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sábado, 4 de junio de 2016

Podemos y el PSOE

Isidoro Moreno

El 26J habrán pasado más de seis meses en que la actividad política, tanto del gobierno en funciones del PP como de los otros partidos, y también buena parte de la actividad de los movimientos sociales han sido sustituidas por escenificaciones y discursos electoralistas. Baste como ejemplo la paralización de la Junta de Andalucía, abstraída su señora presidenta en la cuestión de si el día 27 cogerá o no el AVE a Madrid para quedarse allí y hacerse cargo de la secretaría general de su partido.

En realidad, este casi paréntesis de medio año, y el gasto de más de 130 millones que costarán las nuevas elecciones, sólo se explica por un objetivo: justificar el apoyo o aceptación del PSOE a un gobierno del PP, probablemente con la participación de Ciudadanos, con la acusación a Podemos de impedir un “gobierno de progreso”. Esto mismo se podría haber hecho el 21 de diciembre pasado pero no se consideró a los votantes preparados para ello. Todo lo ocurrido desde entonces ha sido con el fin de prepararlos. El desenlace supondrá la salida de Pedro Sánchez e incluso, si fuera necesario, también de Rajoy, porque para el régimen político de la segunda Restauración Borbónica es esencial que PP-Ciudadanos-PSOE lleguen a un acuerdo. Evidentemente, Susana Díaz, o quien encabece su partido en julio, no va a fotografiarse con Rivera y con Rajoy (o quien sustituya a este) pero sí va a aceptar que gobiernen ambos (ya lo está haciendo ella aquí en Andalucía gracias a un pacto con el primero). Y tratará de vender esta aceptación (este apoyo) como un ejercicio de responsabilidad política, como un sacrificio para garantizar la gobernabilidad y cohesión de España.

De todos modos, el PSOE sólo habrá conseguido prolongar unos meses el momento de su debacle; una debacle que no es resultado solamente de la falta de consistencia de sus últimos secretarios generales, barones y baronesas sino de que se ha quedado sin lugar ideológico-político: el espacio socialdemócrata ya no existe, porque, al igual que el keynesianismo, no es posible dentro del capitalismo globalizado neoliberal. Aquí, y en todas partes, los otrora partidos socialdemócratas, más allá de su palabrería electoral, son ya socioliberales.

Como si no supieran que esto es así, los máximos dirigentes de Podemos repiten ahora que, para que sea posible “el cambio”, es necesario un gobierno entre ellos y el PSOE. Lo que no sólo les obliga a olvidar una de las más celebradas frases del 15M: “el PSOE y el PP la misma m… es”, rehusando a su inicial crítica a la “casta política”, sino incluso a calificar a aquel como un “partido de progreso” (Errejón dixit,) aún señalando que sus líderes son proclives a tener “inconsecuencias”. Si con este planteamiento pretenden provocar un trasvase de votos desde el electorado socialista, considero que la táctica es equivocada, porque legitimar al PSOE como “progresista” puede ayudar a tranquilizar la conciencia de muchos de sus votantes y despejarles las dudas para seguir votándolo. Es hacer algo parecido a lo que casi siempre ha hecho el PCE-IU aunque el objetivo pueda ser distinto.

Si ahora Unidos Podemos, incluso adelantando en votos al PSOE, no lograra superar a este en número de diputados, Sánchez estaría en condiciones de poder presionar a Pablo Iglesias para que le dé su apoyo esgrimiendo su propio argumento de que ambos son partidos “del cambio” y deberían formar gobierno con un programa viable (léase aceptable por la Troika y los poderes fácticos económicos), para impedir que siga gobernando Rajoy. Sería una especie de OPA hostil, que es también la que persiguen, a la inversa, los líderes de Podemos tratando de poner al PSOE en la tesitura de optar por ellos o por el PP, para que elija por sí mismo su forma de suicidio.

A nivel del Estado, el 26J podríamos estar ante la confirmación del fin del bipartidismo turnista. Pero, ¿y en Andalucía? Aquí no ha habido bipartidismo sino monopartidismo. El cambio necesario consiste no en desalojar al PP sino en desmontar el régimen clientelar, corrupto y demagógico del psocialismo. Pero si el PSOE es definido por Iglesias, Errejón, etc. como un partido “de progreso”, con el que hay que compartir gobierno, ¿cómo podría hacerse esto? Evidentemente, saltan a primer plano las contradicciones entre la estrategia de un partido estatal y la que respondería a los intereses andaluces. Y también las limitaciones de un proyecto político que pretende, a la vez, ser de ruptura democrática y gobernar junto a una de las dos columnas del régimen que afirma querer sustituir.

Isidoro Moreno. Catedrático emérito de Antropología
Publicado el 31/05/2016 en Diario de Sevilla y otros diarios andaluces del Grupo Joly.

jueves, 12 de mayo de 2016

La lógica política real

JOSÉ LUIS VILLACAÑAS
El nerviosismo ha prendido en los partidos tradicionales ante el anuncio del acuerdo Podemos/IU. Es fácil entenderlo. Ellos también saben que atravesamos una crisis política profunda. Sin embargo, se han mostrado incapaces de responder a los retos de cambio que reclama la parte más consciente de la ciudadanía española. Ahora se preguntan si no habrán perdido su última ocasión de merecer la confianza mayoritaria del electorado. No debemos olvidar que el fracaso de que no haya gobierno se debe a que se trataba de configurar un ejecutivo capaz de impulsar reformas profundas. En este sentido, todo ha consistido en una cosa: evitar que Podemos fuera una parte decisiva al ejecutar esas reformas ineludibles. Eso era lo que se jugaba tanto en la oferta del PSOE como del PP; en términos de Gramsci: avanzaremos hacia una reforma pasiva. Aceptaremos algunas propuestas de Podemos, pero las gestionaremos nosotros.

Esa lógica no fue razonable. Por eso el PSOE es el partido más perjudicado ante la situación. Ha jugado a impulsar las reformas solo con C´s, dejando a Podemos como un apoyo externo y pasivo a cambio de desalojar al PP de la posición de liderazgo. Eso era demasiado continuista, pues en realidad otorgaba al PSOE una hegemonía que ya no tiene. Por supuesto, tampoco el PP tiene motivos para la euforia, por mucho que se haya verificado su hipótesis de que no habría acuerdo sin él. Esta hipótesis era fácil de verificar desde el momento en que Rajoy formaba parte del mismo arcano de estos cuatro meses: impedir que Podemos rozara el poder. Lograr un acuerdo desde el PSOE con esta condición era pintar un círculo cuadrado. Rajoy se limitó a decir que eso era un lío y a esperar. Sin embargo, el PP ve que su líder sigue bajando en la opinión de la ciudadanía. Y es lógico. Su estrategia ha consistido en convencer a los españoles de que la corrupción es algo normal al sistema político y que no es un criterio para retirar la confianza a nadie. Con ello no ha hecho un gesto para regenerarse. Anclado en su política de que el ganador de las elecciones es quien tiene más diputados, no se ha movido de ahí en todo este tiempo. Ha utilizado esta teoría, que no tiene ningún respaldo legal en un régimen parlamentario, como una especie de chantaje. O Rajoy es presidente, o nadie. Así que las dos fuerzas tradicionales, ambas obedientes a la lógica del sistema, no han encontrado la manera de reformar el sistema político español. Es evidente que en las nuevas elecciones seguirán sin encontrarla.

Los tres partidos que estaban por la exclusión de Podemos perciben que el suelo cede bajo sus pies y que un movimiento en falso puede llevarlos al desastre. Pero como la evidencia suprema es la necesidad de reformas, y dada su incapacidad de acometerlas, tampoco pueden aspirar a mejorar posiciones electorales. En realidad, mirando bien, el único partido que puede crecer de verdad es Podemos. Lo demás es intercambiable. Podemos ha logrado transmitir a la ciudadanía algo decisivo: nadie reformará nada sin su concurso, porque en el fondo ninguno tiene la iniciativa real de las reformas. Todos van a remolque de lo que ellos demandaron. Como esas reformas no brotan del ideario del PP o del PSOE, estos no pueden emprenderlas sin sentirse en la cresta de una ola que no controlan. Eso es lo que se ha visto en este empeño de transferir culpabilidades, algo que aspira a ocultar la lógica política real que rige la situación. Lo único no creíble es que Podemos no quiera cambiar las cosas. En realidad, se le echa la culpa de no haberse reducido a la impotencia, entregando al PSOE el ius reformandi a cambio de nada, algo poco creíble, mientras al otro lado estaba un PP que se regía por la ley del mínimo esfuerzo en todo.

En estas condiciones, el acuerdo de Podemos con IU es un órdago al sistema de representación política. El acuerdo aspira a neutralizar la influencia de la Ley d´Hondt sin cambiarla. La cantidad de escaños que va a depender de unos pocos centenares de votos va a ser muy elevada. La presencia monopolística de los partidos antiguos en determinadas provincias se romperá. En suma, si en las elecciones del 20D el bipartidismo recibió una cornada en la pierna „que le impide progresar„ en las de 26J, con ese acuerdo, puede recibir una cornada en el pecho.

Es bastante posible que las próximas elecciones inicien un proceso irreversible. Puede que de ellas emerja una mayoría del PP reforzada por los votos que recupere de C´s. Es incluso posible que el PP pueda gobernar con C´s y con la abstención de un PSOE roto por la mitad. Pero serán letales para el actual sistema de representación. La capacidad de reformas de un gobierno liderado por el PP será mínima y la complicidad para nada de los otros dos partidos amenazará su futuro. Sin duda, de todo esto emergerá un mensaje inapelable: únicamente un gobierno liderado por Podemos significará un cambio real. Si alguien asume como proyecto único para España que Podemos no entre en ningún gobierno, debe ir quitándose esa idea de la cabeza. Eso se puede detener unos años, pero no siempre. Lo único que deben elegir es el grado de poder que quieren darle a Podemos. Si se hubiera hecho un gobierno el 20D, la proporción sería menor. Si no quieren entrar en un gobierno con Podemos tras el 26J, lo pagarán todavía más caro. Todo eso no conducirá sino a un hecho: cuando sea inevitable que Podemos gobierne, entonces será hegemónico.

Siento no estar de acuerdo con Fernando Vallespín, un observador agudo y ponderado. Ese proceso no va a significar una polarización del mapa político español. Va a significar la verificación de la óptica trasversal de Podemos. Polarización es lo que hubo con el bipartidismo. Ahora será de otra manera. Creo que Vallespín interpreta el pacto de Podemos/IU como una radicalización hacia la izquierda. Ese discurso lo esgrimió Rafael Hernando al decir que Podemos vuelve a la izquierda comunista de toda la vida. Ese argumento no funciona. Hoy por hoy, Garzón es el líder más transversal del panorama político español, más que Iglesias. Garzón no viene a radicalizar Podemos. Al contrario, viene a reforzar el argumento de su transversalidad. Y eso es así porque nadie piensa en integrar en Podemos al PC y su vieja guardia, sino sólo en garantizar la justicia de una representación política decidida a hacer reformas en este país.

De todos los datos de la última encuesta del CIS creo que el más llamativo es el que distribuye los votantes por estratos sociales. El 50 % de los parados vota entre el PSOE y Podemos. Sólo el 28 al PP y C´s. Lo mismo sucede entre los obreros no cualificados y los cualificados. Pero hay tantos empresarios, ejecutivos y altos funcionarios que confían en el PP como en Podemos y que han abandonado prácticamente al PSOE, igual que han hecho los administrativos. Por supuesto, la mayoría de los jóvenes confía en Podemos. Eso no es bipolarización. Estamos ante una clara transversalidad de los morados. No es verdad que los que confían en Podemos apuesten por una radicalización. Garzón no cambiará eso. Sólo hay dos estratos de población donde Podemos es claramente minoritario: trabajadores domésticos y pensionistas. Sería el colmo de la parcialidad y de la injusticia que el criterio de radicalidad y polaridad de la sociedad española lo fijaran estos dos estratos. La cuestión no está en la radicalización o la polarización. Está en saber quién concentra la confianza de la mayor parte de una sociedad que no puede ser burlada por más tiempo en su exigencia de reformar las instituciones públicas para ponerlas de verdad al servicio de la ciudadanía.

http://www.levante-emv.com/opinion/2016/05/11/logica-politica-real/1416001.html

viernes, 22 de abril de 2016

Por qué el pacto PSOE-Ciudadanos es parte del problema y no de la solución. Respuesta al exfiscal Carlos Jiménez Villarejo sobre Podemos.

La gran noticia que aparece en la prensa económica del país, que también ha aparecido con alarma en los medios de mayor difusión, es el crecimiento del déficit público, que se cifra alrededor de los 10.000 millones de euros (concretamente 10.650 millones según el gobierno del Partido Popular, todavía presidido en funciones por el Sr. Rajoy), que se añaden al déficit ya existente. Esta cifra es mucho mayor de lo que se esperaba y de lo que el gobierno del Partido Popular había calculado y prometido conseguir. Puesto que la reducción del déficit es un objetivo primordial del Estado español (junto con el pago de los intereses de la deuda), esta situación ha creado una respuesta inmediata, encaminada a dar garantías de que los objetivos marcados y acordados con Bruselas se respetaran.

Es importante subrayar que el Ministro de Hacienda Montoro ha atribuido inmediatamente el crecimiento del déficit público del Estado español al excesivo gasto registrado por la Seguridad Social y por las Comunidades Autónomas (CCAA). Y puesto que la mayor parte del gasto público de estas CCAA es gasto público social, se concluye –según la explicación dada por el ministro Montoro- que es el excesivo crecimiento del Estado del Bienestar (es decir, de las transferencias y de los servicios públicos como educación, sanidad, servicios sociales, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, ayudas a las familias y un largo etcétera que son gestionados por las CCAA) lo que está causando este inesperado crecimiento del déficit público del Estado.

Los recortes de gasto público social que se han hecho y que continúan haciéndose y exigiéndose
Hay que añadir que estos recortes se sumarán a los enormes recortes de las transferencias y servicios públicos del Estado del Bienestar que ya se han producido durante estos años de la Gran Recesión. Comisiones Obreras (CCOO) acaba de publicar un excelente y detallado informe que confirma lo que algunos (muy pocos) hemos estado señalando durante todos estos años de aplicación de la austeridad, mostrando que tales políticas de recortes estaban afectando muy negativamente el bienestar y calidad de vida de las clases populares en España (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015). Durante el periodo 2009-2014 se han recortado nada menos que 78.164 millones de euros en el gasto público (la mayoría en el gasto público social), de los cuales casi 10.000 millones han sido en sanidad pública (lo que ha tenido un impacto muy negativo en la cobertura y calidad del sistema público de sanidad); 7.394 millones en educación, causando grandes recortes en las escuelas públicas (aun cuando en las escuelas concertadas –que atienden al sector de la población con mayores ingresos- los recortes han sido menores); 7.200 millones en prestaciones sociales a la población en situación de paro (y ello a pesar de doblarse la tasa de desempleo); y así una larga lista de recortes.

Tales recortes han significado una gran merma de recursos en uno de los Estados del Bienestar menos financiados de la UE-15 (el grupo de países de la Unión Europea de semejante nivel de desarrollo al español). España tenía ya antes de la crisis uno de los gastos públicos sociales por habitante más bajos de la UE-15 (ver mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias, Anagrama, 2006), situación que ha incluso empeorado como consecuencia de que España haya sido el país –junto con Grecia– donde los recortes han sido de mayor cantidad e intensidad. No es, pues, una exageración hablar de un “ataque” a las transferencias y servicios públicos del Estado del Bienestar. Y todo ello se ha realizado como consecuencia de la aplicación de políticas públicas de claro signo neoliberal que, como demuestra la evidencia publicada que he mostrado en mis escritos, han tenido un efecto devastador en el bienestar de las clases populares.

¿Por qué se están haciendo tales recortes?
El lector debe preguntarse el porqué de tales recortes. Y mirando los grandes canales televisivos del país y leyendo los grandes rotativos, verán que la respuesta a esta pregunta ha sido que era necesario hacerlo porque el Estado español se había gastado más de lo que tenía, creando un déficit público enorme, responsable de un insostenible nivel de deuda pública. De ahí la necesidad de que el Estado se adelgazara. Las voces más insistentes en dar esta explicación han sido los mayores componentes del establishment financiero y económico del país (es decir, las grandes empresas financieras, como los bancos, y las grandes corporaciones manufactureras y de servicios, cuya máxima expresión es el IBEX-35) que tienen en España una enorme influencia en los establishments político-mediáticos y que, a través de la financiación de revistas, blogs –como Nada es Gratis- y la prensa económica, configuran la sabiduría convencional en las áreas económicas.

Ahora bien, la experiencia acumulada durante estos años muestra la gran falsedad de esta explicación, comenzando con el hecho de que cuando la crisis se inició, el Estado no tenía déficit, sino superávit, es decir, el Estado ingresaba más dinero del que se gastaba. Fueron precisamente los enormes recortes del gasto público (incluyendo una enorme reducción del gasto público social) los que contribuyeron (junto con las reformas laborales iniciadas por el gobierno del PSOE -y expandidas por el gobierno del Partido Popular –que deterioraron el mercado laboral, incrementando la precariedad y bajando los salarios) a disminuir la capacidad adquisitiva de la población (la mayoría de la cual, repito, pertenece a las clases populares) y, por lo tanto, al descenso de la demanda, y con ello a la reducción del crecimiento económico. En realidad, el bajón fue tal que el PIB llegó a reducirse nada menos que un 7%. El país se empobreció.

Pero no todos se empobrecieron. A algunos –una minoría- les fue muy bien, por ejemplo al capital financiero, como la banca. El hecho de que bajaran los ingresos de las familias y de las pequeñas y medianas empresas explica que estas tuvieran que pedir prestado dinero a la banca, con lo cual, el tamaño del sector bancario se disparó. Hoy España es uno de los países con un sector bancario (en términos proporcionales) más elevado que hay entre los países desarrollados (tres veces mayor que en EEUU). Ahora bien, el hecho de que la demanda estuviera disminuyendo como consecuencia de la reducción de los salarios creó un problema grave para la economía, puesto que la rentabilidad de las inversiones financieras en áreas productivas (donde se producen los bienes y servicios) bajó (excepto en aquellas empresas dedicadas a las exportaciones), con lo cual tales inversiones financieras se trasladaron a sectores más rentables, como era y son los especulativos (como el sector inmobiliario), creando así las famosas burbujas, que al explotar crearon la gran crisis bancaria, unos bancos que fueron rescatados con el mayor acto de beneficencia que el Estado español haya realizado jamás durante el periodo democrático. La banca absorbió 61.000 millones de euros a costa de los impuestos derivados de la población (de la cual, repito, la mayoría son las clases populares).

El enorme crecimiento de las desigualdades
Por todo lo dicho, hemos visto una enorme redistribución de las rentas en España, que se han transferido de las clases populares al sector minoritario de la población que deriva sus rentas primordialmente de la propiedad de capital. Y los datos así lo muestran. Las rentas del trabajo (que son las rentas procedentes del trabajo, como por ejemplo salarios) como porcentaje de toda la renta nacional han ido descendiendo, mientras que las rentas del capital han ido aumentando. España es uno de los países donde hoy las rentas de trabajo son menores y las rentas de capital son mayores. Y es uno de los países con mayores desigualdades.

Ni que decir tiene que aquellos portavoces del capital le dirán que no escuchen tales observaciones, que son “pura demagogia” o que son “eslóganes izquierdistas” o algo peor. Escuchen al Sr. Rivera, presidente de Ciudadanos, el partido más próximo al IBEX-35, o lean al Sr. Garicano, director del equipo económico de tal partido y fundador del blog Nada es Gratis, y verán cómo utilizan estas expresiones, aunque el profesor Garicano lo suele hacer de una manera más sutil que el Sr. Rivera.

Pero le aconsejo al lector que mire los datos, los testarudos datos, y lo verá. El estándar de vida de la mayoría ha bajado en picado. Y mientras, las rentas del capital, que benefician a una minoría, han aumentado enormemente. Y con ello se ha perjudicado no solo la calidad de vida de la población, sino también el estado de la economía. A pesar de tantos recortes y tanto sacrificio, la deuda pública ha ido aumentando y el pago de intereses de esta deuda es el segundo capítulo del presupuesto del Estado. Tales políticas han sido un desastre. La famosa austeridad se ha convertido en un austericidio. Miren lo que pasa en Grecia, ya que esto podría pasar en España. Recortes y más recortes sin fin, hasta llegar a lo que pasa en aquel país. Ahora bien, a pesar del enorme desastre, estas políticas continúan aplicándose y exigiéndose tanto por Bruselas como por el establishment financiero y económico del país, que a través del gobierno del Partido Popular nos dice que hay que recortar ahora otros 10.000 millones para cubrir el agujero supuestamente creado por el exceso de crecimiento del gasto público social, resultado de la desmedida generosidad del Estado del Bienestar gestionado por las incompetentes CCAA. Y así proclama la sabiduría convencional.

La gran falacia del discurso neoliberal
El crecimiento de tal déficit, sin embargo, no tiene nada, repito, nada, que ver con la inexistente generosidad del Estado del Bienestar. Tiene que ver solo y exclusivamente con las políticas neoliberales que benefician al establishment económico-financiero y a las rentas superiores del país a través de los recortes de sus impuestos. Mírense los datos y lo verán.

Mientras se hacían estos recortes de gasto público, el gobierno del Partido Popular (y también, por cierto, el nuevo partido Ciudadanos, de clara tendencia neoliberal) propuso y aprobó una rebaja de impuestos que benefició primordialmente a las grandes empresas y a las rentas superiores, creando este incremento del déficit. En realidad, los profesionales del propio Ministerio de Hacienda ya lo advirtieron cuando el Sr. Rajoy anunció a bombo y platillo que bajaría los impuestos (en preparación de las elecciones de hace unos meses). El coste de la bajada de impuestos ha sido de 4.500 millones de euros procedentes del IRPF –que han beneficiado especialmente a las rentas superiores- y 1.500 millones del Impuesto de Sociedades (sumando, en total, 6.000 millones de euros), a los cuales hay que añadir otros 3.000 millones procedentes de la bajada de impuestos de la segunda fase de la reforma fiscal del 2016. Y ahí está la causa del incremento del déficit público del Estado, que no tiene nada que ver (repito, nada que ver) con el crecimiento del gasto público social, al cual se le exige que se reduzca todavía más. Ciudadanos, por cierto, también había propuesto para las últimas elecciones del 20D una bajada similar de impuestos, que en términos absolutos beneficiaria predominantemente a las rentas superiores. Ello hubiera significado un recorte de 2.000 millones de euros, que junto con los subsidios finales hubieran alcanzado la cifra de casi 10.000 millones de euros, creando un enorme agujero en las arcas del Estado, creciendo así el déficit público de este, lo que requeriría, de nuevo, según la ortodoxia neoliberal, más y más recortes.

¿Qué proponen el PSOE (que inició la política de austeridad) y Ciudadanos (gran apóstol del neoliberalismo en España) en su pacto?
Sobre los enormes recortes que han deteriorado enormemente el Estado del Bienestar español, el pacto PSOE-C’s dice poco, excepto prometer que no recortará más los servicios públicos fundamentales (sin citar cuáles son estos), punto que aparece después de subrayar que el mayor problema que tiene el Estado español es que el déficit público es de los más elevados de toda la UE y que el nivel de endeudamiento público parece inasumible (el 100% del PIB). El documento no dice que el crecimiento del déficit y de la deuda públicos haya sido resultado de las políticas neoliberales que el PSOE inició, el PP expandió y Ciudadanos aplaudió. Y más tarde, para tranquilizar tanto al establishment financiero-económico español como a su homólogo en Bruselas, promete plena lealtad al dogma neoliberal, poniendo como objetivo primordial mantener un firme compromiso con la estabilidad presupuestaria y con el cumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE.

Por lo demás, el pacto, en la parte de finanzas públicas, encaja claramente dentro del dogma neoliberal, presentando una versión “light” que lo diferencia de la versión “heavy” del neoliberalismo del PP. En ninguna parte aparecen medidas de estímulo de la demanda doméstica y estímulos económicos, salvo un incremento ínfimo del salario mínimo, y una renta garantizada de nivel muy reducido.

Un tanto igual ocurre con sus propuestas sobre cómo resolver la carencia de crédito. No dice nada sobre la necesaria expansión del sector público de la banca, corrigiendo la situación actual en la que España es uno de los países con menor sector bancario público. Sí aceptan lo que en su día algunos habíamos propuesto de utilizar el ICO como banco de inversiones, propuesta que fue ridiculizada, por cierto, por el gurú económico entonces del PSOE y ahora de El País, el economista José Carlos Díez. Pero no dice nada de ampliar el sector bancario público a nivel central, autonómico y municipal. La banca privada continuará dominando el sistema financiero. Y así una larga lista de deficiencias y limitaciones. Y puesto que tampoco hablan de estimular la economía y reducir el déficit a base de crecimiento, entonces tiene que asumirse que, por mucho que lo nieguen, la única alternativa que les queda para reducir el déficit es continuar con los recortes, con las enormes consecuencias negativas que estos tienen en la calidad de vida de las clases populares y de la eficiencia económica. La continuación de las políticas que han sido desastrosas para las clases populares, los recortes, también serán fatales para el bien hacer de la economía española.

Como he dicho en un párrafo anterior, la diferencia entre las políticas económicas y sociales del Partido Popular y las de la coalición PSOE-C’s es que las primeras son la versión “heavy”, mientras que las segundas son la versión “light”, aunque en áreas de mercado laboral las propuestas de Ciudadanos, aceptadas en este pacto, son incluso más duras que las del PP (ver mi artículo “Ciudadanos es la misma derecha que el PP”, Público, 19.05.15)

¿Por qué el PSOE escoge a Ciudadanos como principal aliado para formar gobierno?
En contra de lo que hoy abrumadoramente están indicando los mayores medios de información, el PSOE tenía y tiene otra alternativa a la alianza con Ciudadanos. Los datos y los números están ahí para verlo. Lo he explicado extensamente. Aliándose con los partidos de izquierdas y con el PNV habría podido establecer un gobierno claramente progresista que hubiera aplicado medidas de aumento de la demanda doméstica y de creación de empleo en sectores clave para la recuperación económica, rompiendo claramente con el dogma neoliberal que ha sido enormemente perjudicial para el bienestar de la población y para el desarrollo equitativo y eficiente de la economía, hoy en situación deplorable.

¿Por qué no lo ha hecho? Podría haberlo hecho y no lo ha hecho. Y es de esto de lo que no se habla en los medios de información y persuasión que están intentando culpabilizar a Podemos de la responsabilidad de que no haya gobierno, abriendo la posibilidad de que una alianza del PP con Ciudadanos en una próxima legislatura continúe con estas políticas, que es el sueño del establishment financiero-económico que domina la vida política y mediática del país.

El que ni siquiera se haya considerado una alianza con Podemos desde el principio es porque la dirección del PSOE y de su equipo económico es mucho más cercana a la de Ciudadanos que a la de Podemos. Sus intereses de clase (categoría que ya ha desaparecido de la narrativa permitida en la sabiduría convencional) coinciden. Y de ahí que los intereses de tal aparato están anteponiéndose a los intereses de las clases populares que todavía los votan. Hoy existía una gran posibilidad de cambiar de página en la historia de España, y en cambio, los intereses de la minoría que ha controlado este aparato han predominado. Es no solo una lástima, sino un enorme error de dimensiones históricas.

Una última observación: los silencios de sectores de las izquierdas
Me sorprende que personas a las que tengo gran respeto y que, por su trayectoria académica y/o política, considero como personas de izquierdas –como por ejemplo dirigentes de la Fundación Alternativas, como Nicolás Sartorius e incluso algunos dirigentes de CCOO- estén apoyando el pacto basado en el eje PSOE-C’s (con Podemos como apéndice), sin nunca considerar la otra alternativa, la de establecer una coalición anti-austeridad y anti-neoliberal, rompiendo con las políticas neoliberales que han causado tanto daño.

Podría entender que prefirieran más la alternativa “light” a la “heavy” neoliberal si no hubiera otra alternativa. Pero la hay, lo cual me lleva a preguntarme ¿por qué ni siquiera han considerado una alternativa al neoliberalismo? Hago la pregunta sin ninguna intención partidista, aceptando que puede que yo esté equivocado. Pero creo que la ciudadanía se merece una explicación. ¿Por qué la han rechazado? ¿Ha sido porque temen que tal alianza llevara a una ruptura de España? Si es así, creo que están profundamente equivocados. Son precisamente el PP y Ciudadanos los mayores defensores de las políticas neoliberales, y son también ellos los que están defendiendo una visión de España que lleva directamente a su ruptura. ¿Qué no ven lo que está ocurriendo en este país? ¿Qué no ven que la cerrazón del PP y ahora de Ciudadanos (y sectores del PSOE) están llevando al crecimiento del independentismo en lo que la capital del Reino llama “la periferia” (ver mi artículo “Los dos grandes y graves problemas que tiene España”, Público, 07.04.16)? A no ser que se redefina España en las líneas que la resistencia de las izquierdas contra la dictadura había propuesto, lo que permitiría el surgimiento de un Estado auténticamente plurinacional, el futuro de la España uninacional es claramente incierto.

La otra respuesta podría ser que desconfían que Podemos tenga la suficiente capacidad organizativa para llevar a cabo su programa electoral. Tal argumento podría tener validez excepto que en base a la experiencia existente carece de credibilidad. Partidos emergentes que no existían antes como En Comú Podem, En Marea o Compromís están hoy gobernando, cuando no existían hasta hace muy poco. Y lo están haciendo mejor que los anteriores. Por otra parte, en esta coalición habría partidos como IU y como el mismo PSOE, que tienen una organización que puede, cambiando de orientación en el caso del PSOE, romper con el neoliberalismo imperante. ¿Cuál es entonces el problema?

He vivido en muchos países y he vivido muchas experiencias, pero no creo exagerado que hoy estemos, tanto en Catalunya como en el resto de España, así como en Europa, en una situación histórica, llena también de amenazas, pero también de oportunidades. Si ahora no se aprovechan estas oportunidades, será mucho más difícil poder alcanzar el nivel de desarrollo democrático y social que el país se merece.

Ruego, y hago una petición a las fuerzas progresistas, incluyendo a los sindicatos, para que se movilicen para forzar que el PSOE escoja otros aliados de manera que se puedan iniciar los cambios por los que tantos han luchado a lo largo de nuestra historia y que hoy no están entre nosotros (muchísimos de ellos socialistas), para romper con el neoliberalismo y recuperar aquel precioso proyecto de desarrollo de una sociedad justa y democrática, en la que se prioricen las necesidades humanas sobre el afán de lucro y la acumulación de capital, según aquella frase tan significativa “a cada uno según su necesidad, de cada uno según su habilidad y capacidad”. Hago un ruego especial a los miembros y simpatizantes del PSOE para que se movilicen presionando a su dirección para que cambie de aliados. Con la alianza que el aparato ha escogido es imposible realizar aquel principio, que se está hoy jugando en la definición de qué tipo de gobierno se desea. No hacerlo es permitir que continúe la pesadilla que hemos estado viviendo estos años bajo distinto nombre. Por el bien de las clases populares de todos los pueblos y naciones de España, espero que así lo hagan.

 Fuente: http://www.vnavarro.org/?p=13203

martes, 19 de abril de 2016

Lo que PP y PSOE callan. Criminalizando falsa injerencia de Venezuela y ocultando la verdadera de Miami y Alemania

Anibal Garzón


La historia se repite una vez más. El Partido Popular (PP) pone en más absoluta práctica la teoría del Ministro de nazi de Propaganda Joseph Göebebls: "una historia repetida mil veces se convierte en verdad". La historia reiterada de que PODEMOS fue financiado por el gobierno de Venezuela mediante la fundación CEPS. Pese a que el Tribunal Supremo ya archivó esta causa en enero de 2015 presentada por el polémico abogado Rodríguez Menendez1, la Vicepresidente del Partido PP, Soraya Sáenz de Santamaría, volvió hacer una vez más eco de la falsa relación PODEMOS-Venezuela dado el momento clave de la gobernabilidad española; la reunión entre Podemos, Ciudadanos y PSOE para conformar un gobierno que finalmente saque del poder ejecutivo al PP.

No es bueno caer en la trampa de seguir defendiendo Podemos una jugada de gol que ya ha sido señalada como fuera de juego. El partido continúa, y cómo dijo supuestamente Napoleón, y la "futbólogos" aplicaron esta frase a su campo, "No hay mejor defensa que un buen ataque".

Santamaría cayó en su trampa afirmando que Podemos está cometiendo un delito ya que la legislación prohíbe que un partido sea financiado por instituciones políticas de otro país, considerado como injerencia2. Trampa que le puede ir en su contra.

Desenmascarando financiaciones externas al PP, justamente un exembajador mexicano en Cuba, Ricardo Pascoe, afirmó en 2003 como el líder de la Fundación Nacional Cubana-Americana y exagente de la CIA (Estados Unidos), Jorge Mas Canosa, financió las campañas electorales del PP en 1996 y 2000. Esta financiación se blanqueó con la conformación en Madrid de la Fundación Hispano Cubana fundada por la ultraderecha cubana de Miami y miembros del PP. No solamente el financiamiento externo al PP tuvo como objetivo romper relaciones entre Cuba y España, y en general con toda Europa con la propuesta de Aznar en 1996 de la "Posición Común", sino también buscaba sus intereses comerciales en suelo español.

El famoso Caso de Sintel. Una filial de Telefónica que el gobierno de Aznar en 1996 vendió a la familia de Mas Canosa por 4.900 millones de antiguas pesetas4 (cerca de 30 millones de euros) y la llevó a la "quiebra" en 2001 despidiendo a casi 2000 trabajadores. Esto produjo posteriormente una acampada de protesta (Campamento de la Esperanza) en la Avenida Castellana de Madrid durante 6 meses por parte de los trabajadores y sindicatos. Protesta que tuvo su resonancia internacional por el famoso documental "El Efecto Iguazú"5.

Sobre estas financiaciones de Mas Canosa al PP, también el mismo portavoz de la oposición del Partido Socialista en 1996, Luís Yañez, afirmó en su momento como Mas Canosa financió con su avioneta viajes de Aznar por América Latina o mítines electorales en España6.

En este juego oscuro y mediático de ataques sin fundamento a Podemos, no solo caen los falsos golpes sobre supuesta financiación externa sino también los vínculos políticos, estrategia más elaborada por el otro actor del bipartidismo histórico español, el PSOE. Líderes históricos como el expresidente Felipe González, cercano a un pacto de gobierno entre PP y PSOE para excluir así a Podemos, constantemente ha atacado a Podemos de ser dependiente políticamente de Venezuela7. Una construcción del Palacio de Miraflores para implantar la Revolución Bolivariana en el Estado Español.

Dándole la vuelta de defensa hacia ataque, algo más que evidente hoy día pero que parece que se ha quedado en simples archivos de historia es la financiación internacional, logística, y entrenamiento político que tuvo el PSOE durante la Transición Española, y sus años de gobierno en los 80 y 90, por parte del Partido Socialista Alemán8 mediante la Fundación Friederich Ebert. Una estrategia para arrebatar poder al Partido Comunista Español, conseguir llegar el PSOE al gobierno, y generar sus líneas de gobierno para convertirse finalmente en un satélite del proyecto europeo alemán que hoy día es más que visible. En definitiva, lo que hoy critica González de supuestamente Podemos querer copiar a Venezuela, quien hizo una copia de España sobre intereses de Alemania fue su proyecto.

Si la élite del bipartidismo considera injerencia una supuesta financiación o entrenamiento de Podemos por parte de Venezuela, es hora de atacar e identificar que la verdadera injerencia en la Historia actual de España fue de la Mafia cubana de Miami (vínculos políticos directos con el mismo gobierno de los Estados Unidos) sobre el PP y de Alemania sobre el PSOE. Dos potencias internacionales, EUA y Alemania, que son parte del reparto del pastel español visible en la crisis de 2008 y que hoy la mayoría de los ciudadanos padecemos sus consecuencias. Eso si es Injerencia contra la Soberanía Nacional.

Notas:
1 http://www.publico.es/politica/supremo-rechaza-querella-pablo-iglesias.html
2 http://www.elconfidencial.com/espana/2016-04-05/santamaria-delito-venezuela-podemos-iglesias-monedero-vestrynge_1178907/
3 http://www.diariocordoba.com/noticias/espana/exilio-cubano-financio-aznar-ex-embajador_67892.html
4 http://elpais.com/diario/1996/04/02/economia/828396004_850215.html

5 http://www.dailymotion.com/video/xw5vh_el-efecto-iguazu_news

6 http://elpais.com/diario/1996/07/17/espana/837554402_850215.html
7 http://www.14ymedio.com/internacional/Felipe-Gonzalez-vincula-Podemos-chavismo_0_1907209282.html
8 http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-02-28/como-socialismo-aleman-reinvencion-puso-poder-psoe-felipe-gonzalez_1158700/
Blog del autor: Leyendo el Mundo en Tus Manos: https://anibalgarzonbaeza.wordpress.com/

martes, 8 de marzo de 2016

Diversos dirigentes del PSOE encabezados por José Antonio Pérez Tapias, excandidato a secretario general, han suscrito una carta abierta dirigida a Pedro Sánchez con el fin de instarle a lograr un pacto de izquierda.

Debemos lograr un pacto de izquierda
Estimado compañero Pedro:

Estamos de acuerdo en que el PSOE, tras las elecciones del pasado 20-D, pasa por un momento crucial. Sabemos que los resultados no fueron buenos para el partido, pero los 90 escaños conseguidos en el Congreso de los Diputados, que sitúan al Grupo Socialista como principal fuerza de izquierda en el Parlamento español, implican una posición que obliga a asumir con coherencia programática y coraje político lo que del PSOE esperan quienes han puesto en él su confianza.

En medio de la difícil situación de nuestra sociedad y de la estructura territorial del Estado español, de las decisiones que tomemos depende el futuro del socialismo democrático en nuestro país, y estamos convencidos que el futuro del país mismo. El PSOE, superando enfrentamientos estériles, tiene la responsabilidad de encauzar su acción hacia políticas transformadoras, de emancipación y solidaridad, contribuyendo desde su posición en la izquierda a articular su pluralidad y a reforzar sus potenciales de cambio. De no ser así, el PSOE podrá verse replegado sobre políticas alineadas con la derecha, sin ser capaz de ofrecer un proyecto de izquierda creíble, tanto para España como para Europa.

Tanto desde la Ejecutiva del partido, como desde su Comité Federal, se ha manifestado que el PSOE votará "no" a la investidura como presidente del Gobierno de cualquier candidato del Partido Popular. Reconociendo que el PP, con mayor número de escaños en el Congreso, tiene la obligación de intentar formar Gobierno, hay razones de peso para que el PSOE no apoye tal iniciativa, ni activamente con su voto, ni pasivamente mediante su abstención.

Como Secretario General del Partido, y refrendado por el Comité Federal, has manifestado tu voluntad de intentar un pacto para una mayoría parlamentaria que permita un gobierno de cambio, en caso de que no lo logre el candidato de la derecha. Un pacto de izquierdas es indispensable para las políticas de reconstrucción social que nuestro país necesita, desde la lucha contra el paro con nuevas políticas económicas hasta la defensa del Estado de bienestar, así como el logro de un renovado pacto constitucional, dada la crisis del Estado español.

Para los objetivos señalados están abiertas posibilidades de negociación con Podemos y otras fuerzas políticas que hay que aprovechar. Nos compromete a ello el defender los derechos civiles y sociales de ciudadanas y ciudadanos, la profundización en la democracia, la dignificación de la política erradicando la corrupción y la reforma del Estado de las autonomías para construir el Estado federal plurinacional que la realidad política de España exige. Es en el marco del debate sobre la ineludible reforma constitucional donde ha de plantearse el procedimiento adecuado, como puede ser una consulta legal a la ciudadanía, para el reconocimiento de la realidad nacional de Cataluña. Son tareas que las izquierdas deben acometer sin demora.

EL PSOE tiene la posibilidad de presentar, junto a otras fuerzas políticas, una alternativa a la derecha neoliberal y conservadora. Esa posibilidad hay que hacerla realidad, no resignándonos de antemano a unas elecciones anticipadas sin haberlo intentado. Los procesos internos de cara al próximo congreso ordinario del partido han de tener en cuenta, considerando lo que nuestros Estatutos señalan, la prioridad política de la búsqueda de ese pacto que aglutine aspiraciones de justicia social, igualdad y regeneración democrática, la cual tú, como secretario general y candidato a la presidencia del Gobierno, debes encabezar.

Saludos socialistas.

José A. Pérez Tapias, miembro del Comité Federal del PSOE
Andrés Perelló, miembro del Comité Federal del PSOE y de ES del PSPV-PSOE
Odón Elorza, diputado del PSE-PSOE
Esperança Esteve, ex-diputada del PSC
Manuel de la Rocha Rubí, ex-diputado del PSOE-M y miembro de Izquierda Socialista
Vicent Garcés, exeurodiputado, miembro de ES y del Comité Nacional del PSPV-PSOE
Maite Ibáñez, de la Coordinadora de ES y de la Ejecutiva de PSPV-PSOE de Valencia
Borja Suárez Corujo, militante del PSOE-M y miembro del colectivo Líneas Rojas

http://www.publico.es/politica/perez-tapias-y-otros-dirigentes.html

viernes, 26 de febrero de 2016

Podemos se levantó este miércoles de la mesa de negociaciones con el PSOE por considerar que el acuerdo firmado por los socialistas con Ciudadanos es "incompatible" con sus políticas y con su aspiración de formar un gobierno de cambio.

PÚBLICO / AGENCIAS

"El PSOE ha frustrado, de momento, una oportunidad histórica", defendía el portavoz de Podemos en el Congreso, Íñigo Errejón en rueda de prensa el miércoles. Aseguró que "la mano" del partido morado "sigue tendida" para un gobierno de cambio aunque dio por rotas las negociaciones hasta después de la investidura.

Según Errejón, el pacto con Ciudadanos demuestra que el PSOE "ha elegido" y ha asegurado que en Podemos están "decepcionados y defraudados", ya que, a su juicio, se trata de una "oportunidad" perdida para formar un gobierno de cambio.

En concreto, el partido morado identifica ocho razones principales de esa "incompatibilidad":

1. No se deroga la Ley Mordaza que, según Podemos, "ataca a las libertades públicas y que ha sido calificada por Amnistía Internacional como una amenaza para los Derechos Humanos".

2. Conlleva el "abaratamiento del despido" y no se deroga la reforma laboral. El partido morado denuncia que "el PSOE ha aceptado el contrato único con otra denominación" porque el acuerdo pasa por "reducir aún más las indemnizaciones por despido".

El acuerdo inicial conllevaba que la indemnización por despido improcedente en contratos temporales pasara de entre 20 y 33 días al año, a 20 el primer año, 25 el segundo y 33 a partir de ahí. No obstante, finalmente el PSOE y Ciudadanos acordaron cambiar este punto para mantener las cifras en vigor actualmente. Por otra parte, Podemos denuncia que "el contrato temporal deja de tener que estar vinculado a una causa objetiva jurídica".

3. Complemento Salarial: Esta medida lleva, según Podemos, a "premiar con dinero público a los empresarios que pagan bajos salarios", en lugar de ofrecer "derechos laborales".

4. Salario Mínimo Interprofesional (SMI): Podemos considera "ridícula" la subida del 1% que fija el acuerdo. A su juicio, teniendo en cuenta la inflación, supone realmente "congelar" el SMI.

5. Podemos critica también el "orden de prioridades macroeconómicas" que establece el documento de PSOE y Ciudadanos. Según la formación emergente, "salva puntos clave de las reformas económicas del Gobierno de Mariano Rajoy" y plantea algo "inviable" como "revertir los recortes" sin abordar "una reforma tributaria". Además, critican que si en su programa el PSOE se comprometía con el objetivo de reducir a la mitad la tasa de paro, este punto ha desaparecido del documento actual.

6. No se deroga el Artículo 135, lo que llevará, a su parecer, a que los servicios públicos y los derechos sociales sigan "sometidos" a los "intereses de los acreedores.

7. La propuestas referentes a la Sanidad pública "abren las puertas" según Podemos, al "copago farmacéutico y a la privatización de la gestión".

8. En cuanto a la "despolitización de la Justicia", el partido de Pablo Iglesias critica que el acuerdo no aborda realmente esta cuestión. "El acuerdo entiende que despolitizar la Justicia es que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en vez de 20 vocales elegidos por políticos, lo formen 10 vocales elegidos por políticos.

El acuerdo con Ciudadanos "no suma".
El secretario de Relación con la Sociedad Civil de Podemos, Rafael Mayoral, cree que el PSOE todavía puede "reflexionar" y darse cuenta de que pactar con Ciudadanos "no es lo que la gente votó el 20 de diciembre". "Creemos que este acuerdo con Ciudadanos no suma y entendemos que en algún momento cabe la posibilidad de que se dé una reflexión en el PSOE", ha dicho.

Mayoral ha explicado que las negociaciones de Podemos con el PSOE sólo habían tocado la parte económica y "no había mucha sintonía en avanzar" por parte de los socialistas. En su opinión, el PSOE "tiene un problema de asunción de la nueva geografía política" porque no entiende la necesidad de formar "gobiernos diferentes".

"Nos encontramos con que realmente la mesa donde existía interés por los avances era en otra", ha añadido. En este sentido, ha defendido que Podemos "ha mostrado mucha flexibilidad y disposición" desde el primer momento y se ha encontrado con la "poca disposición" del PSOE.

Preguntado por si ahora Podemos aspira a unas elecciones o si seguirá insistiendo en el pacto con el PSOE, Mayoral ha dicho que "se intentarán agotar todas las posibilidades que puedan existir para conformar un gobierno de cambio".

"Fuimos con las carta boca arriba desde el primer momento", ha defendido y ha lamentado que existieran prioridades por parte del PSOE hacia las políticas de Ciudadanos. "Tendrá que explicárselo a sus votantes después de todas las cosas que han dicho de Ciudadanos o de Luis Garicano (responsable económico de Ciudadanos).

Además, ha añadido que el PSOE se ha decantado por "el mejor representante de los bancos en el Hemiciclo" que es, a su juicio, Garicano. Con todo, ha remachado que el documento que han firmado los socialistas con Ciudadanos "no garantiza" que se hagan políticas activas para la mayoría social.
http://www.publico.es/politica/identifica-ocho-incompatibilidades-fundamentales-acuerdo.html

domingo, 21 de febrero de 2016

El referéndum es una excusa del PSOE y de las derechas para que no se establezca un gobierno de izquierdas

Vicenç Navarro
Autor de Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante (Anagrama, 2015)

El punto clave que los principales medios de información del país enfatizan como el mayor obstáculo para conseguir el gobierno de coalición de izquierdas es el tema del referéndum en Catalunya. Se dice que tanto para el PSOE como para el PP y Ciudadanos, el referéndum es la línea roja que jamás cruzarán. Para poder justificar esta postura, tales partidos presentan, deliberada y maliciosamente, el referéndum en Catalunya como una llamada a la independencia, asumiendo erróneamente que la aprobación del referéndum daría pie inmediatamente a la independencia.

Los dirigentes pasados y presentes del PSOE, así como del PP y de Ciudadanos confunden (fruto más de una malicia que de una ignorancia) lo uno con lo otro, y crean un problema donde no debiera haberlo, pues permitir que se haga el referéndum no quiere decir que se desee la independencia de Catalunya. El derecho a decidir es el mero derecho democrático que un pueblo y nación debería tener dentro de un Estado plurinacional, derecho que, en contra de lo que tales partidos políticos están diciendo, existe en muchos países. El tema a debatir no es, pues, sobre unidad de España o su desunión, sino sobré qué tipo de Estado se desea. Este es un punto clave que los dirigentes de aquellos partidos (PP, Ciudadanos y PSOE) no desean tocar, pues quieren mantener por todos los medios posibles (incluidos los aparatos de represión del Estado que controlan) su visión del Estado, un Estado heredado de la dictadura que le antecedió y que se caracteriza por su visión uninacional, radial y escasamente democrática, en lugar de ser un Estado plurinacional, poliédrico y mucho más democrático de lo existente hoy en día en este país, y que las izquierdas democráticas (como Podemos, En Comú Podem, En Marea y Compromís) están pidiendo. La lucha por la democratización del país pasa por el reconocimiento de la plurinacionalidad de España.

El derecho a decidir es el derecho a elegir
Naturalmente que el derecho a decidir, por definición, incluye el derecho a elegir, incluyendo el derecho a decidir sobre el tipo de articulación, en este caso de Catalunya con el resto de España, la cual tiene que tener a su vez el mismo derecho a decidir, respetando la diversidad de España, de manera que la unidad de esta esté basada en el consenso democrático y no en la fuerza militar o policial. El mal llamado “tema difícil del referéndum” no es, pues, lo que dicen o presentan aquellas fuerzas políticas que han intentado presentar tal demanda como una demanda de ruptura de España. En realidad, no hay razón para que no se pudiera resolver tal llamado problema si los partidos que están explorando la coalición fueran partidos de izquierda con vocación democrática. Soy consciente de que ni el PP ni Ciudadanos desean otro tipo de Estado que el actual. Y de ahí que se inventen todo tipo de falsedades para defender su visión del Estado, radial y uninacional. Pero los partidos de izquierda no deberían compartir esta visión de la España uninacional, pues esta visión es excluyente y oprimente con aquellos pueblos y naciones que no la comparten. Como he escrito en muchísimas ocasiones, el PSOE tendría que recuperar la visión plurinacional y poliédrica que tuvo en su pasado heroico, cuando luchaba para establecer la democracia en España y apoyaba el derecho a decidir de las distintas naciones de España y, con ello, su plurinacionalidad. Por desgracia, abandonaron aquella visión, adaptándose (como se adaptaron en otras áreas de igual importancia) haciendo suya su visión radial y uninacional hasta tal punto que llegaron a considerar como nacionalistas y/o secesionistas a aquellos que no compartían su visión de España.

Un ejemplo de ello es Alfonso Guerra, el autor del “cepillaje del Estatuto de Catalunya” en las Cortes Españolas, y hoy, uno de los máximos exponente dentro del PSOE de la oposición al referéndum en Catalunya, que en su día llegó a acusar nada menos que al Presidente de la Generalitat de Catalunya, el socialista José Montilla, y a la muy popular Presidenta del PSC, Manuela de Madre, de estar “contaminados con el nacionalismo catalán”. Es esta visión excluyente, que domina el establishment político mediático basado en la Capital del Reino (que tiene poco que ver con el Madrid popular) la que está hoy utilizando el referéndum (recurriendo a la sacrosanta Constitución) para evitar el establecimiento de una coalición de partidos de izquierdas, prefiriendo en su lugar que se establezca una coalición PSOE-Ciudadanos-PP. Su mal llamada defensa de la “unidad de España” rememora la llamada de los golpistas del 1936, que también utilizaron tal eslogan para imponer por la fuerza una dictadura de clase frente a la mayoría de la población.

¿Cuál es, pues, el mayor obstáculo para establecer el gobierno de izquierdas?
La mayor dificultad para poder establecer una coalición de izquierdas –que el debate sobre el referéndum está ocultando- es la política económica del PSOE, que es más cercana a la de Ciudadanos y a la del PP que a la de Podemos. Ahí está el problema mayor del que no se está hablando. Ni que decir tiene que el programa económico del PSOE no es el mismo que el de las fuerzas conservadoras y neoliberales que en España representan el PP y Ciudadanos. Sin ninguna duda, el programa del PSOE tiene notables diferencias con los programas de estos dos últimos partidos. Pero, sin embargo, el PSOE coincide con el PP y con Ciudadanos (y con Convergència en Catalunya) en un tema central que influencia todo lo demás. El PSOE comparte la misma visión estratégica y económica, queriendo salir de la enorme crisis en la que todavía estamos sumergidos continuando las políticas neoliberales que nos llevaron precisamente a esta crisis y que han sido la mayor causa de que todavía estemos estancados en ella.

El desempleo en España es enorme, y la calidad de empleo (tanto en intensidad como en cantidad) continúa en unos niveles de deterioro nunca vistos antes. El PSOE, sin embargo, no ha roto con el socioliberalismo, y continúa creyendo en la bondad de las políticas impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), por la Comisión Europea, por el Eurogrupo y por el Banco Central Europeo (BCE), que son las mismas políticas que nos han llevado al desastre. La evidencia de que tales políticas han causado la gran crisis, retrasando además la recuperación, es robusta y abrumadora (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).

Elementos importantes del neoliberalismo en el programa del PSOE
Y este socioliberalismo aparece tanto en su programa (en la timidez de sus propuestas) como en las declaraciones de sus principales asesores y/o economistas de referencia. El coordinador del plan económico del PSOE y miembro clave del equipo negociador del Sr. Sánchez, es el economista Sr. Jordi Sevilla, uno de los mayores defensores del socioliberalismo. Si no se lo creen, lean por favor sus declaraciones y su libro, De nuevo socialismo, donde se pueden ver expresiones tales como “¿quién a estas alturas pide que se aumente el gasto público en España?”, pregunta que él mismo se contestó, señalando que “solo los socialdemócratas tradicionales (la manera amable de decir anticuados) como Vicenç Navarro”. Hay que conocer que tal propuesta de no aumentar el gasto público se hacía y se continúa haciendo en uno de los países con menos gasto público por habitante en la Unión Europea de los Quince (UE-15), el grupo de países más semejantes a España en la UE por su nivel económico (ver mi artículo “El continuismo neoliberal en el PSOE”, Público, 02.07.15). Tal economista ha dicho en muchas ocasiones que las instrucciones de la Troika sobre el déficit deben obedecerse.

Una postura casi idéntica a la del Sr. Sevilla es la que sostiene el Sr. José Carlos Díez, uno de los economistas de referencia del PSOE, que goza de una gran proyección mediática en España, siendo asesor del canal televisivo que se considera más progresista de España, La Sexta. Aparece constantemente en el programa Al Rojo Vivo como el economista de la casa, y un tanto parecido en el programa de La Sexta Noche. Pero lo que prueba más claramente la orientación neoliberal del equipo económico del PSOE es el contraste, no solo entre los asesores económicos nacionales, sino también entre los internacionales, del grupo de trabajo que elaboró el programa económico de Podemos, que incluyó, entre otros, al Premio Nobel Joseph Stiglitz y a Thomas Picketty. Para contrarrestar tal lista, el PSOE mostró como su gran fichaje al Sr. Larry Summers, que fue uno de los economistas más responsables de la enorme crisis de la banca en EEUU como consecuencia de la desregulación bancaria que él (junto con Robert Rubin, codirector del Goldman Sachs) realizó cuando fue Ministro de Finanzas del Presidente Clinton (les aconsejo que vean el documental Inside Job).

¿Será posible la coalición de izquierdas?
La enorme hostilidad que tales personajes, así como el aparato del PSOE y su vieja guardia, han mostrado hacia las mayores propuestas económicas de Podemos se debe precisamente a que su visión de cuál ha sido la causa de la crisis actual y la manera de resolverla es mucho más cercana a la de Ciudadanos (cuyo economista de referencia, el Sr. Garicano, es muy próximo al IBEX-35 y apoyó tanto las reformas laborales del PSOE como las del PP, así como las medidas de austeridad del PP) y a la del propio PP. Veo, por lo tanto, difícil que pueda llegarse a un acuerdo, pues nos estamos jugando no ya la unidad de España (que ni Podemos, ni En Comú Podem, ni En Marea, ni Compromís están cuestionando, como maliciosamente lo están presentando las voces del bunker dentro del PSOE), sino su propia viabilidad y el bienestar de las clases populares. Hoy el equipo económico del PSOE es un equipo todavía comprometido con el liberalismo, mientras que Podemos e IU están comprometidos –como la socialdemocracia siempre estuvo comprometida (antes de que se convirtiera al neoliberalismo)- en revertir las políticas de austeridad, enfatizando la necesidad de ampliar la intervención del Estado para crear buen empleo y estimular la economía, pagando tales inversiones con políticas redistributivas que signifiquen un amplio aumento de los ingresos al Estado (en España el enorme retraso social de su Estado del Bienestar se debe precisamente al bajo gasto público social).

El Sr. Díez, con la frivolidad e ignorancia que lo caracterizan, anunciaba recientemente en el programa Al Rojo Vivo que las políticas propuestas por Podemos llevarían automáticamente al corralito que ocurrió en Grecia, expresión que quedó sin corregir (como siempre ocurre en La Sexta y otros canales), pues no se invitó a ningún economista con una visión contraria para que la cuestionase. Estos personajes son meros sirvientes del establishment político-mediático europeo cuyas políticas que promueven están causando un enorme dolor a las clases populares de este país. He escrito en otra parte que Syriza podría haber respondido de otra manera a la que había propuesto el gobierno griego y había presentado Varoufakis en sus negociaciones (ver mi artículo “Crítica amistosa a Varoufakis y a sectores de las izquierdas sobre lo ocurrido en Grecia”, Público, 19.10.15) con la Troika. Pero lo que es incluso más importante es que España no es Grecia. España es una de las potencias económicas de la UE, que si se aliara con Italia, Francia y Portugal podría cambiar las políticas impuestas por la coalición conservadora-socialista alemana revirtiendo las políticas de austeridad. En contra de lo que asumen Jordi Sevilla, José Carlos Díez, Luis Garicano y el blog Nada es Gratis del IBEX-35, así como los dirigentes del PSOE, la Troika no es omnipotente, y sí que hay alternativas que raramente aparecen en los mayores medios de información y persuasión (que nunca presentan voces críticas con tales instituciones, dando en cambio grandes cajas de resonancia a personajes que reproducen la sabiduría convencional que tanto dolor está causando), que deberían aplicarse (ver Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, de Vicenç Navarro, Juan Torres y Alberto Garzón) y que son factibles y realizables.

El Sr. Díez, en su intento por desacreditar la coalición de partidos de izquierda, señaló que la resistencia ofrecida por el gobierno portugués a las políticas de austeridad le llevaría a un desastre, pues la Troika no lo aceptaría. Tres días más tarde, la Comisión Europea, parte de la Troika, aceptó el presupuesto presentado por el gobierno portugués, y fue la Comisión Europea la que tuvo que aceptarlo, pues hoy el establishment europeo está más que preocupado por la posibilidad de que se abra otro flanco en el sur de Europa. Lo que ocurrió en Grecia les supuso un coste político elevado. Si Italia, Francia y Portugal se resistieran, junto con España, a estas políticas, la polarización que existe en Europa –entre este establishment europeo, hegemonizado por los partidos conservadores y liberales (con la ayuda de los partidos socioliberales) y los demás, alcanzaría niveles difícilmente absorbibles por tal establishment. Los gobiernos pueden oponerse y resistir, y lo ocurrido hace unos días en Portugal es una señal de ello.

La otra observación es que en las políticas de pactos entre los distintos partidos no es coherente aceptar propuestas que entran en conflicto entre sí. Por ejemplo, es más que probable que el PSOE (e incluso Ciudadanos) aceptara la necesidad de hacer un rescate rápido a la población dañada por la crisis que está en una situación insostenible. En realidad, el impacto de la crisis y de la mal llamada recuperación en el nivel de pobreza ha sido tan acentuado que los partidos conservadores y neoliberales han aceptado la necesidad de hacer algo para ayudar a los pobres. Y de ahí aparecen los programas antipobreza. Pero el problema de la pobreza es mucho más amplio que el problema de los pobres, pues el crecimiento de la pobreza es un síntoma de las políticas públicas neoliberales que se extienden desde las dos reformas laborales (la del gobierno Zapatero y la del gobierno Rajoy) hasta los recortes (realizados por el gobierno PSOE y por el gobierno PP). Intentar cuidar a los pobres sin revertir aquellas políticas es dar agua al sediento en un vaso con un agujero. El poco éxito de los programas antipobreza se debe a este hecho. Aumentar los salarios, dar más poder a los sindicatos, expandir la protección social y el gasto público y crear empleo, es mucho más eficaz que transferir fondos públicos a los pobres, lo cual siendo importante, es dramáticamente insuficiente. No es muy coherente pactar con Ciudadanos el rescate a los pobres, y a la vez no hacer nada o hacer lo que pide Ciudadanos, que aumentará todavía más la pobreza, no solo de los pobres, sino también de todos los demás.

Una nota como conclusión
Lo que estamos viendo hoy en España es que el establishment financiero y económico español, que tiene una influencia excesiva sobre los establishments político-mediáticos, quiere destruir a Podemos, y si no puede, al menos ningunearlo. Utilizan todo tipo de argumentos y falsedades, llamándolos bolivarianos, yihadistas, iraníes, independentistas, utópicos, pronazis, progolpistas, y una predecible larga lista de insultos. Y cuando, por primera vez, llegan a las Cortes Españolas, como la tercera fuerza política parlamentaria (que, de alargarse la campaña tres semanas más, podrían haber alcanzado la segunda posición), se los pone en el “gallinero”. Y ahora estamos viendo que además se les está responsabilizando -con la ayuda de los grandes medios de información y persuasión- de ser ellos los que están dificultando la coalición de las izquierdas, cuando, en realidad, la dirección del PSOE y la vieja guardia de tal partido nunca han intentado hacer tal coalición. Desde el principio vieron que sus máximos aliados eran y son Ciudadanos, pues son los que ideológicamente son más cercanos a ellos. Y ahora tienen la desfachatez de acusar a Podemos de que este partido sea el responsable de que no se haga la coalición. Y con la ayuda de los medios, y con el soporte del establishment financiero y económico de siempre, parece que lo están consiguiendo. Así es esta España que ellos quieren mantener. Quieren evitar el cambio profundo que el país necesita. Así de claro.
http://blogs.publico.es/dominiopublico/15911/el-referendum-es-una-excusa-del-psoe-y-de-las-derechas-para-que-no-se-establezca-un-gobierno-de-izquierdas/

martes, 2 de febrero de 2016

Analogía. Los votantes del PSOE y de Podemos no perdonarían que no se intentase un acuerdo entre ambos partidos porque cualquier otra solución les parecería peor.

Millones de españoles han crecido bajo los ecos de aquella gesta. Se han agotado los adjetivos excelsos, las fórmulas de alabanza para ensalzar la generosidad, la responsabilidad, el patriotismo de quienes renunciaron a sus líneas rojas a favor de la gobernabilidad de este país. Que yo no esté precisamente de acuerdo con el relato no implica que no recuerde a dos antagonistas enfrentados en un grado hoy inconcebible. Uno era el secretario general de un partido ilegal, al que el franquismo consideraba una banda terrorista. El otro había sido secretario general del Movimiento Nacional, el partido único de la dictadura. Se sentaron a negociar, pactaron y llegaron a un acuerdo. Sus seguidores se sintieron traicionados por igual, pero apoyaron el pacto porque cualquier otra solución les habría parecido peor. Esa fue la clave de aquella negociación, y es el aspecto que hoy se empeñan en ignorar quienes censuran cualquier pacto entre el PSOE y Podemos, dos partidos legales que, desde la dirección hasta su último militante, están infinitamente más cerca entre sí que el PCE de 1976 y el aparato franquista, y equidistantemente alejados del PP. Sus votantes no les perdonarían que no intentaran llegar a un acuerdo porque cualquier otra solución les parecería peor, pero su capacidad de renuncia, su postura favorable al diálogo, no merece elogio alguno. Al contrario, parece que la sensatez, la cordura, la solvencia, son en España patrimonio de la derecha, quizás porque sus diputados llevan siempre corbata. Si yo fuera Pedro Sánchez, intentaría formar Gobierno. Es una tarea ardua, pero el premio merece la pena porque entre todos, amigos y enemigos, le están convirtiendo en un héroe. Como Suárez. O como Carrillo.

jueves, 14 de enero de 2016

La furia del hombre paciente. El enfado de Susana Díaz y de otros barones estalló en el Comité Federal. El principal objetivo es ya desalojar a Pedro Sánchez del partido, del Gobierno, de la oposición y de donde haga falta

La estructura del PSOE parece decidida a acudir a unas nuevas elecciones y con un nuevo candidato/a a presidente del Gobierno. Un sector andaluz pretende incluso que se retrase todo lo posible la investidura de Mariano Rajoy para ganar tiempo y poder celebrar antes el congreso de partido. La recién elegida nueva secretaria general daría su apoyo condicionado a Rajoy durante dos años. El actual secretario general y reciente candidato, Pedro Sánchez, intenta evitar los dos escenarios por todos los medios, pero cuenta con pocas fuerzas, entre ellas unos diputados que ven con asombro que pueden tomar posesión del acta y verse sin escaño y expulsados de las listas dos meses después.

Es todo tan extraño que la situación solo encuentra explicación en rencores y desafíos. Para quienes siguieron con interés al PSOE durante décadas, solo cabe recurrir a libros de historia que expliquen anteriores periodos de confusión. Para quienes le votaron el 20-D, probablemente solo quepa enojo y rabia. Como afirma Patxi López “el PSOE está dando un espectáculo lamentable”.

El relato socialista comienza, dicen algunos, hace año y medio, cuando Susana Díaz y un grupo de barones apoyó a Pedro Sánchez como secretario general del partido, con la condición de que no se considerara candidato a la presidencia del Gobierno en las elecciones que tendría que convocar Mariano Rajoy en poco más de un año. Según ese relato, Sánchez ignoró ese acuerdo y en solo mes y medio tomó la iniciativa y anunció que se presentaba a la nominación como candidato presidencial socialista. A partir de ahí, el enfrentamiento fue total.

El relativo mal resultado electoral del PSOE pareció dar nuevos argumentos a los detractores de Sánchez, dispuestos en el mejor de los casos a dejarle como jefe de la oposición (dado que ninguno de los barones, empezando por Susana Díaz, es diputado en Cortes) mientras se organizaba la elección de un nuevo candidato y se provocaban nuevas elecciones. Una vez más, Pedro Sánchez tomó la iniciativa: no aceptaría ser jefe de la oposición absteniéndose frente a un Gobierno Rajoy e intentaría negociar con Podemos para alcanzar, él mismo, la presidencia del Gobierno. Si lo lograba, tendría garantizada su supervivencia política y la dirección del PSOE.

El enfado de Susana Díaz y de otros barones estalló en el comité Federal. El principal objetivo es ya desalojar a Pedro Sánchez del partido, del Gobierno, de la oposición y de donde haga falta. Algunos barones han enfriado su posición, a la vista de la furia y del encono personal con el que Díaz plantea ese relevo, pero aun así son bastantes los que trabajan en esa dirección. Para este sector del PSOE, lo primero es barrer a Sánchez y a su equipo, nombrar a otro secretario general, a otro/a candidato a presidente de Gobierno, ahora o dentro de un tiempo, y a otros diputados que integren el futuro grupo parlamentario. Y a partir de ahí, ya se verá.

Seguramente es cierto que todo lo que ocurre en el PSOE viene de lejos, de un deterioro largo y acentuado. Seguramente, nada de esto se explica sin conocer los resultados de Podemos y sin saber que el partido de Pablo Iglesias, que ayudó a investir a los presidentes socialistas de Asturias y de Extremadura, acaba de echar por tierra sus presupuestos autonómicos y que plantea negociaciones inflexibles, como son siempre las que se desarrollan entre grupos próximos ideológicamente. Nada de eso evita, sin embargo, el asombro por el feroz enfrentamiento interno y por la pérdida del sentido de la realidad de unos dirigentes que creen que, de un mes para otro, pueden cambiar de propuestas. En lugar de revolcarse en su furia, podrían recordar el dicho del poeta latino “Cuídate tú de la furia del hombre paciente” (el elector)


http://elpais.com/elpais/2015/12/30/opinion/1451500807_622757.html

martes, 29 de diciembre de 2015

Cuando el PSOE decía: ¡Autodeterminación!

En el trascendental congreso de Suresnes (1974), el Partido Socialista Obrero Español se relanzó como fuerza política operativa con un programa de tonos radicales que iba más allá de la 'España plural' y aceptaba el derecho de autodeterminación de las nacionalidades

-ENRIC JULIANA 29/09/2013

Hay un párrafo maravilloso de Gabriel García Márquez en ‘Cien años de soledad’ que dice: “El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo”. Hubo un tiempo en el que pasó algo parecido en este país. La democracia en España era tan reciente, tan reciente que aún no había nacido, que algunas cosas se mencionaban con nombres que ahora nos parecerían increíbles. Hubo un tiempo en el que el Partido Socialista Obrero Español señalaba con el dedo la autodeterminación de los pueblos y levantaba el pulgar. ¿Derecho a decidir? No, no, no, esa expresión ahora tan presente en los diarios, meliflua y propia de un adolescente contrariado al que no dejan llegar tarde a casa, no es de aquella época, en la que todo parecía pendiente. Estamos hablando en serio: derecho de autodeterminación de las nacionalidades de España. Ese era uno de los puntos centrales del programa del PSOE renovado en 1974. Claro, preciso y contundente. Tan contundente que estuvo a punto de proclamar la autodeterminación para todos.

10 de octubre de 1974, Suresnes, periferia de París, teatro Jean Vilar. El congreso socialista elige al joven abogado sevillano Felipe González como nuevo secretario general, tras una laboriosa alianza entre diversos sectores de la militancia en el interior de España, una mayoría que deja definitivamente fuera de juego a la vieja dirección en el exilio encabezada por Rodolfo Llopis. Maestro alicantino, masón desde la juventud a la vejez, diputado durante la República, enfrentado durante la Guerra Civil a la línea del primer ministro Juan Negrín, anticomunista, Llopis mantenía un PSOE de mesa camilla a la espera de la muerte del dictador. Y en España todo estaba cambiando.

En un congreso anterior, Llopis ya había sido sustituido por una dirección colegiada del interior, abriéndose una lucha de fracciones: el PSOE Histórico contra el PSOE Renovado. La Internacional Socialista finalmente había dado la razón a los renovadores –luego veremos en qué contexto- y el congreso de Suresnes era la ceremonia de entronización del nuevo grupo dirigente y del nuevo programa.

Un programa que enfocaba así la complicadísima cuestión territorial española. Aviso a los jóvenes lectores que no hayan vivido la transición, átense los cinturones y preparados para la sorpresa:

Ante la configuración del Estado español, integrado por diversas nacionalidades y regiones marcadamente diferenciadas, el PSOE manifiesta que:

1) La definitiva solución del problema de las nacionalidades que integran el Estado español parte indefectiblemente del pleno reconocimiento del derecho de autodeterminación de las mismas que comporta la facultad de que cada nacionalidad pueda determinar libremente las relaciones que va a mantener con el resto de los pueblos que integran el Estado español.

2) Al analizar el problema de las diversas nacionalidades el PSOE no lo hace desde una perspectiva interclasista del conjunto de la población de cada nacionalidad sino desde una formulación de estrategia de clase, que implica que el ejercicio especifico del derecho de autodeterminación para el PSOE se enmarca dentro del contexto de la lucha de clases y del proceso histórico de la clase trabajadora en lucha por su completa emancipación.

3) El PSOE se pronuncia por la constitución de una República Federal de las nacionalidades que integran el Estado español por considerar que esta estructura estatal permite el pleno reconocimiento de las peculiaridades de cada nacionalidad y su autogobierno a la vez que salvaguarda la unidad de la clase trabajadora de los diversos pueblos que integran el Estado español.

4) El PSOE reconoce igualmente la existencia de otras regiones diferenciadas que por sus especiales características podrán establecer órganos e instituciones adecuadas a sus peculiaridades.

El hombre clave del congreso de Suresnes fue el joven librero sevillano Alfonso Guerra, un hombre de origen humilde, con estudios universitarios y muy aficionado al teatro. Él movió los hilos, supervisó las ponencias y garantizó la elección de Felipe González como secretario general, frente al núcleo madrileño encabezado por Pablo Castellanos y Francisco Bustelo. Alfonso Guerra (nombre clandestino ‘Andrés’), afinando los textos sobre el irrenunciable derecho de autodeterminación de las nacionalidades de España en una brasserie de la periferia de París, con fondo musical de George Brassens. He ahí una excelente dosis de ironía para una tarde de domingo. Sugiero acompañarla con una copa pacharán con hielo.

http://www.lavanguardia.com/politica/20130929/54390144664/cuando-psoe-decia-autodeterminacion-enric-juliana.html

sábado, 5 de septiembre de 2015

Hacia un programa común: ¿Decrecimiento o resiliencia?

Si algo han mostrado las elecciones autonómicas y municipales del pasado 24 de mayo es que las candidaturas unitarias populares han tenido más éxito que las de los partidos en solitario en las principales capitales, aunque no en el conjunto de las circunscripciones. Sería imperdonable que los partidos de la izquierda radical de ámbito estatal (Equo, IU y Podemos) no alcanzaran acuerdos sobre un programa común por dificultades organizativas o mero cálculo electoral que no vamos a valorar aquí. Con ser muy positivos los resultados de estas elecciones al desalojar al PP de algunas Comunidades y Ayuntamientos importantes, son insuficientes para realizar el cambio que se requiere. Como escribe Rosa (1), claro que sí se puede, pero no solos. En la medida en que las fuerzas de la izquierda radical se consoliden y se avance en el desarrollo de un programa común, los pactos futuros con otras fuerzas (PSOE, principalmente) podrán inclinar la balanza en favor de una economía más social frente a otra más neoliberal. Ante la época que nos va a tocar vivir, valores como los de la solidaridad, cooperación y colaboración serán imprescindibles para la defensa de una vida digna. Valores que han de ser transmitidos en las escuelas e institutos y que serían mucho más creíbles si, desde ahora mismo, empezaran a ser percibidos por la ciudadanía.

Pero, si bien los obstáculos para llegar a un programa común en el terreno social y económico parecen superables, las dificultades para alcanzar un programa que a la vez afronte las consecuencias de la crisis ecológica se nos antojan insalvables. La percepción de la situación económica y social es compartida básicamente por los tres partidos a los que hemos hecho referencia, pero la de emergencia ecológica, derivada de la crisis energética y del cambio climático, está lejos de ser valorada por igual por estos partidos. Salvo Equo y muchos ciudadanos no necesariamente adscritos a partido alguno, el resto de la izquierda parece subestimar la irreversibilidad de problema ambiental y sus consecuencias, quizá debido a una concepción de la cuestión ambiental permanentemente postergable o, sencillamente, al efecto Casandra, según el cual la gente hace oídos sordos ante las malas noticias. Y, sin embargo, ignoremos o no la crisis ambiental, ya empezamos a entrar en la era de sus consecuencias: con el petróleo cada vez más escaso y caro no podremos salir de la crisis económica (2) y con el cambio climático acelerando la desertización de nuestro país, más pronto que tarde, se desencadenarán graves problemas en el suministro de agua y de alimentos. El caso de la crisis actual del agua de California -el estado más rico de EE.UU- es paradigmático (3), así que “cuando las barbas de tu vecino veas pelar…”Para muestra el conflicto por el agua desencadenado este verano entre las Comunidades de Castilla La Mancha y de Valencia. Evitar en la medida de lo posible estas consecuencias disminuyendo la vulnerabilidad de la ciudadanía para así garantizar el futuro de nuestro país, debe ser la tarea prioritaria de una política de izquierdas. Sirvan estas líneas para contribuir a este gran objetivo.

Decrecimiento o resiliencia

Sabemos que el crecimiento se detendrá porque las leyes que gobiernan la economía en última instancia no son financieras sino físicas. Respecto a la salida de la crisis, Crespo (4) sostiene que nos hallamos en un terreno desconocido ya que ninguna de las dos estrategias diseñadas para regresar a la senda del crecimiento, la americana, expansiva para estimular el consumo y la europea, basada en una política de austeridad, han tenido éxito para lograr superar la misma. ¿No será que el sistema capitalista está entrando en una fase de contradicciones que hacen inviable el crecimiento; un crecimiento que, además, se está convirtiendo en indeseable para la sociedad?

Así parece defenderlo Hinton en un artículo clarividente (5) al indicar que el capital ya no extrae suficientes beneficios del trabajo y ahora trata de hacerlo de los bienes y servicios públicos de los Estados hasta el punto de llevar a la destrucción de los mismos, como en el caso de Grecia, provocando, al mismo tiempo, una desigualdad cada vez más obscena y un paro creciente que entran en contradicción con la necesidad del sistema de un perpetuo crecimiento. Como señala Luengo: “la relación existente entre el avance del PIB y la tasa de desempleo es débil o inexistente” (6) debido seguramente, entre otras razones, a que el aumento de productividad a causa de la mecanización del sistema productivo se ha traducido en más beneficios para los empresarios en lugar de beneficiar a los trabajadores, bien económicamente, bien mediante la reducción de la jornada laboral.

La otra contradicción del sistema capitalista parte del supuesto inverosímil de que el crecimiento económico es ilimitado y que la tecnología solucionará las limitaciones de los recursos y de los sumideros, supuesto que nos está llevando a la colisión con los límites planetarios e introduciéndonos en la era del decrecimiento físico impuesto por la naturaleza. El resultado de esta colisión en el terreno económico es una espiral de destrucción de la oferta (de los recursos menguantes) seguida de una destrucción de la demanda (cuando la crisis arrecia) (7).

Frente a la política de “más de lo mismo” que apuesta por el crecimiento y las soluciones tecnológicas milagrosas, un análisis racional de las políticas posibles y de sus riesgos nos decantaría por un cambio en la orientación política encaminado hacia el decrecimiento y la sostenibilidad. Si tuviera razón la política del crecimiento y se lograran poner a punto las tecnologías necesarias para evitar la crisis energética en ciernes y lo peor del cambio climático, lo único que perderíamos, de escoger la prudente política decrecentista, serían oportunidades económicas. Pero de tener razón la opción decrecentista y no dispusiéramos de tales tecnologías, la obsesiva política del crecimiento nos llevaría a un callejón sin salida.

La élite neoliberal y sus acólitos han elegido ya. A pesar de los abundantes datos de las investigaciones y avisos de la comunidad científica, continúan impertérritos escuchando las señales y oráculos de su único dios, el dios mercado, a la espera de un milagro tecnológico. Curiosa forma de entender la ciencia y la tecnología; confían en ellas para aumentar la producción y combatir los riesgos inducidos por los seres humanos, pero no para anticiparse a los mismos y modificar su causa, que no es otra que un sistema económico fagocitador de la vida que nos sostiene. Aunque la escasez de petróleo y su repercusión en el crecimiento ya empiezan a dar señales perturbadoras en los mercados, el sistema necesita “buenas noticias” para embarcar a los Estados y ciudadanía en la trampa de la deuda. Antes de reconocer que está herido de muerte, la élite sembrará los medios de explicaciones tranquilizadoras. Y es que tras la jerga mercadotécnica se esconden los intereses y privilegios de las grandes compañías y poderes financieros (8) por lo que, antes de renunciar a ellos, la élite neoliberal está dispuesta a tensar la cuerda hasta llevarse por delante el clima del planeta y con él a la humanidad.

Dado el dominio que ejerce a escala mundial la ideología neoliberal y su inacción ante los problemas ambientales globales más urgentes, no parece que se pueda evitar ya la colisión con algunos de los límites planetarios (9). Nuestra civilización se verá abocada a un colapso, a una pérdida de complejidad socioeconómica y ecológica. A tenor de los indicios (pico del crudo y otros picos a la vista, manifestaciones del cambio climático, crisis económica persistente, aumento de las tensiones geopolíticas, entre otros), creemos que tal colapso está a la vuelta de la esquina, si no se ha desatado ya. Así parecen haberlo entendido los redactores y firmantes del Manifiesto Última Llamada (10) lanzado en el verano de 2014 a la sociedad.

Descartada la solución del sentido común a escala global -y, al parecer, también a escala europea- no queda otra opción que tratar de mitigar las consecuencias del colapso en nuestro país, ahora que puede abrirse una ventana de oportunidad para un gobierno o una oposición decisiva de la izquierda radical y, posiblemente, del PSOE.

Con motivo de la firma del citado Manifiesto en el que se reclama el cambio del actual modelo económico y social que haga frente a la crisis ecológica por parte de dirigentes de los partidos de la izquierda radical, entre ellos Pablo Iglesias, y de la elaboración de un documento base del programa económico de Podemos, titulado “Un proyecto económico para la gente” encargado a Viçent Navarro y a Juan Torres (11), se ha suscitado un debate en el que han participado algunos firmantes del Manifiesto, como Prieto, Turiel, Torres, Gadrey. En esencia, el debate se centra en la contradicción que supone firmar un manifiesto de corte decrecentista para luego abrazar fórmulas socialdemócratas keinesianas de estímulo al crecimiento, como las que proponen estos economistas en el documento citado.

Sin duda alguna, la política más razonable consistiría en implementar un decrecimiento organizado y controlado. Sin embargo, hoy por hoy, sería contraproducente poner en marcha una política decrecentista sin realizar previamente un amplio debate transversal en nuestra sociedad, como el que intenta promover el citado Manifiesto. Son demasiados años de dependencia del consumo como para que el mensaje de que cada vez va a haber menos recursos y que hay que cambiar nuestro modo de vida por otro más austero y menos consumista sea aceptado por la sociedad. Sencillamente no lo entendería la ciudadanía y provocaría su distanciamiento del propio concepto de decrecimiento y de los partidos que lo propusieran. Monedero lo sabe y de ahí que despachara la alternativa del decrecimiento con la expresión: “Hablando de decrecimiento no se ganan elecciones“(12).

Más allá de establecer y agrandar las diferencias entre partidarios del decrecimiento y del crecimiento, es necesario y urgente llegar a puntos de encuentro entre ambas posiciones si se pretenden paliar los efectos del colapso, encauzándolo de una manera más o menos ordenada y reducir así el sufrimiento de la población española actual y de las próximas generaciones.

Afortunadamente, todavía es posible la convergencia entre ambas posiciones. Debemos abandonar las políticas de crecimiento y aprovechar la ventana de oportunidad para una supervivencia digna. De acuerdo con Heinberg (13), comenzar a tomar medidas de resiliencia, es decir, medidas que aumenten nuestra capacidad para superar la adversidad, es quizá la mejor manera de adaptar las sociedades al colapso. En torno a un programa basado en la idea de resiliencia pueden alcanzarse acuerdos programáticos muy positivos con el fin de dotar a nuestro país de mayor capacidad para afrontar y sobreponerse ante las presentes y futuras crisis que se avecinan. El diagnóstico de los puntos más vulnerables (14) de la economía y sociedad españolas, así como de los sistemas naturales amenazados, resulta imprescindible y previo a proponer medidas de resiliencia tanto de índole ecológica, como económica y social.

A grandes rasgos, el colapso supondrá la transformación radical del sistema financiero, problemas en el transporte (aviación, buques, camiones), problemas en la agricultura industrial (riego, maquinaria, abonos), muy posiblemente la disolución paulatina del comercio global y la consiguiente relocalización de las economías y un aumento de los riesgos naturales que cada vez tendrán mayor incidencia social y económica (15).

Los partidos de izquierda han recogido en sus programas de las pasadas elecciones del 24 de Mayo, medidas tanto sociales, como económicas y ambientales para mitigar los efectos de la crisis económica, intentar revertir los daños de las políticas del gobierno del PP y así disminuir la vulnerabilidad de la ciudadanía. Muchas de estas medidas coinciden con las que se pueden proponer adoptando el punto de vista de la resiliencia, por lo que nos limitaremos a indicar algunas que nos parecen especialmente relevantes y que, en esencia, se engloban en los siguientes principios:

1. Mayor intervención del Estado: frente a la tendencia actual a la privatización, más nacionalización, frente a la desregulación, mayor control estatal, frente a la mercantilización, imposición de límites y más derechos ciudadanos y obligaciones del Estado.

2. Las sociedades humanas son ecodependientes. Los ecosistemas poseen límites. Aplicación de principios de sostenibilidad para compatibilizar las actividades humanas con la protección de los recursos renovables y los ecosistemas. Desmaterialización en la medida de lo posible de la economía.

3. El ser humano vive en sociedad, es interdependiente. Promoción de la vida en comunidad y de la solidaridad y la cooperación frente al individualismo instalado en la sociedad. Profundización de la democracia. La economía social al servicio de la población.

Vulnerabilidad y resiliencia social

Entre los puntos más vulnerables de la sociedad española destacamos los siguientes: una gran desinformación de la población acerca de los problemas ambientales globales (el cambio climático se ve como un problema episódico y lineal que se manifestará gradualmente, mientras que el pico del petróleo es desconocido por la gran mayoría de la población), así como un desconocimiento bastante generalizado de la responsabilidad de las políticas del crecimiento en la generación de los mismos, el desempleo insoportable que afecta principalmente a los jóvenes, la desigualdad creciente entre ricos y pobres y la exclusión social.

El crecimiento económico es un aspecto del capitalismo extraordinariamente arraigado en la población por haber sido imbuido en nuestros cerebros por los políticos, economistas y medios de comunicación como un bien “per se”. Además de haberse asentado ya como una cuestión de fe, la fórmula del crecimiento parece de sentido común para crear empleo y salir de la crisis y, por ello, se encuentra aún más enraizada. Decía Margaret Tatcher, “la economía es el método, el objetivo es cambiar el alma” (16). El neoliberalismo no solo es una ideología, es también, y sobre todo, una práctica generalizada de la que hemos interiorizado sus reglas de juego. De una u otra manera, nos han cambiado el alma a través de la presión que se ejerce sobre la inmensa mayoría de la población en situaciones de competencia cotidiana y de inversión de los pequeños ahorros. Esta presión se ejerce a través de la imposición de una serie de convenciones, prácticas y normas, en definitiva, reglas del juego establecidas política, institucional y jurídicamente (17).

¿Cuál ha sido el antídoto hasta ahora para hacer frente a la crisis económica que, por definición, es una situación de la economía con un débil o negativo crecimiento? Lógicamente, el de activar el crecimiento. Eso es lo que espera la gran mayoría de ciudadanos, que se pongan en marcha políticas de crecimiento para generar trabajo, activar el consumo y salir de la situación actual.

Cualquier convocatoria electoral que se produzca ocultando a la población los límites del crecimiento, rebajaría su calidad democrática. Si bien es cierto que la ciudadanía intuye, de alguna manera, que esta crisis es diferente y que los hijos van a vivir peor que sus padres, la apertura de un debate, tanto en las Cámaras de nuestros representantes como en la sociedad, permitiría tomar conciencia de la situación tan delicada y llena de riesgos que atravesamos y lograría que estos problemas, junto a los sociales, ocuparan la centralidad de la política, aumentando así la resiliencia social. Es de esperar entonces que la sociedad acabara siendo más proclive a admitir la adopción de medidas de mayor alcance, a medio y largo plazo.

Junto a esta iniciativa, un gobierno con sensibilidad ecológica y social debe potenciar los movimientos decrecentistas y de ciudades y pueblos en transición (18), generando así dinámicas favorables al lema decrecentista de” vivir mejor con menos” en detrimento del modo de vida BAU (Bussines As Usual), o sea, el negocio como actividad normal.

España es uno de los países con mayor paro, desigualdad económica y exclusión social de la Unión Europea. Sin la defensa del Estado de bienestar y sin la adopción de medidas sociales como la distribución más equitativa de la riqueza, la generación y el reparto de trabajo reduciendo el periodo de trabajo semanal y la adopción de medidas que eviten la exclusión social, no se podrían entender políticas ecológicas que son absolutamente necesarias para conservar los recursos naturales para la presente y futuras generaciones.

A juzgar por los programas electorales actuales, pensamos que sería relativamente sencillo llegar a acuerdos en el terreno social entre estos partidos. Quizá el punto donde se manifiestan las diferencias más notorias sea el de optar por la inicial propuesta de Renta Básica de Podemos, o por el Trabajo Garantizado, propuesta de IU, aunque no parece que llegar a un acuerdo sea insalvable pues el propio Eduardo Garzón (19), padre de la propuesta del Trabajo Garantizado, ya ha formulado una solución mixta.

No obstante, para llevar a cabo estas iniciativas sociales habrá que tener presente la advertencia de Trainer (20); en una época de decrecimiento impuesto por la naturaleza no se podrán realizar políticas de igualdad de corte socialdemócrata basadas solamente en el reparto de la menguante riqueza. Además de la solidaridad, la austeridad, entendida dentro de una justicia social, tendrá que ser otro de los pilares para poder desarrollarlas.

Vulnerabilidad y resiliencia ecológica

La vulnerabilidad ecológica de nuestro país es elevada. Los recursos renovables que han constituido y constituirán la principal riqueza de este país: como suelo, aguas superficiales y subterráneas, fuentes de energía dependientes del sol, pesca, bosques, humedales y demás ecosistemas y paisajes se encuentran cada día más amenazados por distintos problemas: desertización, erosión, salinización, fragmentación del territorio, sobrexplotación, etc.

Si necesarias son las medidas de resiliencia social para cohesionar el país, las medidas ecológicas son imprescindibles para la conservación de los recursos naturales renovables, fundamento de una economía sostenible a largo plazo.

Como medida administrativa más importante para frenar el deterioro ecológico (21) y proporcionar resiliencia se encuentra la Ordenación del territorio.

La Ordenación del territorio se fundamenta, desde el punto de vista de la sostenibilidad, en un principio de integración de actividades, según el cual la huella humana no debe exceder la biocapacidad del territorio. Aunque la palabra austeridad está hoy en día muy vituperada (austericidio, austerocracia, austeritarismo) debido a las políticas aplicadas por los gobiernos neoliberales, lo cierto es que, desde el punto de vista ecológico, no solamente los españoles, sino la gran mayoría de los ciudadanos de los países desarrollados han vivido por encima de sus posibilidades, apropiándose “de facto” de un territorio mayor a costa de otras naciones.

La salida civilizada a la situación actual consiste en construir una economía que no rebase la biocapacidad de cada territorio, con un comercio local y regional estrictamente necesario y que sea socialmente justa. De figurar algún tipo de déficit en las constituciones de los países, debería ser el déficit ecológico cero. Ateniéndonos a él, a los españoles nos tocaría vivir a un nivel de vida menor de la mitad del que disponemos actualmente, pues nuestra huella ecológica supera unas dos veces y media la biocapacidad del territorio nacional. Sabemos que, con un nivel de renta más austero pero bien repartido, se pueden mantener todavía unos buenos servicios públicos indispensables para que la ciudadanía pueda tener una vida tan digna o más que en la actualidad. Así lo indican los índices de felicidad/PIB y problemas sociales/desigualdad (22). En el primero se comprueba que, a partir de un nivel de riqueza, la felicidad no aumenta significativamente, mientras que en el segundo aparece una clara correlación entre el aumento de los problemas sociales y la desigualdad.

Aunque limitar el déficit ecológico a cero no es posible todavía, sin embargo, es necesario avanzar en esa línea tanto para hacer frente a las consecuencias del cambio climático, pico del petróleo y pérdida de biodiversidad, como para aumentar nuestra autonomía y resiliencia en caso probable del colapso de la red de comercio mundial.

En este sentido, con la Ordenación del territorio se propone cubrir los siguientes objetivos:

- Uso y protección de nuestros recursos naturales (suelos, aguas, bosques, pesca y biodiversidad…) atendiendo a los principios de sostenibilidad para recursos de Daly

- Evitar impactos (contaminación, incendios, introducción de especies foráneas, etc.) utilizando los principios de sostenibilidad de Daly para los desechos, además de los de eficiencia y precaución.

- Prevención de riesgos naturales e inducidos (erosión, salinización, incendios, sequías, temporales) aplicando el principio de precaución.

- Regulación de las actividades humanas (agrícola, industrial, construcción de infraestructuras, asentamientos humanos, turismo) a través de la promulgación de leyes: Ley del suelo, Ley de aguas, Ley de costas, etc.

Otra estrategia relevante es la de avanzar en la soberanía alimentaria ya que el colapso, como hemos dicho, puede llegar a suponer la disolución del comercio global y la relocalización de las economías. España importa aproximadamente un 40% de los alimentos que consume (23). Se trata de hacer compatible una producción agrícola nacional suficiente para alimentar a la población con la conservación de los suelos y recursos hídricos, frenando así la desertización y la salinización. Dicho de otra manera, se trata de sustituir paulatinamente el modelo de agricultura industrial imperante por el de la agricultura ecológica, aumentando la diversificación de cultivos (un estudio de Gómez Cantero (24) del IPCC para Grupo Los Verdes del Parlamento Europeo revela que en el plazo de 35 años habrá un incremento de la aridez que, junto a la erosión y las plagas, puede acabar con las grandes extensiones de monocultivos como las viñas, naranjos y olivos), utilizando abonos orgánicos, desechando malas prácticas agrícolas (como el cultivo en pendiente arando a favor de la misma y el riego sin control), etc.

Aunque parezca un tanto paranoica esta preocupación por la soberanía alimentaria y pudiera levantar sospechas de proteccionismo en la UE, se pueden dar algunos pasos obviando este problema como, por ejemplo, el fomento de la repoblación de pueblos, la formación en agricultura ecológica, la creación de un banco de semillas tradicionales, el fomento de pequeñas explotaciones agrícolas y ganaderas en detrimento de las grandes explotaciones, la prohibición de cultivos transgénicos, la promoción de una campaña para la paulatina modificación de la dieta de los españoles hacia una dieta más vegetariana,…

Quizá algunas de las medidas que se vayan a tomar en este terreno se encuentren entre las más controvertidas entre partidarios del crecimiento y de la resiliencia. Por ejemplo, ¿Cómo llevar a cabo la protección de nuestros recursos naturales al tiempo que los utilizamos? ¿Hasta qué punto y cómo pueden aplicarse las reglas de Daly en una economía capitalista? ¿Puede la agricultura ecológica alimentar a todo el país o ha de convivir con la industria agrícola y ganadera actuales? Este tipo de cuestiones son las que hay que debatir y ponderar con el fin de priorizar unas medidas sobre otras y de establecer plazos para llevarlas a cabo.

Vulnerabilidad y resiliencia económica y política

La vulnerabilidad de la economía española es crítica. La elevada deuda pública y privada, la dependencia financiera del Estado de la banca privada y del BCE, la fuerte dependencia de los combustibles fósiles y de la industria manufacturera a causa del declive industrial de nuestro país, la escasa diversidad del modelo productivo, su reducido I+D con una financiación que no está enfocada hacia el cambio del modelo productivo (25), la pérdida de derechos de los trabajadores y una fiscalidad retrógrada que grava las rentas del trabajo y las de los pequeños y medianos empresarios muy por encima de las del gran capital, hacen que la economía española sea muy sensible a futuras eventualidades, como, por ejemplo, crisis financieras, fluctuaciones de los precios del petróleo, consecuencias del cambio climático en la agricultura, etc.

El principal objetivo entonces no será el crecimiento económico (aumento de productividad, aumento del valor añadido), ni tampoco el decrecimiento, sino dotar a nuestro país de un sistema económico con mayor resiliencia y encaminado a lograr la sostenibilidad ecológica. Podría pensarse que la mejor manera de aumentar la resiliencia es potenciar el crecimiento y así obtener ventajas comparativas respecto a otros países pero, como se ha comentado anteriormente, el capitalismo es un sistema que nos lleva a la destrucción y en este contexto no hay ventajas comparativas que valgan.

Creemos que un aspecto esencial para el futuro de nuestro país es el cambio del modelo productivo actual. Dada su fuerte dependencia del exterior, su escasa diversificación y su insostenibilidad ambiental, el modelo actual es muy vulnerable a un contexto de decrecimiento de energía y materiales, de agravamiento del cambio climático o de una crisis financiera.

Queda fuera de nuestra capacidad y de los objetivos de este artículo la elaboración de una propuesta de un modelo productivo, por lo que solo nos limitaremos a enunciar unos criterios e indicar algunas medidas a modo de ejemplos.

Creemos que el nuevo modelo productivo ha de basarse en los siguientes criterios:

- El sistema productivo está enclavado en el territorio por lo que ha de ajustarse a la legislación derivada de la nueva Ordenación del Territorio.

- En un contexto de decrecimiento energético y material, el sistema productivo ha de iniciar el camino hacia una relativa desmaterialización de la economía, mediante el ahorro, la eficiencia, el reciclado y el desarrollo de economías con bajos insumos de materiales y energías, como la economía de cuidados.

- Ha de ser más sostenible con predominio de un uso de energías y materiales renovables, adoptando medidas como, por ejemplo, la reforestación de zonas próximas a pueblos y ciudades para el aprovechamiento comunitario dentro de unos años de biomasa para cocina y calefacción elevando así la Tasa de Retorno Energético de esta fuente de energía y preservando la diversidad biológica.

- Ha de ser más adaptable aumentando la diversificación y la localización de la producción, fomentado la empresa cooperativa y la reestructuración de los sectores estratégicos actuales: agroalimentario, transporte y automoción, turismo y construcción.

- Promover el desarrollo de una tecnología apropiada a la escala de nuestro sistema productivo y que sea coherente con sus objetivos mediante un Plan I+S+i (denominación más apropiada que la de I+D+i en una economía encaminada a la Sostenibilidad)

- El trabajo no es una mercancía, por lo que han de garantizarse los derechos de los trabajadores; en primer lugar, el derecho al trabajo.

- El Estado se reserva el derecho de planificar democráticamente la economía y la producción y nacionalizar total o parcialmente los distintos sectores productivos para garantizar los objetivos del modelo productivo. Por ejemplo, habría que crear una banca pública no solo para facilitar el crédito a familias y empresas sino para financiar las nacionalizaciones y un Plan I+S+i, así como aminorar las consecuencias de un posible colapso del sistema financiero internacional. Nacionalizar Red Eléctrica Española con la perspectiva a medio plazo de hacer lo propio con las empresas eléctricas. Recuperar la gestión pública del agua.

No obstante, el principal problema de la sociedad y economía españolas es político y viene determinado por la existencia de una oligarquía que domina las finanzas, es dueña de los grandes medios de comunicación privados y que, aliada del poder político, acaba imponiendo la política económica. El crecimiento económico español, que con la crisis nos ha llevado al endeudamiento actual del Estado y a un alto grado de corrupción, es resultado de esta alianza. El movimiento 15M ya denunció este pacto. Con el gobierno del PP se puso de manifiesto la falta de escrúpulos para mentir con tal de conseguir el poder y desmontar el estado de bienestar con la anuencia de la UE, mientras los numerosos escándalos de corrupción distanciaban cada vez más a los ciudadanos de la clase política.

La emergencia de Podemos, como partido que ha sabido recoger las demandas del 15M, ya ha empezado a airear las estructuras de los partidos y a modificar el discurso de sus dirigentes. Pero sería muy importante para empoderar a la ciudadanía, revitalizar la política, mejorar la democracia representativa con sistemas de control eficaces y promover la democracia participativa. Sin duda alguna, estas medidas aumentarían la confianza de la gente en el sistema político y la resiliencia, en general.

Pero todos los logros carecerán de sentido si no se detienen la implantación del TTIP y del TiSA (Acrónimos en inglés del Tratado de Libre Comercio e Inversión y de Asociación Trasatlántica de Comercio e Inversión, respectivamente).

Si ya es fuerte la dependencia del Estado de las reglas del juego de corte neoliberal surgidas de Maastricht, con la firma de estos tratados la dependencia y vulnerabilidad de los Estados, de los trabajadores y de la ciudadanía sería extrema e irreversible por mucho tiempo debido a las cláusulas de indefensión de los mismos frente a las compañías privadas. El TTIP es un tratado entre EEUU y la UE. Con este tratado, la población europea se encontraría indemne ante las empresas de transgénicos, de la ganadería hormonada y de los agroquímicos (26) y los agricultores quedarían a merced de las compañías multinacionales. Con el TTIP, España perdería no solo la seguridad alimentaria sino la posibilidad de alcanzar la soberanía alimentaria. En la negociación del TiSA, participan, además de la UE y EEUU, 21 países más. El secretismo más absoluto preside la negociación de este tratado cuyos términos no se podrán dar a conocer hasta 5 años después de su implantación. Con este Tratado unas cuantas compañías privadas van a monopolizar el sector servicios de los países firmantes.

Sería de desear que la población española apoyara a la izquierda en las próximas elecciones generales. Pero de no ganar, hay tres compromisos que el conjunto de la izquierda radical debería asumir en la próxima legislatura:

- Informar y promover un debate sobre la emergencia de la situación que vivimos a causa del pico del petróleo y del cambio climático.

- Promover sendos debates sobre el contenido y consecuencias del TTIP y del TiSA para España, en general, y la clase trabajadora, en particular.

- Formar una comisión de científicos y técnicos que elabore un Plan de Ordenación del territorio que garantice el uso sostenible de nuestros recursos renovables.

Es la hora de las grandes decisiones y para eso se requieren grandes estadistas. Las autoridades de un pequeño Estado, el archipiélago de Kiribati, pretenden comprar 20 kilómetros cuadrados de tierra en las islas Fiji para poder alojar a 103.000 compatriotas ante la irreversible subida del nivel del mar y la salinización de sus acuíferos. Sin duda se trata de una medida radical (27). ¿Por qué no se percibe en España una situación de emergencia como la que se nos viene encima y comienzan a tomarse medidas para mitigar el sufrimiento de la población actual y asegurar el futuro de las próximas generaciones?
Máximo Luffiego García y Julio Soto López


Referencias
(1) Rosa, I (2015). Sí se puede, pero solos no podemos. http://www.eldiario.es/
(2) Turiel, A (2010). Digámoslo alto y claro: esta crisis económica no acabará nunca.http://crashoil.blogspot.com.
(3) Deroeux, I (2015). California se seca y las autoridades imponen severas restricciones al consumo de agua.http://www.infolibre.es/
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(5) Hinton, J (2015). Esta búsqueda incesante del crecimiento es lo que está llevando a Grecia a la autodestrucción. http://www.15-15-15.org/
(6) Luengo, F (2015). Crecimiento y desempleo. Más falacias. http://blogs.publico.es/
(7) Turiel, A (2014). La espiral. http://crashoil.blogspot.com.
(8) Harich, J. Citado por Mediavilla, M (2015). Matar para sobrevivir. https://contadashabas.
(9) Foley J. Límites de un planeta sano. Investigación y Ciencia, Junio 2010.Nº 405
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(12) Monedero, J.C. Citado por Noguero, E (2014). Podemos y el techo de cristal. The oil crash.http://crashoil.blogspot.com.
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(15) Fenández Durán, R y González Reyes, L (2014). En la espiral de la energía. Libros en Acción, Baladre y Autores (Eds.)
(16) Laval, Ch y Dardot, P. Entrevista realizada por Fernández-Savater, A, Malo, M y Ávila, D (2014). El neoliberalismo es una forma de vida, no solo una ideología o política económica. http://www.eldiario.es/
(17) Laval, Ch y Dardot, P. (Op. Citada)
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(24) Gómez Cantero, J. (2014). Cambio climático en Europa: Percepción e impactos 1950-2050. Eds. Los Verdes-ALE / EQUO
(25) Torres, J (2010). Cambio de modelo productivo ¿de qué estamos hablando? Temas para el Debate, nº 194
(26) Vivas, E (2014). TTIP ¡Sacad las manos de la comida! http://blogs.publico.es/
(27) La Voz del Interior (2012). Kiribati, el país que se mudaría a Fiji para evitar desaparecer. http://noticias-ambientales-