alegato estuvo dirigido a que las potencias nucleares -entre ellas Estados Unidos, Reino Unido y Francia, que no enviaron a embajadores a la ceremonia en señal de protesta- acaben con la "amenaza" que suponen sus arsenales atómicos para la Humanidad y se unan al Tratado de Prohibición de Armas Nucleares, que 122 países aprobaron el pasado julio en la ONU.

"La historia de las armas nucleares tendrá un final, de nosotros depende cuál será. ¿Será su fin o el nuestro? Una de esas cosas pasará", afirmó Fihn, quien definió el tratado como "una luz en un tiempo oscuro".

Tras la parte más política y activista del discurso, fue el turno del dramático relato de Setsuko Thurlow, sobreviviente de la bomba atómica lanzada en 1945 por Estados Unidos a la japonesa Hiroshima, que definió las armas nucleares como "el mal máximo" y pidió poner fin de una "locura" intolerable.

"Quiero hacerles sentir la presencia de quienes murieron en Hiroshima y Nagasaki, quiero hacerles sentir una gran nube de un cuarto de millón de almas. Cada persona tenía un nombre, cada persona era amada por alguien. Asegurémonos de que sus muertes no fueron en vano", dijo Thurlow.

La japonesa de 85 años recordó el día del bombardeo, la sensación de "flotar" en el aire, el colapso de su escuela, los gritos de sus compañeros y su sobrino Eiji, de 4 años, convertido en "un trozo fundido de carne" que siguió pidiendo agua hasta morir.
"Mientras salía arrastrándome, las ruinas ardían. La mayoría de mis compañeros murieron quemados vivos. Vi a mi alrededor una devastación total, inimaginable", contó, en declaraciones citadas por la agencia de noticias EFE.

La imagen de ese día en su memoria fue contundente. Había "procesiones de figuras fantasmagóricas que se arrastraban. Gente herida grotescamente sangraba, quemada, ennegrecida, hinchada. Les faltaban partes del cuerpo, la carne y la piel colgaba de sus huesos, algunos tenían las órbitas de los ojos en las manos; otros, los estómagos abiertos y los intestinos colgando", recordó.

Y sostuvo que hay que desmontar el "mito" que las de Hiroshima y Nagasaki fueron "bombas buenas" que acabaron con una "guerra justa", sino que fueron parte de la "desastrosa" carrera armamentista nuclear.

Por su parte, la jurado del Nobel, Berit Reiss-Andersen, reconoció que el mensaje de ICAN es "que el mundo nunca será seguro mientras tengamos armas nucleares".

La firma del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares fue el mayor logro de ICAN, que le permitió adjudicarse el galardón anunciado el 6 de octubre último.

El texto prohíbe la producción, posesión, utilización y el almacenamiento de armas nucleares, pese a la resistencia de las potencias nucleares y sus aliados.

"Este tratado tiene poderosos adversarios pero es más importante que nunca", dijo Reiss-Andersen y agregó que la ICAN "sirve a los intereses de la humanidad", informó la agencia de noticias DPA.

El premio, que se entrega en el aniversario de la muerte del creador de los galardones, Alfred Nobel, está dotado con nueve millones de coronas suecas, unos 1,05 millones de dólares.


Redemption Song
(Bob Marley, autor) Versión de John Legend

Old pirates, yes, they rob I
Sold I to the merchant ships
Minutes after they took I
From the bottomless pit
But my hand was made strong
By the hand of the Almighty
We forward in this generation
Triumphantly
Won't you help to sing
These songs of freedom?
'Cause all I ever have
Redemption songs
Redemption songs

Emancipate yourselves from mental slavery
None but ourselves can free our minds
Have no fear for atomic energy
'Cause none of them can stop the time
How long shall they kill our prophets
While we stand aside and look? Ooh
Some say it's just a part of it
We've got to fulfill the Book
Won't you help to sing
These songs of freedom?
'Cause all I ever have
Redemption songs
Redemption songs
Redemption songs

Emancipate yourselves from mental slavery
None but ourselves can free our minds
Wo! Have no fear for atomic energy
'Cause none of them-a can-a stop-a the time
How long shall they kill our prophets
While we stand aside and look?
Yes, some say it's just a part of it
We've got to fulfill the book
Won't you have to sing
These songs of freedom?
'Cause all I ever had
Redemption songs
All I ever had
Redemption songs
These songs of freedom
Songs of freedom

Viejos piratas, si, ellos me robaron
y me vendieron a barcos mercantes
minutos después me sacaron
del agujero mas cruel
Pero mis manos se hicieron fuertes
por la mano del todopoderoso
nos levantamos triunfalmente en esta generación
Todo lo que siempre he tenido son canciones de libertad
nos ayudas a cantar estas canciones de libertad?
Porque es todo lo que tengo, canciones redentoras.

Emanciparte de tu esclavitud mental
Nadie excepto nosotros mismos puede liberar nuestras mentes
No tengas miedo de la energía atómica
Porque ninguno de ellos puede detener el tiempo
Cuanto tiempo más mataran nuestros profetas
Mientras nos quedamos mirando a otro lado
Alguien dijo esto es solo una parte
debemos también nosotros escribir en el libro

Por que no ayudas a cantar, estas canciones de libertad
Porque es todo lo que tengo, canciones redentoras,
canciones redentoras, canciones redentoras.

Emanciparte de tu esclavitud mental
Nadie excepto nosotros mismos puede liberar nuestras mentes
No tengas miedo de la energía atómica
Porque ninguno de ellos puede detener el tiempo
Cuanto tiempo más matarán nuestros profetas
Mientras nos quedamos mirando a otro lado
Alguien dijo esto es solo una parte
debemos también nosotros escribir en el libro

Por que no ayudas a cantar, estas canciones de libertad
Porque es todo lo que tengo, canciones redentoras
Todo lo que tengo, canciones redentoras
Estas canciones de libertad, canciones de libertad

lunes, 11 de diciembre de 2017

_- "Las muertes de millones de personas podrían estar a tan sólo una pequeña rabieta de distancia", dice la líder de Ican, la organización ganadora del Nobel de la Paz 2017. Redacción BBC Mundo

_- El mundo enfrenta una "crisis nuclear" procedente de "un ego herido", destacó Beatrice Fihn, directora ejecutiva de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (Ican, por sus siglas en inglés), organización galardonada con el Nobel de la Paz.

Al aceptar el premio, el domingo en Oslo, Fihn dijo que "las muertes de millones podrían estar a sólo una pequeña rabieta de distancia". "Tenemos una opción: el fin de las armas nucleares o nuestro fin", advirtió.
La tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte ha aumentado en los últimos meses por el programa armamentístico de la nación asiática. El conflicto abierto entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, incluso derivó en ocasiones en ataques personales.

Durante la ceremonia del galardón en Oslo, Fihn consideró que, en estas circunstancias, "un momento de pánico" podría llevar a la "destrucción de ciudades y a las muertes de millones de civiles" a causa de las armas nucleares.
El riesgo de que ese tipo de armas sean usadas, indicó, era "más grande hoy en día que durante la Guerra Fría".

Una sobreviviente
Ican es una coalición de cientos de organizaciones no gubernamentales que han luchado para llegar a un tratado que prohíba las armas nucleares.
Fihn junto a Setsuko Thurlow
Antes de hacer la presentación del premio, la presidenta del comité del Nobel, Berit Reiss-Andersen, hizo una advertencia similar:
"Líderes irresponsables pueden llegar al poder en cualquier estado nuclear".
Reiss-Andersen elogió a Ican no sólo por haber logrado concienciar sobre los peligros de las armas nucleares, sino por intentar erradicarlas.

También reconoció las contribuciones de Setsuko Thurlow, una sobreviviente de la bomba atómica que fue lanzada en Hiroshima y que ahora, a sus 85 años, es una de las activistas de Ican.
Thurlow, quien fue rescatada de los escombros de un edificio que colapsó durante el ataque, dijo que la mayoría de sus compañeros de escuela, quienes estaban en el mismo salón, murieron quemados.

"Procesiones de figuras fantasmales pasaban arrastrando los pies", dijo Thurlow el domingo. "Personas grotescamente quemadas, desangrándose, ennegrecidas e hinchadas", recordó.

La retórica amenazante
En septiembre, en su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, Trump urgió a los líderes del mundo a hacer frente a las amenazas de Kim Jong-un y advirtió que, de lo contrario, está preparado para la "destrucción total" de Corea del Norte.

"Ninguna nación en la Tierra tiene el interés de ver que esta banda de criminales se arme con dispositivos nucleares y misiles. Estados Unidos tiene fuerza y paciencia, pero si se ve obligado a defenderse o a defender a sus aliados, no habrá otra opción que la total destrucción de Corea del Norte", afirmó.

Ese mismo mes, Corea del Norte anunció que había llevado a cabo una prueba de una bomba de hidrógeno que puede ser transportada en un misil balístico de largo alcance. El país asiático indicó que esta prueba, su sextoensayo nuclear, fue "un éxito perfecto" y ocurrió después de que sismólogos detectaron fuertes temblores en la región.

Una nueva fuerza
La ICAN fue creada en 2007 con el ánimo de impulsar a los países a firmar el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares propuesto ese mismo año en el seno de Naciones Unidas.

Actualmente tiene su sede en Ginebra, Suiza. Hasta el pasado mes de julio, 122 países alrededor del mundo han firmado el tratado. Sin embargo, 69 países se han abstenido de hacerlo, entre los que se encuentran las potencias mundiales como Rusia, Estados Unidos y China. "En el último año, la ICAN, han tomado una nueva fuerza, un nuevo vigor, en alcanzar la meta de tener un mundo sin armas nucleares", dijo el Comité del Nobel.

http://www.bbc.com/mundo/noticias-42299844

Organizaciones por la paz y contra las armas nucleares.
http://www.icanw.org/campaign/partner-organizations/


When you're weary, feeling small
When tears are in your eyes, I'll dry them all (all)
I'm on your side, oh, when times get rough
And friends just can't be found
Like a bridge over troubled water
I will lay me down
Like a bridge over troubled water
I will lay me down
When you're down and out
When you're on the street
When evening falls so hard
I will comfort you (ooo)
I'll take your part, oh, when darkness comes
And pain is all around
Like a bridge over troubled water
I will lay me down
Like a bridge over troubled water
I will lay me down
Sail on silver girl
Sail on Silver Girl,
Sail on by
Your time has come to shine
All your dreams are on their way
See how they shine
If you need a friend
I'm sailing right behind
Like a bridge over troubled water
I will ease your mind
Like a bridge over troubled water
I will ease your mind.
        Cuando estés abrumado
y te sientas pequeño
Cuando haya lágrimas en tus ojos,
yo las secaré todas
Estoy a tu lado.
Cuando las circunstancias sean adversas
Y simplemente no encuentres amigos
Como un puente sobre aguas turbulentas
Yo me desplegaré
como un puente sobre aguas turbulentas
Yo me desplegaré
Cuando te sientas deprimido y extraño
cuando te encuentres perdido
cuando la noche caiga sin piedad
Yo te consolaré
Yo estaré a tu lado
Cuando llegue la oscuridad
y te envuelvan las penas
como un puente sobre aguas turbulentas
Yo me desplegaré
como un puente sobre aguas turbulentas
Yo me desplegaré
Navega, chica plateada
Navega
Ha comenzado a brillar tu estrella
todos tus sueños se verán colmados
Mira cómo resplandecen
Si necesitas un amigo,
Yo navego tras de ti
Como un puente sobre aguas turbulentas
Aliviaré tu mente
Como un puente sobre aguas turbulentas
Aliviaré tu mente.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

_- Por la abolición de las armas nucleares



_- El Premio Nobel de la Paz, otorgado a la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), una coalición de cientos de ONG de decenas de países, pone de manifiesto la irresponsabilidad de los Estados al tratar de disuadir mediante el terror. Lejos de garantizar la paz, se extiende el riesgo de una catástrofe monstruosa, como lo ejemplifica la crisis coreana.

«El mundo es lo que es, es decir, poca cosa. Es lo que todos sabemos desde ayer». Así comienza el editorial del diario Combat (leer aquí el texto íntegro en francés), del 8 de agosto de 1945, escrito por su redactor jefe, Albert Camus. Dos días antes, el 6 de agosto, una bomba atómica lanzada desde un avión de la US Air Force había destruido la ciudad japonesa de Hiroshima y segado la vida de al menos 70.000 personas, antes de que una segunda, lanzada el 9 de agosto, en la ciudad de Nagasaki, provocase, según las cifras más optimistas, 40.000 muertes; el historiador norteamericano Howard Zinn cree que el número total de víctimas ascendió a 250.000.

En la soledad más absoluta, Camus fue uno de los pocos que no aplaudió a pesar de dirigir un diario salido de la Resistencia; quería desde luego la capitulación de Japón, aliado de la Alemania nazi, pero veía más allá del hecho inmediato y de la complacencia ciega por un progreso destructor que, en los medios de comunicación de la época, se imponía sobre cualquier otra consideración. «Nosotros lo resumiremos en una frase: la civilización mecánica acaba de alcanzar su último grado de salvajismo. Será preciso elegir, en un futuro más o menos próximo, entre el suicidio colectivo o la utilización inteligente de las conquistas científicas», escribirá.

En claro contraste, para ser conscientes de la audacia de Camus frente al espíritu de la época, baste con recordar la edición de Le Monde, de ese mismo 8 de agosto de 1945, fríamente aséptica en su primera, pero adornada con un antetítulo que resume la inconsciencia colectiva frente a las técnicas mortíferas: «Una revolución científica».

Nos separan 72 años de este editorial de Combat y, sin embargo, su conclusión parece una profecía más de actualidad que nunca: «Nosotros nos rehusamos a sacar de una noticia tan grave otra conclusión que no sea la decisión de abogar más enérgicamente aún a favor de una verdadera sociedad internacional, en la que las grandes potencias no tengan derechos superiores a los de las pequeñas y medianas naciones, en la que la guerra, azote hecho definitivo por el solo efecto de la inteligencia humana, no depende más de los apetitos o de las doctrinas de tal o cual Estado. Ante las perspectivas aterradoras que se abren a la humanidad, percibimos aún mejor que la paz es la única lucha que vale la pena entablar. No es ya un ruego, sino una orden que debe subir de los pueblos hacia los gobierno, la orden de elegir definitivamente entre el infierno y la razón».

Esta orden acaba de renovarla el Comité Nobel al distinguir, con el Premio de la Paz 2017, a la ICAN (International Campaign to Abolish Nuclear Weapons). «Vivimos en un mundo en el que el riesgo de que se empleen armas nucleares es más elevado de lo que lo ha sido en mucho tiempo», señaló la presidenta del comité noruego, Berit Reiss-Andersen. «Algunos países modernizan sus arsenales nucleares y el peligro de que más países se doten de armas nucleares es real, como ha demostrado Corea del Norte». Acto seguido, instó a las potencias nucleares a entablar «negociaciones serias» para acabar con sus arsenales.

Al destacar una campaña internacional que surge de la sociedad civil, el Nobel interpela a la ceguera colectiva de un mundo en el que la potencia establecida tiene como sinónimo la destrucción potencial. Esta ceguera también es el de cada uno de nosotros, incapaces de imaginar que lo peor pueda surgir de la modernidad científica más completa y, al mismo tiempo, la más perversa, la inteligencia humana que ha conseguido inventar el arma capaz de exterminar a nuestra propia especie mediante la destrucción de todos los seres vivos del planeta.

El mantenimiento de la bomba nuclear, su producción y su proliferación, pone de evidencia, hasta lo absurdo, el estado un mundo cuyo orden aparente no es sino un desorden persistente. Del mismo modo que son los cinco primeros compradores de armas del mundo –que alimentan con su comercio guerras que la ONU, en teoría, ha de hacer frente–, los cinco Estados miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que disponen de un derecho de veto, fueron las primeras naciones en dotarse de esta arma definitiva de destrucción masiva: Estados Unidos, Rusia (después de la URSS), Reino Unido, Francia y China.

Después se sumarían otras cuatro potencias nucleares: India, Pakistán, Israel, Corea del Norte, que se inscriben en zonas geopolíticas de conflictos de larga duración, donde su desarrollo es tan incierto como incontrolables pueden pasar a ser sus actores algún día. Y vendrán otros inevitablemente mañana en un mundo definitivamente transnacional, de conexión y de redes, como ha demostrado el papel activo de un científico pakistaní, Abdul Qadeer Khan, héroe nacional de su país donde es considerado el padre de la bomba atómica, en la proliferación internacional sobre todo hacia Corea del Norte.

Ayer consistía en un presunto argumento de equilibrio durante una guerra fría de dos ejes, americano y soviético –«La disuasión contiene la extrema violencia», resumía Raymon Aron–, las armas nucleares ahora se sueltan en un mundo multipolar, cuyos interventores tienen sus propias lógicas de supervivencia y protección, fuera del juego de las antiguas grandes potencias. Su posesión se ha convertido en el comodín de las dictaduras de naciones pobres, pequeñas o frágiles, frente a la arrogancia dominadora y predadora de las democracias de los países ricos.

Por peligrosa que sea para la paz del mundo, sobre todo frente a Estados Unidos país dirigido por el imprevisible Donald Trump, la actitud de la Corea del Norte de Kim Jong-un es racional, desde el punto de vista de su propio poder totalitario y de su propia supervivencia. Las caídas violentas de Sadam Hussein en Irak y después de Gadafi en Libia, provocadas por intervenciones militares extranjeras que han sumido a sus respectivos países en el caos, lo han convencido evidentemente, lo mismo que ellas convencerán mañana a otros tiranos opresores de sus pueblos, de que la posesión de armas nucleares es el único seguro de vida de su reino y de su persona.

De modo que la imprevisión y la irresponsabilidad están del lado de las viejas potencias que se apoyan en una estrategia de disuasión que ya no controlan en la medida en que su corolario, la no proliferación de armas nucleares, cada vez es más aleatorio. Por el contrario, el realismo y la lucidez están del lado de la ICAN, coalición formada por casi 500 ONG que actúan en más de cien países. Nacida en 2007, en diez años ha sabido llevar hasta la ONU un tratado de prohibición de las armas nucleares, aprobado en julio pasado por 122 países y sometido a ratificacióndesde el 20 de septiembre (el texto está disponible aquí y la presentación del ICAN aquí). Como las otras grandes potencias del Viejo Mundo, Francia se opone, por voz de sus gobernantes sin imaginación ni visión, definitivamente sordos a la llamada de Camus a elegir entre el infierno y la razón.

El Tratado de prohibición o la victoria de Günther Anders

Como sucede a menudo, las sociedades son más inteligentes que los Estados que fingen regentarlos. Lo mismo que con las minas antipersonas o las bombas de racimo –gracias a las campañas de opinión, hay convenciones internacionales que las prohíben desde 1997 y 2008–, la movilización ciudadana ha permitido paliar la incapacidad de las potencias a la hora de poner en marcha sus propios compromisos. El Tratado de No Proliferación Nuclear, de 1968, dice, en su artículo 6, que los Estados firmantes se comprometían «de buena fe a iniciar negociaciones sobre medidas eficaces relativas al cese de la carrera de armamentos nucleares en fecha cercana y al desarme nuclear y sobre un tratado de desarme general y completo bajo estricto y eficaz control internacional».

Ha ocurrido exactamente lo contrario. El número de potencias nucleares casi se ha duplicado, el privilegio del terror que se cernía sobre las primeras de entre ellas ha sido cuestionado cada vez más. Según un informe reciente del Senado francés, nueve Estados poseían, a principios de 2016, alrededor de 15.395 armas nucleares. La proliferación de estas armas de destrucción masiva es una realidad tangible, cinco naciones europeas, además de Francia, tienen, según la ICAN, bombas atómicas en el marco de los acuerdos de la OTAN. Y, siempre según la coalición internacional, los países que tienen armas nucleares gastan cada año al menos 105.000 millones de dólares para el mantenimiento y la modernización de sus arsenales, una suma increíble que podría ser destinada de forma útil al servicio del bien común de los respectivos pueblos, en sanidad, educación, equipamiento, etc. Y, por último, el audaz discurso de Barack Obama en 2009 en Praga instando a «un mundo sin armas nucleares» quedó en papel mojado.

Con este argumentario, tan concreto como pertinente, la ICAN consiguió imponer un tratado de prohibición de las armas nucleares, igual que existe con las armas biológicas y químicas. Dicho de otro modo, prohibir las armas de destrucción masiva cuyo uso amenaza el género humano y supone un crimen contra la humanidad. El artículo 1 de tratado dice que estará prohibido «en cualquier circunstancia desarrollar, probar, producir, fabricar, comprar, poseer o almacenar armas nucleares u otros dispositivos nucleares explosivos». Además, prohíbe también las políticas de disuasión y recuerda que es una pedagogía desastrosa del miedo: «Tal y como recoge la Carta de Naciones Unidas, los Estados deben abstenerse, en sus relaciones internacionales, de recurrir a la amenaza o al empleo de la fuerza», los firmantes del tratado deberán comprometerse a «no emplear nunca, ni amenazar con emplear, nunca, en ninguna circunstancia, armas nucleares».

Günther Anders ya no está en este mundo para ver el punto en que se encuentra el que fue su compromiso vital. Llamado en realidad Günther Stern (1902-1992), primer marido de otra gran figura de la intelectualidad del siglo pasado, Hannah Arendt, fue el primer filósofo de la era atómica y más esencialmente un pensador de la catástrofe. Conocido por el gran público, a comienzo de los 60, por su diálogo con Claude Eatherly, presentado como «el piloto de Hiroshima», es en realidad el hombre que transmitió a la tripulación del bombardeo la luz verde ("Go ahead") del presidente norteamericano y que vivió desde entonces lleno de remordimientos. Esta correspondencia, recientemente recuperada en la obra Hiroshima est partout, es una ilustración pedagógica –como lo será en 1988 su formidable Nous, fils Eichmann, interpelación del hijo arrepentido del artífice del exterminio de los judíos de Europa– de su reflexión decisiva sobre el significado de la bomba atómica, más allá mismo de su monstruosidad.

Para Anders, abruma un mundo prisionero de la técnica, de su eficacia a corta vista y de su irresponsabilidad más esencial, un mundo deshumanizado que ya no sabe imaginar, y sobre todo la posibilidad de la catástrofe, ni sentir, y especialmente el aumento de los peligros. Nuestra alienación, no dejó de repetir, es no llegar a pensar en la repetición, no conseguir entrever «que lo que se había producido una vez podía producirse una segunda vez e incluso con menos inhibición». Lo que llamaba «el síndrome Nagasaki», esta repetición a menudo eclipsada, «desenvuelta, irreflexiva, desmotivada», insistía, de la destrucción de Hiroshima. Basta con leer las reacciones oficiales francesas a la campaña de la ICAN –«El contexto internacional no permite ninguna debilidad», se deleitó el Ministerio de Asuntos Exteriores –para comprender cómo el pensamiento de Anders resuena aún como una saludable provocación.

En su obra principal, iniciada en los años 50, L’Obsolescence de l’homme, no duda en afirmar que «los señores de la bomba son nihilistas activos». Porque el que admite que el efecto de su acto pueda ser el aniquilamiento de la humanidad deberá ser considerado como culpable de nihilismo destructor a escala planetaria. «Cualquier hombre tiene los principios de la cosa que posee», enuncia Anders: por tanto, poseer la bomba atómica, es aceptar la posibilidad de la destrucción de la humanidad y de los seres vivos por parte de los hombres. En la era atómica, concluye, «existimos cual muertos vivientes. Y es verdaderamente la primera vez».

Mientras Donald Trump amenazaba, en la última asamblea general de Naciones Unidas, con «destruir totalmente» Corea del Norte, antes de evocar recientemente su enigmático «calma antes de la tempestad», seguido de un misterioso «una sola cosa funcionará». Francia socio de Estados Unidos y de Reino Unido, ha acabado con el tratado de prohibición de la bomba atómica al afirmar que «desprecia claramente las realidades del entorno de seguridad mundial». ¡Como si las armas nucleares nos fuesen de alguna ayuda frente a las inestabilidades del mundo que nutren injusticias económicas, negaciones democráticas, desordenes guerreros y cambios climáticos!

Como si, sobre todo Francia, no tuviese que meditar esta obstinación nuclear que, con la presidencia de François Mitterrand, promotor del mayor número de ensayos nucleares en el Pacífico, la cegó al nuevo mundo multipolar que venía. No es casualidad si Paul Quilès, ministro de Defensa socialista en 1985 fue testigo del desastre del caso Greenpeace, ese atentado ocurrido en Nueva Zelanda fruto de la arrogancia nuclear francesa, es hoy el político más comprometido con el desarme nuclear (ver aquí su blog). Como el piloto de Hiroshima, meditó la ceguera humana de una potencia basada en el dominio de los asesinatos masivos. Es hora de elegir entre el infierno y la razón.
Versión española : Mariola Moreno, infoLibre, socio editorial de Mediapart.
Edición Irene Casado Sánchez.
Edwy Plenel Periodista francés, antiguo militante de la LCR, director de la redacción de Le Monde de 1996 a 2004, fue despedido por divergencias en la dirección del periódico. Actualmente es director de Mediapart, el principal órgano informativo de la izquierda francesa en internet.

Fuente:
https://www.mediapart.fr/es/journal/international/171017/por-la-abolicion-de-las-armas-nucleares?onglet=full

Organizaciones por la paz y contra las armas nucleares:
http://www.icanw.org/campaign/partner-organizations/

jueves, 26 de octubre de 2017

_- Atomic bomb survivor to jointly accept Nobel Peace Prize on ICAN’s behalf.

_- INTERNATIONAL CAMPAIGN TO ABOLISH NUCLEAR WEAPONS (ICAN) ·
JUEVES, 26 DE OCTUBRE DE 2017

An 85-year-old survivor of the 1945 atomic bombing of Hiroshima will jointly accept this year’s Nobel Peace Prize on behalf of the International Campaign to Abolish Nuclear Weapons (ICAN).

Setsuko Thurlow, who was 13 years old when the United States attacked her city, will receive the award together with ICAN’s executive director, Beatrice Fihn, at the Nobel Peace Prize ceremony in Oslo on 10 December.

Thurlow has been a leading figure in ICAN since its launch in 2007. She played a pivotal role in the United Nations negotiations that led to the adoption of the landmark treaty outlawing nuclear weapons in July.

For more than seven decades, she has campaigned against the bomb. Her powerful speeches at diplomatic conferences and in classrooms have inspired countless individuals around the world to take action for disarmament.

Two other survivors of the atomic bombings, to be selected by the Japan Confederation of A- and H-Bomb Sufferers Organizations, will also attend the prize ceremony, as will survivors of nuclear testing.

Fihn, who is based in Geneva, has worked in the area of disarmament for the past decade, including with the Women’s International League for Peace and Freedom. She has a law degree from the University of London.

“In our advocacy, we have always emphasized the inhumanity of nuclear weapons. Devices that are incapable of distinguishing between a combatant and a child are simply unacceptable,” said Fihn.

“Survivors of the atomic bombings of Hiroshima and Nagasaki are living witnesses to the horror of nuclear war. They have played a central role in ICAN. World leaders must heed their call for a nuclear-weapon-free future.”

Thurlow and Fihn will jointly deliver the Nobel lecture and receive the medallion and diploma from the Norwegian Nobel committee. They will do so as representatives of ICAN, this year’s Nobel peace laureate.

ICAN was awarded the prize “for its work to draw attention to the catastrophic humanitarian consequences of any use of nuclear weapons and for its ground-breaking efforts to achieve a treaty-based prohibition of such weapons”.

ICAN is a diverse coalition of 468 non-governmental organizations in 101 countries promoting adherence to and implementation of the United Nations nuclear weapon ban treaty.

ICAN campaigners around the world will take part in celebrations on 10 December and renew their appeal for governments to sign and ratify this crucial new international accord without delay.

Thurlow said that she was overjoyed by the news that ICAN had won the Nobel Peace Prize, describing it as a wonderful and well-deserved honour. “I am so deeply humbled to have been invited to jointly accept the prize on behalf of the campaign,” she said.

“It has been such a privilege to work with so many passionate and inspirational ICAN campaigners around the world over the past decade. The Nobel Peace Prize is a powerful tool that we can now use to advance our cause.”

Organizaciones por la paz y contra las armas nucleares.
http://www.icanw.org/campaign/partner-organizations/

domingo, 8 de octubre de 2017

_- La Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) gana el Premio Nobel de la Paz 2017.

_- La Marea

La Academia sueca reconoce la labor de esta organización global cuyo objetivo es que los países inicien negociaciones para que se firme un tratado que prohíba este tipo de armamento

La  Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés) ha recibido este viernes el Premio Nobel de la Paz 2017. El galardón de este año “insta a los Estados nucleares a que inicien las negociaciones para la eliminación gradual en el mundo de 15.000 armas nucleares“, ha explicado el Comité noruego. Y ha añadido: “ICAN ha sido el agente principal de la sociedad civil en los esfuerzos para lograr una prohibición de las armas nucleares bajo el derecho internacional”.

El Comité ha subrayado, como “importante argumento” para la prohibición de las armas, el “inaceptable sufrimiento humano” que provocan y ha destacado que otros tipos de armamento menos destructivo como las minas antipersonas, bombas de racimo y las armas químicas y biológicas ya han sido prohibidas por distintos tratados.

ICAN es una coalición global formada por 331 socios en 80 países que trabaja para movilizar a las personas de todo el mundo “para inspirar, persuadir y presionar a sus gobiernos para que inicien negociaciones para que se firme un tratado que prohíba las armas nucleares”, según se autodefine.

Personalidades destacadas como el líder antirracista Desmond Tutu, el Dali Lama, Yoko Ono y Martin Sheen han brindado su apoyo a la campaña.

ICAN sucede en el palmarés al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien fue distinguido por sus “decididos esfuerzos” por llevar la paz a su país tras 52 años de conflicto armado, una decisión que se anunció días después de vencer el “no” en el referéndum colombiano a los acuerdos con la guerrilla de las FARC.

El Nobel de la Paz está dotado con 9 millones de coronas suecas (943.784 euros, 1,1 millones de dólares).

Fuente:
http://www.lamarea.com/2017/10/06/la-marea-la-campana-internacional-para-la-abolicion-de-las-armas-nucleares-gana-el-premio-nobel-de-la-paz-2017/

Organizaciones por la paz y contra las armas nucleares.
http://www.icanw.org/campaign/partner-organizations/


sábado, 2 de abril de 2016

ADOLFO PEREZ ESQUIVEL | PREMIO NOBEL DE LA PAZ. “No se puede bastardear ni manipular los derechos humanos”. "Ahora que tiene el premio Nobel, que intente ser coherente y trabaje por la paz", dice sobre Obama.

Al momento de anunciarse la visita de Barack Obama a la Argentina, todos los ojos apuntaron a uno de sus colegas: Adolfo Pérez Esquivel (Buenos Aires, 1931) también recibió un Premio Nobel a la Paz. El activista argentino comprometido con la no violencia y la teología de la liberación fue reconocido en 1980, en plena dictadura, por su compromiso con la defensa de la Democracia y los Derechos Humanos frente a los regímenes militares en América Latina.

Pérez Esquivel recogió el guante y le envió una carta al presidente de los Estados Unidos, para que reconsiderara la fecha de su visita a la Argentina, que coincide con el 40º aniversario del golpe de Estado que instauró la dictadura. “Es importante que sepas que los días 24 de marzo ningún presidente ni personalidad puede representar al pueblo argentino, que en toda su diversidad siempre se representa a sí mismo a través de sus consignas y su movilización pacífica en todas las calles y plazas del país” y “no puedes desconocer que tu país tiene muchas deudas pendientes con el nuestro y con muchos otros”, son algunas de las frases de la contundente texto que se publicó en diversos medios del país. Pérez Esquivel creía que había logrado con su carta que Obama no estuviera en Buenos Aires el 24, pero finalmente sí estará. El presidente de Estados Unidos, que ha llegado este miércoles a Argentina tras su histórico viaje a Cuba, rendirá homenaje este jueves por la mañana a las víctimas, aunque no visitará la ESMA, el lugar más simbólico, porque los grupos de derechos humanos rechazaban que lo hiciera.

Pregunta: ¿Cuál fue el objetivo de la carta a Obama?
Respuesta: El objetivo era advertirle que no venga el 24 a Buenos Aires por los antecedentes del gobierno de Estados Unidos con América Latina, porque ese país tiene participación en nuestros golpes de Estado. La decisión de ir a Bariloche [el 24 a mediodía] es una respuesta muy clara a la carta. Obama fue prudente de no interferir en un momento de la memoria y evitar disturbios que podrían dañar su visita porque el pueblo no ve conveniente que vaya a la ESMA (el espacio de la memoria creado en la vieja escuela de la Armada). Sería bueno para su visita el reconocimiento público del intervencionismo de Estados Unidos. Hay muchísima información, como las bases militares norteamericanas en muchos países de Latinoamérica.

P. ¿Qué cree que sucederá con el Gobierno de Macri y el proceso de Memoria que inició Argentina?
R. Macri no puede desconocer lo que es la voluntad del pueblo porque tendría dificultades. Me preocupa la gobernabilidad de Argentina porque hay cosas que no vemos bien, por ejemplo, bajar las retenciones a las empresas mineras y a los productores del campo porque eso no coincide con pedir crédito para el pago a los buitres. Hay otros caminos para resolver los problemas económicos del país.

P. ¿Considera que mejorado el diálogo en Argentina?
R. No. Aunque es lógico que de todas maneras vamos a tener que abrir una instancia de diálogo. Lo hemos hecho en la provincia y ahora tendremos que repetirlo en la nación. Me irrita que Macri solo refiere a los derechos humanos cuando habla de Venezuela pero no dice nada de lo que ocurre aquí. No se puede bastardear ni manipular los derechos humanos.

P. ¿Usted nota algún cambio en la política en este asunto del nuevo gobierno?
R. Tuvimos una reunión con el secretario de DDHH, Claudio Avruj. Ellos dicen que van a seguir acompañando la cuestión de los juicios. Les pedimos que el banco genético [para identificar a hijos de desaparecidos] no quede reducido a la época de la dictadura, sino que se abra a todos aquellos que lo necesitan, también que se preserven los espacios de memoria.

P. ¿Cómo analiza al protocolo de seguridad que permite reprimir las manifestaciones?
R. El protocolo de seguridad hay que revisarlo. No pueden reprimir con balas de goma a menores de edad como fue el caso de la murga [en la villa 1-11-14]. No puede ser que en lugar de buscar una solución a través del diálogo sean actitudes represivas porque este es un retroceso que además viola el derecho del pueblo a manifestarse.

P. Y las declaraciones del ministro de Cultura de Buenos Aires, Darío Lopérfido, poniendo en duda que hubiera 30.000 desaparecidos?
R. Los 30.000 desaparecidos son un número estimativo. Lopérfido quiere hacer de esto una cuestión de cantidad y no habla de un hecho gravísimo. Si hubiese un solo desaparecido tendríamos que haber trabajado igual y él no puede desmerecer eso. Tal vez nos quedamos cortos, porque entre los muertos, los desaparecidos y la gente en el exilio hay mucho daño hecho a un pueblo. Lo que dice Lopérfido se descalifica en sí mismo.

P. ¿Como ve estos 40 años en la lucha por los derechos humanos en Argentina?
R. Fue difícil y es difícil hasta el día de hoy, porque muchos tratan de apropiarse de los derechos humanos con intereses políticos. Si bien el kirchnerismo habló mucho del tema en épocas de la dictadura, nunca hablo de los derechos humanos de hoy. La pobreza, la megaminería, los agrotóxicos. De eso no se habló absolutamente nada y se provocaron situaciones muy conflictivas con los pueblos originarios. Los gobiernos privilegian al capital financiero sobre la vida de los pueblos y es ahí donde nosotros tenemos que denunciar. Se habla únicamente de lo que pasó con las personas, pero hay complicidad de grandes empresas con el golpe y de algunos sectores de la Iglesia Católica. Los militares por sí solos no dan un golpe de Estado. Esto es lo que se está tratando de abrir porque la única forma es preservar la memoria colectiva del pueblo.

P. ¿Existe un abuso del poder policial en Argentina?
R. Sí. Y trabajamos para cambiar esto. Es necesario reformular la formación de la policía judicial y supervisar el rol de la policía. No puede ser que el país tenga 6.835 casos de tortura entre 2014 y 2015 en 50 institutos penitenciarios. La policía sigue con los mismos mecanismos de la dictadura y de fuerzas de prevención se transformaron en fuerzas de represión. Todo lo quieren resolver por medio de la tortura y eso es nefasto.

P. ¿Cómo se tradujeron en la modernidad los golpes de estado en América Latina?
R. Ahora se utilizan los golpes blandos, a través de los poderes económicos y a través del poder judicial. Esto lo hicieron contra Fernando Lugo en Paraguay, en Honduras contra Manuel Zelaya y en Brasil, ahora, están contra Dilma y Lula. Los desprestigian para que la gente no les crea y no los voten. Es la política que se utiliza al día de hoy. Cuando logran consenso, derrocan a los gobiernos sin necesidad de las Fuerzas Armadas.

P. Obama y usted tienen un Premio Nobel, ¿Se siente parecido al presidente de Estados Unidos?
R. Yo le dije a Obama que me extrañó que le hayan dado el premio Nobel pero que ahora que lo tiene intente ser coherente y trabaje por la paz.

http://internacional.elpais.com/internacional/2016/03/22/argentina/1458682757_119259.html

domingo, 12 de octubre de 2014

El Nobel de la Paz de este año encumbra la escolarización como motor del desarrollo pacífico



La concesión del Nobel de la Paz a los activistas Kailash Satyarthi y Malala Yousafzai el viernes premia la lucha por la escolarización universal y los derechos de los niños. Satyarthi, de 60 años, trabaja para acabar con el trabajo infantil y liberar a los menores de la esclavitud. Malala, de 17, es una férrea defensora del derecho de todos a la educación, en especial de las niñas. Todavía hay 168 millones de niños trabajadores en el mundo, aunque la cifra se ha reducido desde los 246 millones que había en el año 2000. También se ha conseguido el 90,7% de escolarización en la primaria, pero aún quedan 60,7 millones de chavales fuera de las aulas.

“Los niños debe ir a la escuela y no ser explotados económicamente”, declaró Thorbjorn Jagland, el presidente del comité Nobel, al anunciar el galardón. “Es un prerrequisito para el desarrollo global y pacífico que se respeten los derechos de los niños y los jóvenes. En las zonas afectadas por conflictos en particular, la violación de niños lleva a la continuación de la violencia de generación en generación”, añadió.

No son sólo palabras. De acuerdo con el Banco Mundial “la educación es uno de los instrumentos más poderosos para reducir la pobreza y la desigualdad, y sienta las bases para un crecimiento económico sostenido”. Las cifras de los avances alcanzados en lo que va de siglo son impresionantes. De 655 millones de niños escolarizados en primaria en el año 2000 (el 84,5%) se ha pasado a 691 millones en 2010 (el 90,7%). Sin embargo, todavía quedan 60,7 millones fuera de las aulas, más de la mitad en el África Subsahariana y un quinto en el Sur de Asia, de donde proceden los dos premiados. La cifra se dispara hasta los 386,5 millones si se añade la secundaria.

... Lo que sí influye es la situación económica de las familias, que en muchas zonas del mundo no pueden permitirse renunciar a los ingresos que aportan los niños. De ahí las espeluznantes  cifras que ha recogido la Organización Mundial del Trabajo, y que ayer mencionaba Jagland al anunciar el Nobel de la Paz. A pesar de que el número total de niños trabajadores se haya reducido un tercio desde el año 2000, quedan aún 168 millones de pequeños explotados, 85 millones de ellos en trabajos peligrosos. La mayoría, 78 millones, se concentra en Asia y el Pacífico, donde constituyen un 9,3% de la población infantil; pero, al igual que con la escolarización, es el África Subsahariana donde la incidencia es mayor, casi un 22% de sus niños trabajan (59 millones)... Fuente: El País.

MÁS INFORMACIÓN