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miércoles, 10 de octubre de 2018

De cómo ha cambiado la sociedad siria. Recogiendo los pedazos.

Synaps.network

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

La guerra de Siria ha transformado el país de forma devastadora y sutil. Si bien muchos de los cambios han sido a peor, ha habido otros que inspiran un cauto optimismo: los sirios han demostrado un incansable ingenio para adaptarse a cada una de las etapas de un conflicto horrendo, acertando a rescatar retazos de dignidad, solidaridad y vitalidad de entre circunstancias de pesadilla.

Por lo general, lo han hecho en sus propios términos, haciendo frente a cambios prácticamente ignorados por todos aquellos que afirman ayudarles o representarles. Esas transformaciones no han estado presentes en las conversaciones de paz ni en las políticas de poder, y rara vez se han tenido en cuenta en los esfuerzos de ayuda. Al parecer, también escapan a la percepción del creciente grupo de forasteros que pueden visitar Siria, que a menudo comentan que las cosas son más “normales” de lo que pensaban: los cafés damascenos están llenos de gente, las tiendas han vuelto a abrirse en Alepo y los funcionarios de diversas nacionalidades pululan por allí con planes más que optimistas para el futuro.

Ciertamente, la sociedad siria ha sufrido tales alteraciones que va a necesitarse tiempo para poder asumirlas. Por ello, se impone llevar a cabo una reevaluación completa si queremos comprender incluso las realidades más básicas existentes y en evolución hoy en Siria. Para evaluar la magnitud de estos cambios, las aportaciones de los sirios normales y corrientes son las que ofrecen las orientaciones más potentes.

No es país para jóvenes

Puede sostenerse que la aniquilación de la población masculina siria representa el cambio más fundamental sufrido por el tejido social del país. Como toda una generación de hombres ha quedado reducida a causa de la muerte, la discapacidad, el desplazamiento forzoso y la desaparición, quienes allí permanecen han sido en gran medida absorbidos por un sistema violento y corrupto centrado en las facciones armadas.

Una familia alauí de un pueblo costero brinda una ventana a la devastada situación de la población masculina, incluso en un territorio que ha permanecido firmemente bajo control del gobierno. De tres hermanos, a uno le mataron en una batalla, otro quedó paralítico por una bala en la espina dorsal y el tercero –un funcionario civil mal pagado de 30 años- vive con el temor de que le llamen a filas. Su madre resumía así su situación:

“Estamos hartos de la guerra. Se me llevó un hijo y otro está medio muerto. Al más joven podrían enrolarle en cualquier momento. Confío en que Dios ponga fin a esta guerra; las tumbas están llenas de hombres jóvenes.”

Su historia es la típica de un pueblo de 3.000 habitantes, que a su vez refleja las realidades de muchas comunidades ligadas socioeconómicamente al aparato militar y de seguridad. Según las propias estimaciones de la familia, que coinciden con la información proporcionada por un director de una ONG activa en la zona, 80 hombres de la aldea han muerto y 130 resultaron heridos, lo que representa un tercio de la población masculina de entre 18 y 50 años. Los dos tercios restantes han sido abrumadoramente absorbidos por el ejército o las milicias.

La violencia, que ha consumido tantas vidas, ha generado también fuentes indispensables de ingresos. En esta familia en particular, el hermano paralítico depende de su pensión de veterano de apenas 60 dólares al mes (todas las cifras en dólares son aproximadas, y se redondean a una tasa de cambio de 500 libras sirias por dólar). La viuda de su hermano recibe una asignación mensual equivalente a 35 dólares, que distribuye la milicia para la que combatía cuando murió en batalla. Sin embargo, esos estipendios están lejos de ser suficientes, y otros miembros de la familia tienen que buscar algún tipo de trabajo para poder llegar a fin de mes. El padre, de 65 años, que también es veterano del ejército, dijo desanimado: “Con un hijo mártir y otro destrozado, mi hijo sano y yo trabajamos día y noche para poder alimentar a la familia”.

Similar malestar ha echado raíces en las zonas anteriormente controladas por las facciones de la oposición que después fueron retomadas por las fuerzas sirias. Aunque muchos de sus jóvenes han sido asesinados o han tenido que huir, quienes allí permanecen tienen que hacer frente a potentes incentivos para que se incorporen a los grupos armados alineados con el régimen. Si lo hacen, tienen la oportunidad de salvarse a la vez que de ganar un jornal, lo que proporciona una alternativa al reclutamiento en el ejército regular, que combina un sueldo pésimo con el riesgo mortal de que te desplieguen en fronteras alejadas.

La mitad oriental de la ciudad de Alepo es un ejemplo de esa tendencia. Devastada por los años de asedio y bombardeos del gobierno, dispone de mínimos servicios, una economía arrasada y la inseguridad que provocan las milicias sin control. “Si quieres protegerte a ti mismo y a tu familia, tienes que incorporarte a una milicia”, comentó un hombre de mediana edad de la barriada de Yasmati. “La zona está infectada de delincuentes asociados con las milicias de la Defensa Nacional. Cada grupo controla un barrio determinado y en ocasiones luchan entre sí por el reparto del botín. Los comerciantes tienen que pagar por su protección a esas milicias. A uno de ellos, que se negó a hacerlo, le quemaron la tienda”.

En este contexto, portar armas conlleva un natural atractivo. Un hombre del barrio de Masakin Hanano describía esta dinámica:

“Los jóvenes que se quedaron en la zona este de Alepo se han unido a las milicias porque ofrecen soluciones a algunos de los peores problemas a que nos enfrentamos. Los combatientes consiguen un salario decente, pero también otros beneficios, por ejemplo, más amperios para los generadores privados, porque los proveedores de electricidad reducirán el precio si saben que están tratando con un miliciano.”

Otro vecino de la misma zona explicaba que él y su familia podían pasar desapercibidos gracias a la posición de sus dos hijos en la brigada Baqir, que cuenta con los apoyos de Irán y facilita no sólo salarios mensuales sino también oportunidades para agenciarse artículos para el hogar procedentes del saqueo.

Por toda Siria, los jóvenes que desean evadir el servicio militar obligatorio, ya sea en el ejército regular o en las milicias, disponen de pocas alternativas. La mayoría de los que pueden permitirse salir del país, lo hacen; otros se benefician de una exención otorgada a los estudiantes universitarios, mientras que un tercer subconjunto puede disfrutar de un aplazamiento debido a su condición de ser el único varón de su generación en una familia nuclear. Otros pueden pagar sobornos exorbitantes para eludir el reclutamiento o se confinan en sus casas para evitar ser detectados, haciéndose invisibles tanto para el ejército como para la sociedad en general. Algunos soportan múltiples pruebas de este tipo para permanecer tan sólo en un estado de limbo indefinido debido a la naturaleza contingente y precaria de estas soluciones. Un hombre de unos treinta años relató su experiencia después de que las fuerzas leales retomaran su ciudad natal en los suburbios de Damasco en 2016:

“Me enfrentaba a dos opciones: pagar de 3.000 a 4.000 dólares para pasar de contrabando a Turquía o al Líbano, o unirme al ejército o a una de las milicias. Había alrededor de nueve de esas facciones en mi ciudad, dirigidas por jóvenes vinculados a los servicios de seguridad. Para los hombres que no desean combatir, existe un acuerdo tácito para que el jefe de cualquier facción puede registrarte como combatiente y después dejarte vivir tu vida. A cambio, tienes que pagarle de una sola vez a ese comandante un soborno que oscila entre 250.000 y un millón de libras sirias [de 500 a 2.000 dólares], además de tu salario mensual de la milicia y, en ocasiones, una suma mensual adicional de hasta 50.000 libras [100 dólares].

En mi caso, el coste de pasar de contrabando era demasiado alto; además, tengo esposa e hijos aquí. Así que gasté más de 500.000 libras [1.000 dólares] para arreglar las cosas con una facción. Por simple mala suerte, esa facción se disolvió y perdí mi dinero y mi libertad de movimientos. Ahora estoy confinado en mi casa, teniendo que depender de los ahorros y de la ayuda de la familia. Ya no sé qué hacer.”

En otras palabras, incluso la menguante cohorte de jóvenes que consiguió mantenerse con vida en Siria llevará durante mucho tiempo sus propias cicatrices: o por el trauma de tener que unirse a las milicias o por las desesperadas medidas tomadas para eludir hacerlo.

Inevitablemente, la devastación de la fuerza de trabajo masculina de Siria afectará en gran medida en los esfuerzos para recuperar la economía del país. Un industrial de Alepo lo expresaba de forma sencilla: “Hablo con los propietarios de las fábricas y dicen que quieren reabrir sus fábricas pero que no pueden encontrar trabajadores. Cuando los encuentran, los servicios de seguridad o los milicianos llegan y, para empezar, arrestan a esos trabajadores y extorsionan a los propietarios por haberlos contratado”. Con tan pocas perspectivas en el horizonte de que las empresas locales consigan rendimientos, se necesitarán años para resolver este callejón sin salida a nivel económico.

A nivel político, la guerra ha mutilado a la misma generación de jóvenes que encabezó el levantamiento en Siria. Aquellos que permanecen en el país se han visto forzados a someterse, o han sido reclutados por la fuerza en el mismo aparato de poder contra el que se habían levantado. El resultado es una sombría paradoja: aunque prácticamente todos los problemas que desencadenaron el levantamiento de Siria en 2011 se han exacerbado, la sociedad ha quedado aplastada hasta el punto de casi garantizar que ningún movimiento reformista de base amplia va a poder materializarse en la generación que está por venir.

Canibalización económica

Las desesperadas circunstancias a que se enfrentan los jóvenes sirios alimentan y se ven reforzadas por una segunda transformación fundamental: la destrucción de la economía productiva de Siria y su sustitución por una economía de canibalización sistemática en la que los segmentos empobrecidos de la sociedad siria sobreviven cada vez más a base de depredarse unos a otros.

La manifestación más visible de esta nueva economía es una cultura de saqueo tan desarrollada y arraigada que la lengua vernácula siria ha incorporado un nuevo término –taafish- para describir una práctica que va mucho más allá del robo de muebles para incluir extremos tales como desmantelar los tendidos de electricidad y plomo de casas, calles y fábricas.

Un ejemplo reciente y particularmente espectacular de este saqueo sistemático se produjo con el regreso de las fuerzas pro-Asad a Yarmuk, un campo palestino en expansión al sur de Damasco, en abril de 2018. La caída de Yarmuk desató una ola de saqueo que sigue vigente desde el mes de junio y que va a dejar el paisaje urbano casi irreparablemente arrasado. El nivel de depredación es tal que incluso algunos milicianos partidarios de Asad expresaron sentirse conmocionados, sobre todo porque sus mismas propiedades se convirtieron en objetivos de otras facciones. “Vi a soldados uniformados usar un tanque del ejército sirio para arrancar cables eléctricos a seis metros bajo tierra”, comentó un combatiente de una facción palestina leal al régimen que estaba luchando por recuperar las pertenencias de su apartamento antes de que pudiera ser saqueado. “Vi a soldados de unidades de élite saqueando hospitales privados y oficinas gubernamentales. Esto no es sólo un saqueo, es un sabotaje de toda la infraestructura esencial”.

Se ha sabido de vecinos desesperados que estaban destrozando sus propiedades para impedir que se beneficiaran los grupos armados. Una de esas personas explicaba:

“Regresé a mi apartamento sólo para recuperar los documentos oficiales y algunas piezas de oro que había escondido. Lo hice y luego destruí mis propios muebles y electrodomésticos porque no quiero que esos tipos ganen dinero a mi costa. Me disponía a quemar mi apartamento, pero mi esposa me contuvo; no quería que causara daños en otros pisos del edificio.”

A medida que este flagelo se ha extendido por Siria, el botín ha creado microeconomías por derecho propio, desde el reciclaje de escombros hasta la proliferación de mercados taafish, donde las personas compran bienes de segunda mano robados a otros sirios. Muchos no tienen más remedio que utilizar estos mercados para reemplazar sus propias pertenencias robadas. Un funcionario explicaba el proceso de regresar a su ciudad natal, Deir Ezzor, después de dos años de desplazamiento en Damasco:

“En octubre de 2017, me ordenaron volver a Deir Ezzor para reanudar mi trabajo para el gobierno. Me sorprendió descubrir que mi edificio de apartamentos había sido desmantelado. Lo habían robado todo. Mi hermano me ayudó a encontrar un dormitorio sencillo y me compró algunos bienes saqueados para amueblarlo. La gente de Deir Ezzor ha perdido dos veces: primero perdimos nuestros objetos de cocina, camas, todo; y luego sentimos que habíamos perdido de nuevo al tener que comprar bienes saqueados a otros.”

Los sirios desplazados que tratan de regresar a sus hogares deben navegar, de muchas maneras, por un complicado y costoso proceso de compra en sus propios vecindarios. Además de los costes directos ocasionados por daños y robos, estas personas tienen que enfrentarse a actos depredadores que van desde peajes informales en puestos de control hasta tarifas extorsionistas impuestas por varias ramas del Estado incluso por servicios básicos inexistentes. Un comerciante de textiles entrado en años de la ciudad vieja de Alepo señalaba los costes siguientes:

“Gasté tres millones de libras sirias [6.000 dólares] en poder reabrir mi arrasada tienda. Por si no fuera suficiente con eso, las agencias del gobierno me exigieron que pagara los recibos del agua y electricidad -más los impuestos sobre las ganancias- de 2013 hasta 2017. Les dije que mi tienda había permanecido cerrada, que no había ganado dinero alguno y que no había utilizado agua ni electricidad, pero me obligaron a pagar de todas formas. Después gasté siete millones de libras sirias [13.500 dólares] en comprar textiles nuevos porque mi tienda había sido totalmente saqueada.

Así pues, en total, gasté diez millones de libras [20.000 dólares] para poder reabrir mi tienda. Ahora consigo unos beneficios de entre 6 a 8 dólares diarios, que apenas me dan para cubrir los gastos de comida, electricidad, agua e impuestos. Pero es mejor que pase los días en el mercado que quedarme sentado en casa dándole vueltas a la situación hasta que me dé un infarto.”

Los sirios han tenido también que recurrir a recursos preciosos para pagar a los funcionarios por la información sobre familiares desaparecidos, por ejemplo, o sobre su propio estatus en la extensa lista de personas “buscadas” en Siria. Para aquellos que desean confirmar que no serán detenidos al cruzar la frontera con Líbano, la tarifa actual es de aproximadamente 10 dólares, que la mayoría de las veces se pagan a un empleado del Departamento de Migración y Pasaportes.

Si bien gran parte de la economía depredadora de Siria está vinculada directamente a la violencia, la guerra ha generado innumerables formas más sutiles de depredación que perdurarán y evolucionarán en los próximos años. Esta economía caníbal, que abarca a todos los que han llegado a depender de la extorsión para su propio sustento, se extiende a la cohorte de abogados, agentes de seguridad y funcionarios civiles que se han posicionado como “intermediarios” en el mercado de documentos oficiales, como son los relativos al nacimiento, certificados de matrimonio y defunción. Un número incalculable de sirios han pasado por eventos vitales fundamentales mientras se encontraban en un territorio fuera del control del gobierno; para evitar el purgatorio legal tanto dentro como fuera de Siria, a menudo pagan sumas exorbitantes a los intermediarios para facilitar la documentación. Un abogado con base en Damasco explicaba cómo esta industria en crecimiento ha transformado su propia profesión:

“En la actualidad, incluso los abogados más veteranos están trabajando como intermediarios de documentos. Un intermediario bien conectado gana de 30 a 40.000 libras [60 a 80 dólares] al día; esto equivale aproximadamente al salario mensual de un funcionario civil educado en la universidad. Como resultado, muchos empleados del gobierno renuncian y trabajan como intermediarios para ganar más dinero.

Y todo eso es realmente un negocio, no una obra de caridad: cada agente toma dinero incluso de sus propios hermanos y hermanas. La semana pasada un colega me trajo a su cuñado. Le pregunté para qué me necesitaba cuando podía conseguir él mismo todos los papeles. Me explicó que no puede coger el dinero de su propio cuñado, pero que yo sí podía hacerlo y darle luego la mitad.”

Estas dinámicas canibalistas son aún más perniciosas por su capacidad de autoperpetuarse. La multiplicación de las formas de depredación ha acelerado la salida del capital humano y financiero de Siria, dejando atrás un país poblado en gran medida por una clase inferior que puede aspirar a poco más que a la subsistencia. Las demandas de supervivencia, a su vez, empujan a un número cada vez mayor de sirios normales al círculo vicioso de las industrias depredadoras, si no como depredadores, como beneficiarios de segundo orden de la depredación a través de la compra o recepción de bienes saqueados, la dependencia de ingresos basados en la extorsión a parientes, y así sucesivamente. En otras palabras, la economía depredadora de guerra de Siria se está convirtiendo de forma lenta pero segura en una economía depredadora de la paz.

Muros de miedo y fatiga

Un cambio menos notorio, pero no menos profundo, se plasma en el grado en que la sociedad siria se ha visto obligada a someterse psicológicamente después de un período de despertar revolucionario. Como dicen algunos sirios, Damasco ha sido particularmente eficaz en la reconstrucción de una cosa en medio de la inconmensurable destrucción: el “muro del miedo” que caracterizó al régimen antes de 2011, y que se vino momentáneamente abajo al comienzo del levantamiento.

Esta transformación se relaciona, obviamente, con el resurgimiento del Estado de seguridad de Siria en distintas partes del país del que se había retirado temporalmente. Las áreas que alguna vez se desbordaron de activismo revolucionario han vuelto a estar bajo la atenta mirada de la policía política siria, o mujabarat, haciendo que muchas personas sientan temor de hablar abiertamente fuera de la reclusión de sus hogares. Un investigador de Homs describía el peso de esta presión en su ciudad natal:

“Tengo una amiga que estaba llevando a cabo investigaciones, haciendo preguntas en la calle, con una ONG con licencia. Estaba embarazada. La seguridad vino y se la llevó, sin preguntas, simplemente se la llevaron. La detuvieron durante la noche y la dejaron salir por la mañana sólo porque estaba embarazada.”

Sin embargo, la vigilancia activa, la intimidación y la represión no son los únicos elementos que contribuyen a esta atmósfera tan plomiza. Los sirios abatidos e implicados en la guerra se sienten totalmente agotados y desilusionados con todos aquellos que pretenden dirigirlos o protegerlos, al verse en gran medida reducidos a luchar por la subsistencia cotidiana. El mismo investigador de Homs continuó:

“En 2011, todos hablaban de política, incluso aquellos que no sabían nada de ella. Hoy ya no hablan de política porque no les importa. Quieren vivir. Y tienen que gastar toda su energía tratando de encontrar lo suficiente para comer o intentando sacar a sus familiares de la cárcel.”

Un analista norteafricano que vivió y trabajó durante décadas en Damasco se hacía eco de esta situación describiendo las interacciones actuales con sus amigos en la capital y en sus alrededores: “La gente se siente perdida, frustrada hasta el punto de que no se preocupa por los acontecimientos diarios. Incluso los leales a Asad le dirán francamente: No sabemos hacia dónde nos encaminamos. Nadie es capaz de imaginar el futuro”.

Fragmentando

No sólo se ha doblegado a la sociedad siria, también se la ha desmantelado. A medida que las comunidades tenían que amoldarse a la agotadora rutina de la guerra o el exilio, se iban encerrando en grupos separados que ya no saben nada, o muy poco, los unos de los otros, a pesar de que a menudo tienen mucho en común.

A determinado nivel, la guerra ha desgarrado aún más las fracturas sociales y económicas que existían mucho antes del conflicto. La ciudad de Homs es quizás el microcosmo más doloroso de esa tendencia. Ciudad de mayoría suní con considerables minorías cristianas y alauíes, Homs fue el primer gran centro urbano en levantarse y el primero en degenerar en amargas sangrías sectarias. Casi cuatro años después de ser reconquistados por las fuerzas lealistas, las divisiones comunales de Homs se mantienen brutalmente claras, cambiándolo todo, desde las interacciones sociales comunes hasta los patrones de reconstrucción y el trabajo cívico. Un trabajador de una ONG describió cómo hasta la esfera caritativa de Homs se ha visto moldeada por tales divisiones: “Las organizaciones de beneficencia no eran intrínsecamente sectarias, pero la guerra hizo que se volvieran sectarias. La gente no se siente cómoda trabajando fuera de sus zonas”.

En Homs, como en toda Siria, las separaciones comunales están íntimamente ligadas a la división entre los que se considera que están con el régimen y los que están en su contra, un binario inadecuado e ineludible que ha marcado a familias, barrios, ciudades y pueblos enteros en formas que reverberarán durante décadas. Mientras que la mayoría suní de Homs se puso de parte de la revolución de forma abrumadora, la minoría alauí de la ciudad se movilizó rápidamente contra lo que percibió como una amenaza existencial. Ahora, con el resurgimiento de Damasco, los límites comunales asumen una nueva prominencia, enfrentando al vencedor contra el vencido.

Un hombre de un vecindario alauí en Homs se quejaba de los esfuerzos de rehabilitación en curso en las áreas suníes de la ciudad: “No sé por qué nuestro gobierno está permitiendo estos proyectos de reconstrucción. Deberían estar en nuestros vecindarios, para dar las gracias a las familias que sacrificaron a sus hijos”. Mientras que gran parte de la población suní de Siria se siente silenciada y brutalizada, las comunidades alauíes tienen a menudo su propia narrativa de victimización, combinando reclamaciones legítimas con impulsos vengativos respecto a los suníes, a quienes consideran traidores al país. Los suníes, por su parte, expresan con frecuencia el punto de vista opuesto: que los barrios alauíes han prosperado gracias a especular con la guerra. “Las zonas lealistas se han beneficiado enormemente", comentó un comerciante suní de la ciudad. “Se han convertido en mini-Estados administrados por los shabija [matones lealistas]. Incluso las fuerzas de seguridad no se atreven a entrar en la zona de Muhayirin [una vecindad alauí de clase baja]. Es aterrador, no creo que podamos recuperar pronto la normalidad”.

Homs ejemplifica el abismo cada vez más amplio entre ricos y pobres en Siria, una realidad que ayudó a sentar las bases para el levantamiento y que hoy ha alcanzado proporciones sin precedentes, con una camarilla reducida que está sacando tajada de la economía de guerra mientras que la mayoría se hunde en la pobreza. Un comerciante local suní resumía la situación:

“La guerra ha arruinado aquí toda la actividad comercial. Muchos comerciantes respetables han emigrado o han muerto asesinados. La mayoría de ellos tiene miedo aún de regresar al trabajo. Y ves que los que tienen éxito es por estar cerca de los servicios de seguridad, por denunciar a jóvenes afiliados a la oposición o coger grandes sumas de dinero de las familias que intentan garantizar la liberación de los niños detenidos. Esos son los hombres de negocios que logran prosperar.”

Otras divisiones que se dan por toda Siria son menos visibles, pero no menos insidiosas y provienen de los siete años de guerra brutal y desordenada. De hecho, las puras divisiones basadas en la secta o la clase no describen un paisaje tan complejo y fluido. Algunas brechas son menos dramáticas, casi imperceptibles, excepto para quienes las experimentan de primera mano. Vecinos, colegas, amigos y familiares pueden haber acabado en lados opuestos, a pesar de tener todos los marcadores sociales en común. Cada parte del país tiene su propia red de eventos trágicos que desenmarañar.

De hecho, el conflicto ha generado una enorme acumulación de resentimiento que de momento puede estar siendo reprimido, pero que se no olvidará pronto. Un maestro en Raqqa, por ejemplo, expresaba una sombría perspectiva sobre las perdurables desavenencias que dejó el gobierno del Estado Islámico en esa ciudad:

“Muchos combatientes del Estado Islámico se cambiaron de ropa y se unieron a las Fuerzas Democráticas Sirias [lideradas por los kurdos] para protegerse a sí mismos y a sus familias. Pero son los mismos de siempre; esa gente es mala y seguirá siendo mala. Y habrá venganza. Ahora no, porque todos están ocupados tratando de arreglar sus vidas. Pero finalmente, todos los que sufrieron bajo el ISIS, que tienen algún familiar asesinado por el ISIS, se vengarán.”

El legado de violencia se ve agravado por una feroz competencia por los escasos recursos, lo que genera otra fuente de descontento latente. En Damasco han ido surgiendo diversas gradaciones sutiles entre los habitantes originales y el mosaico de comunidades desplazadas que luchan por los empleos y donaciones de beneficencia. Una mujer desplazada de Deir Ezzor justificaba su sentimiento de culpa por aceptar trabajos de individuos conocidos coloquialmente como nazihin, sirios desplazados en 1973 por la ocupación israelí de los Altos del Golán, y que durante décadas han ocupado posiciones humildes en la jerarquía social siria:

“Trabajo para una mujer que solía contratar a su mujer de la limpieza en el campamento Wafidin [habitado por nazihin], pero envejeció y la torpeza le hacía romper las cosas. Me dijo que yo soy más joven y que me adapto mejor a las tareas. Otra mujer solía contratar a alguien también de Wafidin, pero ya no les considera desplazados. Ella siente que los nuevos desplazados, y yo pienso igual, se merecen más atención.”

Hay anécdotas similares que son comunes entre quienes luchan por sobrevivir en la capital y sus alrededores. Una mujer de la zona rural de Alepo describió su experiencia cambiante dentro de la jerarquía de privaciones existente en Damasco: “Llegamos a Damasco hace un año y nos registramos en la asistencia de la Media Luna Roja Árabe Siria. Nos dieron tres mantas, un colchón y finalmente tres cestas de comida. Pero ahora ya no nos dan nada, dicen no pueden, que ahora le toca a la gente de Ghuta. Una mujer de Deraa señaló en otra dirección: “La gente de Deir Ezzor se está llevando todas las cestas de comida. Son muy hábiles a la hora de convencer a los trabajadores sociales de que los ayuden”. Por su parte, las gentes locales necesitadas se sienten a menudo ignoradas. Una nativa de un suburbio de Damasco comentó: “Por lo general, las organizaciones de beneficencia quieren ayudar a quienes huyeron de otros lugares. Por eso, cuando voy a una de ellas les digo que estoy desplazada”.

Esas divisiones, aunque menos venenosas que el cisma entre quienes se alinearon en lados opuestos de la guerra, captan sin embargo la medida en que la violencia ha dividido a Siria entre sus partes constituyentes. Y la lista continúa: la división entre suníes conservadores y la gente más laica se ha calcificado, manifestándose incluso en el tratamiento diferencial en los puestos de control. “Me resulta más fácil moverme en coche porque no llevo el hiyab”, comentó una mujer de los suburbios de Damasco. “Si te ocultas, la seguridad asume que estás con la oposición”. Las divisiones entre los sirios dentro y fuera del país, entre las comunidades urbanas y rurales y entre la capital y la periferia se han profundizado también, con los primeros grupos culpando a menudo a los segundos del levantamiento y la consiguiente destrucción.

Esta fragmentación parece dar lugar a una creciente gama de esfuerzos de “diálogo”, financiados por Occidente, entre un grupo comunal y otro, entre las comunidades de acogida y los desplazados, entre las instituciones estatales y los actores de la oposición. Si bien el diálogo es extremadamente necesario, algunos sirios advierten que no se debe enfatizar el diálogo per se, incluso a costa de ocultar los temas más importantes en juego. Un empresario de Damasco describía su propia experiencia malograda en conversaciones que se proponían vincular elementos dispares del sector privado de Siria: “Existe toda una industria en torno a la 'mediación', incluso entre partes que en realidad no están en desacuerdo sobre nada. Mientras tanto, todos los problemas que motivaron el levantamiento han ido a peor”.

El riesgo de empañar los peores males de Siria es aún más agudo en un momento en el que Damasco puede imponer cada vez más su versión de los acontecimientos en todo el país, empoderando a los partidarios del régimen más agresivos y silenciando tanto a los que se oponen como a quienes, ambivalentes, se quedan de alguna manera en medio de los dos.

Manteniendo la unidad

Dada la magnitud de la desintegración de Siria, resulta aún más llamativo observar el ingenio con el que los sirios comunes siguen tratando de salir adelante, confiando en una mezcla de determinación, paciencia y formas de solidaridad que salvan vidas.

Para muchos, esto equivale simplemente a esperar y soportar todo el tiempo que sea necesario hasta que puedan retomar de verdad sus vidas.

Un maestro empleado por el gobierno en Deir Ezzor describía la típica experiencia de volver a la ciudad tras varios años de desplazamiento en la provincia de Hasakah:

“Me puse muy contento al encontrar mi apartamento intacto; había sido totalmente saqueado, pero al menos había paredes y techo. Necesito alrededor de dos millones de libras [4.000 dólares] para arreglarlo. Tengo algunos ahorros y mi hijo es médico en Arabia Saudí, por lo que me enviará los fondos que necesito para esos arreglos y pagará para que mis otros hijos puedan librarse del reclutamiento en una milicia kurda.

La vida en Deir Ezzor no es buena. No hay servicios básicos de ningún tipo. Pero al menos tengo mi apartamento, confío en que en pocos meses el gobierno traiga agua y electricidad y que el próximo año se abran algunas escuelas. Estoy cansado de ser un desplazado. Quiero descansar en mi propia comunidad. Aquí puedo ir al café y reunirme con mis amigos, fumar argileh, tomar té y jugar a las cartas todos los días.”

A menudo, las circunstancias en constante cambio exigen un alto grado de adaptabilidad simplemente para poder sobrevivir. Otro nativo menos optimista de Deir Ezzor explicaba los esfuerzos que ha tenido que hacer para mantener su trabajo en una clínica de salud estatal y que, al mismo tiempo, le permite a su familia continuar viviendo en la relativa seguridad del desplazamiento en Damasco:

“Hace tres meses, me pidieron que regresara a Deir Ezzor para reanudar mi trabajo porque si no lo perdería. Pero tengo tres hijas adolescentes y dos hijos y me da miedo llevarlos conmigo debido a la presencia de milicias y bandas criminales. La ciudad se ha convertido en un lugar para shabijas, no para civiles. Así pues, me quedo con mi hermano en Deir Ezzor una semana cada mes y paso tres semanas en Damasco con mi familia. Tenía una casa de dos pisos y una gran farmacia en Deir Ezzor; todo está arrasado.

El gobierno me paga un salario de unas 45.000 libras [85 dólares] al mes, que sólo cubre mi alquiler en Damasco. Gano otras 60.000 libras [120 dólares] mensuales trabajando largas horas en una farmacia privada. El mero hecho de ir y venir desde Deir Ezzor a Damasco me cuesta más que el salario de mi gobierno, entre 45 y 50.000 libras [90-100 dólares] por viaje.”

Aunque los sirios se ven obligados a ser más autosuficientes, también han llegado a depender cada vez más de estructuras vitales de apoyo social. De hecho, las circunstancias extremas han creado una paradoja: aunque la sociedad se haya dividido de innumerables maneras, podría decirse que el nivel de privaciones ha hecho que los sirios sean más interdependientes que nunca.

Quizás el mecanismo de apoyo más fundamental y omnipresente sean las remesas de los familiares que viven en el exterior. Una mujer desplazada de Homs, ahora en Damasco, explicaba cómo la ayuda de su familia le permite sobrevivir:

“Trabajaba como empleada doméstica de una anciana y recibí un pago por adelantado para que mi esposo pudiera abrir una pequeña tienda, pero sufrió un derrame cerebral, entonces dejé mi trabajo y me hice cargo de la tienda. Entre el alquiler, los recibos, la comida, el tratamiento para mi esposo y la escuela para mi hija, gasto más de lo que gano. Tengo tres hermanas, dos en el Golfo y una en Homs, que están en mejor situación que yo, por lo que me mandan una asignación mensual.”

Otras formas de apoyo están más organizadas, pero no son menos auténticas, ya que no provienen de ningún interés financiero o político, sino del simple impulso de ayudarse mutuamente. Tales esfuerzos de base se producen a menudo ante necesidades inmediatas y urgentes, y dependen de la buena voluntad de los vecinos que pueden permitírselo. Un oficial retirado del ejército que vivía en los suburbios de Damasco describió cómo él y un grupo de amigos decidieron tomar medidas al margen de cualquier iniciativa de ayuda formal:

“En 2013, llegó a nuestra ciudad un gran número de personas desplazadas en busca de refugio y comida. Algunos vecinos les dieron comida y mantas, o les encontraron apartamentos vacíos, tiendas y escuelas para que durmieran. Mis seis amigos y yo debatimos cómo podíamos recoger donaciones. Fuimos por la ciudad pidiendo a los vecinos que donaran cualquier comida extra, mantas o dinero en efectivo que tuvieran. Algunos se ofrecieron para hacer comida caliente. Los médicos se ofrecieron a examinar a los desplazados, mientras que los farmacéuticos proporcionaron medicamentos gratuitos.

Visitamos también la zona industrial y les pedimos a los propietarios de las fábricas que facilitaran materiales para equipar un refugio. Algunas fábricas de prendas de vestir acordaron donar ropa dos veces al año, mientras que las fábricas de alimentos proporcionaban alimentos básicos mensualmente. También conseguimos dinero en efectivo de los expatriados sirios.”

Estos métodos informales de apoyo tienen profundas raíces en la sociedad siria. Las clases medias y altas del país han extendido desde hace mucho tiempo las formas vitales de solidaridad a sus compatriotas más necesitados, con las redes comerciales y religiosas de Siria desempeñando un papel de liderazgo. Lo que es único, hoy en día, es la magnitud de las dificultades por todo el país, que es tan grande que ha cambiado la forma en que los sirios conceptualizan el acto de recibir caridad. Un empresario del centro de Siria señalaba hasta qué punto la dependencia, que alguna vez exigió cierto grado de discreción, se ha convertido en un hecho directo de la vida. “La gente solía ocultar cuando dependían de la caridad. Ya no. Hoy puede escucharse a los trabajadores en una fábrica preguntándose: ‘¿Dónde está el gerente?’ Y alguien contestará que ha ido a buscar su cesta de alimentos. Todo el país vive de limosnas”.

A medida que las necesidades se han disparado, los sirios comunes han dado la talla colectivamente para hacer frente a desafíos aparentemente insuperables, una hazaña que, para este empresario, implica un lado positivo:

“La gente sigue haciendo caridad a la manera islámica, a partir de la premisa de que debes ayudar a las personas más cercanas a ti. Si hay alguien a quien debes ayudar, por ejemplo, un vecino, pero no puedes, entonces es tu responsabilidad encontrar a alguien más que sí pueda. Estos círculos permanecen muy intactos y la sociedad entera vive de esto. Siete años de guerra no han destruido ese aspecto de la cultura siria, y eso es algo de lo que los sirios están orgullosos.”

* * *

La guerra de Siria evoluciona hacia una conclusión sin tener la sensación de haber llegado a su final. A medida que disminuya la violencia a gran escala, las preguntas esenciales seguirán sin respuesta: ¿Cuántas personas murieron asesinadas? ¿Por quién y por qué motivo? Innumerables tragedias permanecerán oscurecidas por narrativas rivales, por las pruebas destruidas y por la magnitud de la devastación del país.

Otras preguntas, agotadas desde hace mucho tiempo, provocan sin embargo un ciclo interminable e inútil de comentarios. El régimen ha ganado, en los términos maximalistas establecidos desde el principio y sin ningún deseo de compromiso de tratar de avanzar. Tras su victoria, los aliados de Damasco no van a reconstruir el país. Tampoco lo van a hacer los Estados occidentales, que continuarán ofreciendo apoyo humanitario aunque resistiéndose a la idea de financiar una reconstrucción dirigida completamente por Asad. No habrá recuperación a nivel nacional, ninguna reforma seria, ni reconciliación significativa en un futuro predecible.

Pero eso no significa que no haya preguntas que valga la pena hacer. Por el contrario, los temas más apremiantes son los que a menudo se pasan por alto porque el mundo se centra en geopolíticas y procesos de paz vacíos. Esos temas reflejan cómo la sociedad siria ha luchado, se ha transformado y, finalmente, ha sobrevivido: en qué se ha convertido Siria, cómo se organizan los sirios y qué necesitan para crear un futuro para ellos mismos. Las respuestas no van a encontrarse en Ginebra, Astana o en los corredores del poder en Damasco. Será el pueblo, sobre el terreno, el que susurre las respuestas.

***

[¡Gracias! Tu compromiso activo, simplemente invirtiendo tu tiempo en nuestro trabajo y compartiéndolo a tu alrededor, es una gran recompensa para nosotros. Esta publicación viaja tan lejos como tú la lleves. Por eso estamos inmensamente agradecidos. Este ensayo fue colectivamente elaborado por el equipo de Siria de Synaps.]

Synaps es una agencia de información dedicada a obtener la información correcta de y para las personas adecuadas. Nos centramos en los crecientes desafíos socioeconómicos de hoy en día, utilizando los conocimientos y vivencias de quienes los experimentan de primera mano para poder orientar a los socios decididos a actuar.

Fuente: http://www.synaps.network/picking-up-the-pieces

sábado, 6 de octubre de 2018

--- Siria, tres años después de Rusia



El 29 de septiembre de 2015, el régimen de Bashar el Asad agonizaba, con las fuerzas del Estado Islámico y otras controlando dos tercios de Siria y el Ejército Árabe Sirio desmoronándose, incapaz de resistir la ofensiva de los extremistas apoyados, armados y financiados por EEUU, Arabia Saudita, Qatar, Turquía e Israel. Al día siguiente, para perplejidad del mundo (sobre todo de Occidente), Rusia irrumpía en la guerra, dándole un vuelco tal a la situación que dejó paralizados a los promotores del conflicto. Bajo la égida de Moscú, Irán, Iraq y Hezbolá ayudaron a una reorganización profunda de las fuerzas armadas sirias y enviaron a miles de combatientes para apuntalar a un ejército moribundo. Tres años después, el Estado Islámico es un despojo, la práctica totalidad de grupos y organizaciones extremistas han sido aniquiladas y, tras la defección de Turquía y su incorporación al ‘club de Moscú’, los islamistas y similares están reducidos a la provincia de Idlib, convertida en zona de refugio y retirada de los grupos derrotados. El éxito ha sido tal que, hoy, sólo resta un acuerdo político para finiquitar el conflicto.

Nada que ver con las operaciones de la OTAN en Afganistán e Iraq, encabezadas por EEUU, que, además de fracasar estrepitosamente y terminar con la retirada casi total de tropas, no han terminado todavía. La invasión de Afganistán, en 2001, pudo derrocar al gobierno de los talibanes, pero no derrotarlos. En 2014, convencidos de que estaban metidos en una guerra interminable, la OTAN y EEUU retiraron el grueso de sus tropas, no todas, y dejaron el peso de la guerra al ejército afgano. Decisión que imitaba la de Washington, en 1969, que llevó a la retirada de tropas y a un rearme masivo del ejército sudvietnamita, para ‘vietnamizar’ la guerra, que sabemos cómo terminó. En Afganistán, EEUU no quiso repetir error y dejó tropas de combate para sostener al ejército afgano. El resultado ha sido una guerra interminable, fuera de foco, pero viva y con los talibanes controlando la mitad del país. Cada año, desde 2014, EEUU pierde dos docenas de soldados y varios centenares más regresan heridos, a cobrar sus pensiones.

En Iraq no les fue mejor. La retirada en 2011, después de casi nueve años de guerra, fue una victoria para los chiitas y para Irán, que se convertía en protagonista indiscutible e indiscutido de la política iraquí, lo que será seguido, años después, por una creciente y deseada presencia rusa, materializada en la adquisición de armas rusas, la última un lote de 74 tanques T90S para sustituir los Abrams estadounidenses. Está en el tapete la compra de sistemas antiaéreos S-400, a lo que EEUU se opone histéricamente, amenazando a Iraq con sanciones si decide adquirir esos sistemas. En Iraq muere una media de doce soldados estadounidenses al año desde 2015 (14 en lo que va de 2018), en otro conflicto interminable que drena las arcas del presupuesto estadounidense.

Con todo, la acción más infame y criminal de la OTAN fue la atroz destrucción de Libia, que pasó de ser el país árabe más laico e igualitario a lo que es hoy, un no-país, desgarrado en guerras tribales y con todos los fundamentos del Estado barridos sin piedad. Razón tienen los países atlantistas de huir de la Corte Penal Internacional.

Nada similar ocurrió en Siria. La acción rusa en este país –solicitada por el gobierno sirio, es preciso apuntar, pues tal solicitud hizo legal la intervención- sorprende, en primer lugar, por su altísimo nivel de efectividad. Rusia necesitó tres años, tres, para liquidar la mayor operación encubierta del siglo XXI, contra un ejército irregular que podía superar los 50.000 efectivos y que estaba alimentado desde Turquía. Lo hizo, además, con recursos mínimos aéreos y navales (un promedio de 25 aviones de combate) y sin implicar tropas rusas en la guerra, salvo operaciones especiales. Aunque el número de bajas de soldados rusos se desconoce, la suma de acciones reportadas hace suponer que esas bajas rondarían el centenar de efectivos, cifra insignificante en términos militares para una operación que abarcó un país entero durante tres años. Téngase en cuenta que, en Afganistán, en los tres primeros años de guerra, la OTAN perdió 140 efectivos, que se elevaron a 1.798 en el periodo 2009-2011. Los tres primeros años de guerra en Iraq se cobraron 2.382 bajas mortales de la coalición.

Rusia no jugó sólo a la guerra. En una combinación que dio loables resultados, combinó el palo y el puente de plata al enemigo que huye, facilitando que miles de combatientes que no querían rendirse ni combatir fueran evacuados de sus posiciones y trasladados, con sus familias, a zonas seguras en Idlib. Esta estrategia aceleró el fin de la guerra en buena parte de Siria, ahorrando miles de vidas y evitando la destrucción de los barrios, pueblos y ciudades que ocupaban. El acuerdo ruso-turco, firmado en Sochi, el pasado 7 de septiembre, facilitará la solución a la presencia islamista en Idlib, pues las fuerzas opositoras deben retirarse a una zona desmilitarizada controlada por Rusia y Turquía, evitándose así la catástrofe humanitaria que hubiera provocado una ofensiva militar sirio-rusa. Los grupos que no se retiren pasarán a ser considerados objetivos a batir.

No quedó ahí la estrategia rusa. Consciente de que el conflicto sirio era, de muchas formas, un conflicto internacional, creó, en diciembre de 2016, el formato de Astaná, al que convocó a Turquía, Irán, el gobierno sirio y la oposición. El formato desatascó el nudo de intereses entre esos países –sobre todo Turquía- y ha resultado mucho más efectivo que el de la NNUU, apoyado por EEUU. Resuelto el tema de Idlib, quedará sólo el tema kurdo y la presencia ilegal de EEUU en Siria para poner fin a la guerra.

El cuarto frente era el geopolítico. Siria es un país estratégico donde los haya, pues constituye la salida natural al mar Mediterráneo de la vasta zona que se extiende de Iraq a China, pasando por Irán, el país-puente entre el mundo árabe y Asia Central. Es el punto desde el que Rusia proyecta su poder en el Mediterráneo y la vía más corta para exportar hidrocarburos de Irán e Iraq a Europa (y también de Arabia Saudita y Qatar). Esas eran las causas de fondo de la guerra promovida externamente desde 2011. La derrota del régimen bassista y la caída de Bashar el Asad habría puesto a Siria bajo dominio atlantista, con el resultado de la expulsión de Rusia del Mediterráneo y la imposición de un cerrojo a Irán, lo que habría significado el ahogamiento de Hezbolá y del chiismo. Rusia lo entendió así y fue a fondo en la guerra, sumando sus intereses a los de Irán y Hezbolá y logrando la incorporación una Turquía nerviosa por el apoyo de EEUU a los kurdos sirios e iraquíes. La suma de fuerzas determinó el éxito de Rusia y el fracaso de EEUU. Este país podrá retrasar su salida de Siria, pero no quedarse, no, al menos, sin riesgo de provocar un choque con Rusia e Irán, que son palabras mayores.

Hay, también, en la acción de Rusia, el anuncio de un nuevo modelo de relaciones internacionales. Frente al modelo clásico imperialista, de invasión ilegal, masiva, con derroche de recursos y exhibición de superioridad tecnológica, Rusia presenta un modelo de acción limitada y coordinada con el soberano territorial –en este caso, Siria-, manteniéndola dentro del orden jurídico mundial. Un modelo que no busca arrasar a todos los adversarios, sino dejar puertas abiertas a las fuerzas menos extremistas, para hacer posible el diálogo y la paz. Aplicar este modelo flexible en Afganistán facilitaría su pacificación, obstaculizada hoy por el empeño estadounidense de controlar el país, para usarlo como avanzadilla en Asia Central contra Rusia y China. Los talibanes, con sobradas razones, exigen la retirada de EEUU, para firmar la paz.

Si EEUU no frustra la dinámica en marcha en Siria, como único país con capacidad –limitada- de boicotearla, 2019 será, con mucha seguridad, el año de la paz en Siria, paz negociada, hablada y acordada con las fuerzas internas y externas. Rusia mantendrá sus bases en Siria, Irán se quedará para rabia de Israel y EEUU tendrá que arriar banderas. Con todo, el auténtico, el principal ganador es el pueblo sirio, que está recobrando su país y, gracias a ello, viendo el retorno paulatino, pero creciente, de refugiados. ¿Cuándo verá algo así Libia? ¿Cuándo, Afganistán?

Augusto Zamora R., autor de Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos (2016, 3ª edición, 2018), y de Réquiem polifónico por Occidente, en librerías a mediados de octubre de 2018

Fuente:
https://blogs.publico.es/dominiopublico/26661/siria-tres-anos-despues-de-rusia/

lunes, 17 de septiembre de 2018

Entrevista a Alberto García Watson, reportero freelance y analista internacional asentado en Líbano "Dejar caer Idlib en manos del Estado sirio representaría abandonar el proyecto de anexión turco en la región"

17-09-2018

Lorenzo Palacios
Rebelión

Hoy lunes se produce una importante reunión entre el presidente ruso, Vladimir Putin y su contraparte turco, Recep T. Erdogan. De esta renuión se espera que haya claridad respecto al destino de Idlib, último reducto yihadista que queda en Siria y el cual definirá esta guerra sangrienta en la cual se ha enfrentado una gran cantidad de potencias e intereses extranjeros. Para entender mejor el contexto de etsa reunión y qué se pueda esperar de ella, hemos sostenido una conversación con Alberto García Watson, asentado en El Líbano, reportero y analista internacional freelance en Oriente Medio, que ha colaborado entre otros medios con HispanTV, Presstv, Al Etejahtv, Al Sahartv, Telesur y laRepublica.es.

1. La solución política al conflicto en Siria hoy parece estar estancada, con EEUU, Europa y Turquía defendiendo el status quo en Idlib, con Assad sin mucho margen de maniobra con la oposición, con los kurdos ocupando una tercera parte del país bajo el patrocinio de EEUU, y con Rusia tratando de equilibrar sus relaciones con Assad y con Erdogan. ¿Cómo ves el actual equilibrio y cuáles son las fuerzas claves en las actuales circunstancias?

Lo verdaderamente perceptible es que la República Árabe Siria está ganando la guerra a los ejércitos irregulares yihadistas que Occidente, Israel, las monarquías wahabitas del Golfo y la entidad sionista han utilizado a modo de “mercenariado libertario” para derrocar al gobierno de Al-Assad e implementar el mantra del “cambio de régimen”.

Tan sólo un 5% del territorio sirio permanece bajo control de insurgentes takfires, así como un porcentaje cercano al 25% de este territorio bajo el control de milicias kurdas en el marco del grupo autodenominado SDF (Fuerzas Democráticas Sirias), una milicia creada y financiada por EE.UU para controlar el norte de Siria donde se concentran las mayores reservas petrolíferas y gasísticas de este estado árabe. El fracaso en el desmembramiento de Siria por parte del imperialismo norteamericano ha llevado a estos últimos a recurrir a un Plan B, propiciar desde el hipotético desmembramiento de un estado kurdo que sirva como referente para una paulatina balcanización en base a conceptos étnico/religiosos, una vez agotadas las fórmulas terroristas aplicadas sobre Siria desde el comienzo del conflicto.

2. Después de que todo parecía indicar que habría una ofensiva en Idlib, Turquía ha movido sus fichas y Rusia ha echado pie atrás. Después de que Lavrov insistiera en acabar con los "terroristas", de defender el derecho del gobierno sirio a recuperar todo el territorio y a la unidad de Siria, hoy Lavrov parece abandonar a Assad y correr a los brazos de Erdogan, diciendo que no habrá ofensiva militar en Idlib y al parecer aceptando la partición y la balcanización siria. ¿A qué juega Putin? ¿Cree usted que los rusos están en un jaque mate o que la actual intervención rusa ha demostrado al mundo y dejado al desnudo los límites precisos del poder de este país?

La ofensiva sobre Idlib, el último reducto terrorista en Siria, representa en estos momentos una más que compleja propuesta militar. Aproximadamente 3 millones de civiles sirios habitan esta provincia que en los últimos años se ha fortificado militarmente a la espera de esta ofensiva gubernamental.

Erdogan se ha alineado a las potencias occidentales, en su oposición a una ofensiva que libere esta ciudad norteña del control que las diferentes franquicias de Al Qaeda que conforman el abanico de lo que Occidente denomina “oposición moderada” ejercen sobre Idlib.

¿Preocupación por parte de Turquía en que se convierta en un baño de sangre? Turquía tiene un record bastante negativo en este aspecto, su apoyo incondicional a grupos yihadistas, cuya trayectoria insurgente está acompañada de terribles y brutales gráficas que muestran a Abu Sakkar, comandante del FSA (Ejército Libre Sirio) comiéndose el corazón de un soldado sirio en 2013 o la más reciente de un miembro de los “Cascos Blancos” e insurgente perteneciente a Nour al-Din al-Zenki, decapitando a un niño palestino de 11 años en Alepo. Grupo que recibía de los EE.UU hasta fechas recientes, importantes cargamentos de misiles anti-tanque.

Fuentes turcas no han ocultado el interés de Turquía en anexionarse Idlib por su localización estratégica y su vinculación histórica con el Imperio Otomano, así como mantener un margen de maniobra al norte de Siria que mantenga a raya a las fuerzas de EEUU. Dejar caer Idlib en manos del estado sirio representaría abandonar este proyecto de anexión, por eso su interés en ralentizar dicha ofensiva que en ojos de Ankara provocaría una masiva llegada de refugiados sirios a Turquía.

En otro aspecto, la buena sintonía que Erdogan mantiene con el líder ruso, Vladimir Putin, le permite mantener su opción militar en el norte de Siria donde combate a las milicias kurdas, el mayor peligro para Turquía y no ISIS o Al Qaeda, a quien Turquía “supuestamente” combate.

Putin en este momento mantiene una visión global del conflicto e intenta asimilarse la simpatía del mayor número de naciones con intereses en Oriente Medio, por lo que no arriesgará desencuentros a pesar de la postura de Turquía en su apoyo a terroristas takfiríes. Fuentes occidentales, señalan que las fuerzas rusas son el mayor garante del éxito de una ofensiva en Idlib, aunque lo cierto es que el peso de la ofensiva corre a cargo del ejército sirio, con el apoyo de las fuerzas rusas, el movimiento de resistencia libanés Hezbullah y diferentes milicias Chiítas venidas de Irak y Afganistán a las que unirse al menos 3.500 soldados de las fuerzas de élite del ejército chino que estarían ultimando su participación en la toma de Idlib.

3. Indudablemente el apoyo ruso a Siria ha tenido que ver con que es la puerta que tiene de acceso a una base en el Mediterráneo. Difícilmente otro país en la región, u otro líder en Siria que no sea Assad, podría garantizar ese acceso. ¿Por qué entonces Rusia se ha mostrado tan reacio a mejorar las defensas anti-aéreas de Assad que lo podrían proteger de ataques israelíes y norteamericano-europeos?

Es cierto que tras el bombardeo norteamericano contra el aeropuerto militar sirio en Shairat, tras el supuesto ataque químico en Jan Sheijún, (provincia de Homs), el pasado año así como otro ataque con misiles este mismo año por parte del régimen israelí, se ha abierto el debate sobre la capacidad de respuesta con que la defensa antiaérea siria cuenta. Siria cuenta con el sistema S-125 Pechora-M2, un modelo actualizado de defensa antiaérea considerado por algunos expertos como obsoleto pero protagonista del derribo en el cielo sirio de un dron norteamericano en 2012, así como de un caza F-4E turco que sobrevolaba en vuelo rasante la capital siria, Damasco en 2015, utilizando el sistema cañón-misil de fabricación rusa Pantsir S1, ambos sistemas de fabricación rusa con los que el ejército sirio cuenta desde 2012, 3 años de la entrada de Rusia en el conflicto en siria en septiembre de 2015.

La noche del pasado sábado, nuevamente fueron interceptados y derribados, misiles israelíes que tenían como objetivo el Aeropuerto Internacional de Damasco, muy cercano al recinto que alberga estos días la Feria Internacional de Damasco y que contaba con la presencia de medio millón de personas.

Ciertamente la defensa aérea siria no es el referente en poderío de las SAA (Ejército Árabe Sirio) y la prudencia de las fuerzas rusas en abastecer más material antiaéreo es interpretado por expertos como una medida que pueda prevenir una escalada de gran envergadura cuando los cazas de EE.UU. e Israel violan el espacio aéreo sirio, situación de frecuente asiduidad.

4. ¿Cuál es la razón por la cual EEUU y la UE se muestran tan reacios a una operación en Idlib que acabe con Al Qaeda? ¿Que es lo que buscan en esa región?

La liberación de Idlib es inminente y ello acarrearía la conclusión del grueso del conflicto en Siria. EEUU precisa como en todas las intervenciones militares “humanitarias” de larga duración, implantar su presencia militar, que ya cuenta con 14 bases militares en el norte de Siria, la explotación y el latrocinio de los recursos naturales y el asentamiento de un estado virtual kurdo con el beneplácito de Israel, que ya tiene firmados importantes contratos petroleros con el Kurdistán iraquí que curiosamente se encuentra asentado sobre los más ricos yacimientos petrolíferos en Irak.

5. ¿Cómo entender las claves de la política turca hacia Siria?

El propósito de la intervención turca en Siria puede resumirse en una breve frase, “Cambio de Régimen”. Desde el comienzo del conflicto en Siria protagonizado en un principio por la rama más radical de los “Hermanos Musulmanes”, una doctrina salafista y radical, auspiciada por el Reino Unido para combatir a los líderes árabes, panarabistas, nacionalistas, seculares y de Izquierda, desde Gamal Abdel Nasser en Egipto a nuestros días. Erdogan pertenece a la línea doctrinal de los “Hermanos Musulmanes” en Turquía, así como el Movimiento de Resistencia Islámica, Hamas, en Palestina o la monarquía wahabita de Qatar, que financia a dichos grupos y que sostiene su cuota de protagonismo en la guerra en Siria al intentar imponer el establecimiento de un gaseoducto que trasladara gas qatarí, desde su territorio cruzando por Siria y Turquía para abastecer con el gas “low cost” de Qatar a la Unión Europea. La negativa siria a aceptar tal imposición unido al daño que esta situación representaría para los intereses gasísticos rusos en Europa, determinaron el posicionamiento sirio en este aspecto.

Qatar, el más generoso patrocinador del terrorismo yihadista junto con Arabia Saudí, castigó a Siria con la implementación de su concepto de “Primavera Árabe” comenzando en la primavera de 2011 con uno de los más atroces y brutales conflictos armados jamás registrados.

6. ¿Qué rol juegan los kurdos en todo esto? En su territorio aumentan las bases militares norteamaricanas, su relación parece cada vez más tensa con árabes y con cristianos, mientras refuerzan acciones guerrilleras en Afrin y buscan el diálogo con Assad. ¿Cree que estos acercamientos puedan llevar al conflicto a una nueva fase que acerque a estos dos actores?

Los sirios kurdos han visto la gran oportunidad de ver cumplido su sueño que pasa por el establecimiento de un estado kurdo en territorio sirio con la inestimable ayuda de los EEUU, más interesados en la explotación de los recursos naturales sirios que en los sueños de emancipación de grupo étnico alguno.

En este marco, milicias kurdas han elaborado un plan de limpieza étnica en territorio sirio, véase por ejemplo Hasaka, cuyas víctimas han sido la población árabe y muy especialmente a la comunidad cristiana, que los pasados días han visto como milicianos kurdos cerraban colegios cristianos en áreas bajo control kurdo/EEUU.

El posicionamiento de los kurdos en el norte de Siria, en detrimento de la población local árabe viene de la mano de mantener presencia militar norteamericana que proteja y aliente el control kurdo sobre territorio sirio, afianzando de esta manera mantener a raya a Turquía que rechaza la presencia de una entidad kurda en su misma frontera.

En el aspecto del acercamiento de los sirios/kurdos al gobierno de Al-Assad, es patente el interés del gobierno sirio en acabar con la ilegal ocupación militar turca en territorio soberano sirio y allí es donde kurdos y Al Assad, comparten enemigo común, el presidente Erdogan, un ultraconservador e islamista vs un tándem sirio y de izquierdas opuesto al establecimiento de un califato yihadista al servicio del islamismo globalizado.

7. ¿Cómo EEUU manejará la contradicción entre su apoyo a los kurdos y su relación con Turquía como miembro de la OTAN?

EEUU está ahogando económicamente a Turquía con brutales restricciones arancelarias, esto unido al rechazo de la Unión Europea de integrarle al club de los 28 (la UE) está provocando una importante crisis económica que precisa de decisiones urgentes. Mantener a su ejército en estado de alerta permanente es una situación que en el tiempo provocará que Turquía se termine plegando a los mandatos del Imperio.

8. ¿Cuáles son las alternativas que cree usted que tiene Assad para poder terminar este conflicto de manera lo más rápida e indolora posible? ¿Cree que la demanda de que dimita se mantendrá y que mientras no salga del poder no habrá solución en Siria?

Siete años de guerra y confrontación sectaria han determinado el rechazo de la población siria a la injerencia de las potencias occidentales afines a la confrontación sectaria protagonizadas por el extremismo takfire. Ha servido también para que los sirios rechacen las tesis “democratizadoras” foráneas proclives al desmembramiento y balcanización de una civilización con más de 10.000 años de historia.

Es por ello que es más que improbable que Assad dimita para propiciar una transición democrática en Siria, sobre todo porque el pueblo sirio habló en las últimas elecciones presidenciales de junio de 2014 donde el actual presidente acaparó la simpatía de más del 80% del electorado sirio en unas elecciones que contaron con verificadores internacionales que certificaron la limpieza del plebiscito.

9. ¿Qué podemos esperar de la reunión del lunes entre Putin y Erdogan? ¿por qué se excluyó a Rohani?

No es un secreto la animadversión que mutuamente se profesan Rohani y Erdogan. Esta antipatía podía haber sido la causa de no haber llegado en la cumbre de Teherán a acuerdos de mayor calado en relación a la ofensiva en Idlib.

Rohaní es favorable a una ofensiva inminente que libere Idlib de los miles de terroristas que mantienen secuestradas a más de 3 millones de civiles en esta provincia. Irán ha demostrado su compromiso al combate al terrorismo yihadista en los últimos años de guerra en Siria. En cambio Erdogan se opone a dicha ofensiva alegando el que se produciría un baño de sangre que provocaría un éxodo masivo a territorio turco, cuando es notorio su apoyo explícito a los grupos islamistas más radicales del conflicto.

Mantener las reuniones sin la presencia de uno de los líderes, podría propiciar alcanzar acuerdos que determinen el posicionamiento ruso en el final inminente del conflicto, que hasta la fecha ha sido de lealtad sin fisuras al pueblo sirio.

viernes, 10 de agosto de 2018

"Enajenación inhumana y sadismo": el periodista español que vivió secuestrado ocho meses por Estado Islámico en Siria

"Esto no es Irak ni Libia, esto es otra cosa. Por ahora, bienvenidos a Turquía, pero tómense su tiempo, dos o tres días, para decidir si quieren entrar en Siria. Los pueden matar".

Esa fue la presentación que, a finales a 2011, me dio Nadir, un antiguo profesor de baloncesto sirio reconvertido a traficante, antes de ayudarme a ingresar de manera ilegal en Siria junto a mi colega y compañero Javier Espinosa.

Qué pasa con los combatientes de Estado Islámico cuando los capturan?

Meses después, los grupos extremistas secuestrarían la revolución ciudadana, muchos de ellos respaldados por otros países que tenían su agenda propia en Siria, lo que ha provocado el mayor conflicto desde la II Guerra Mundial, con más de 500.000 muertos y 6 millones de refugiados.

Y esta es la historia de cómo, mientras intentaba cubrir este feroz conflicto, en menos de un año fui secuestrado por Estado Islámico, dos veces.

Y sobre todo, por qué decidí volver a entrevistar a las personas que supuestamente lo hicieron.
Continuar la lectura aquí en la web de la BBC

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-45083858

sábado, 7 de julio de 2018

De Siria a Volkswagen. Cuando la información procede de una sola fuente hay que destacarlo. No todos los aspectos de un tema caben en un artículo.

Este periódico lleva tiempo denunciando el problema de las noticias falsas que pueblan la red. Y ese compromiso con el rigor y la verdad invocan algunos lectores que me han escrito para lamentar lo que juzgan deficiencias informativas en algún artículo del diario. Trato aquí dos de estas quejas.

Una de ellas la plantea Javier Muñoz Álvarez en relación con un titular de portada de la edición del 11 de mayo, en el que se decía: Israel ataca objetivos iraníes en Siria tras la ruptura del pacto nuclear. El pie de la fotografía que ilustraba la página especificaba: Israel e Irán se enfrentan en Siria. Israel atacó en la madrugada de ayer decenas de objetivos iraníes en suelo sirio en represalia por el lanzamiento de cohetes contra los Altos del Golán.

"En la página 4 nos enteramos", escribe el lector, "de que la información que da por cierta EL PAÍS -a saber, que Irán lanzó cohetes contra los Altos del Golán y que este ataque provocó la reacción de Israel- lo es 'de acuerdo con la información facilitada por un portavoz militar de Israel'. Si EL PAÍS no contaba con ninguna otra fuente de información fiable y neutral, quizá debería haberse referido con mayor propiedad y rigor, tanto en el pie de foto como en el titular y en el cuerpo del artículo de la página 4, a un “supuesto” lanzamiento de cohetes contra el Golán, “previsiblemente” ordenado por fuerzas iraníes (…) En fin, ahora a la desinformación la llamamos fake news y aún no sabemos cómo combatirlas. Los medios de comunicación prestigiosos tampoco, o no siempre, aunque no deje de ser loable su empeño".

Andrea Rizzi, redactor-jefe de Internacional explica: "El texto de la página 4 señala correctamente, desde la entradilla, lo que corresponde a la versión israelí de los hechos. El titular, por su parte, evita adjudicar a Irán el disparo de cohetes contra el Golán. En cambio, sí asume que ese disparo se produjo. Esto se hizo así porque no tenemos elementos suficientes para establecer cuál fue la cadena de mando que llevó a ese ataque contra el Golán, y en Siria hay distintos grupos operativos hostiles a Israel y con distinto grado de vinculación con el Ejecutivo de Teherán. Pero sí consideramos creíbles los disparos contra el Golán porque, nadie los desmintió (ni Irán, ni Siria, ni Rusia). Lo cual es significativo”.

"La crónica incluye una reacción del presidente Rohani y señala que evitó referirse explícitamente al ataque", añade Rizzi. "Un comunicado iraní del día siguiente tampoco lo hace. Frente a una acusación muy explícita como la israelí, el silencio de un adversario normalmente muy expresivo suena, razonablemente, como un aval. Otra cosa es que podríamos haber explicitado mejor nuestro razonamiento”.

El error más claro estaba en la portada, tal y como reconoce el director adjunto Rafa de Miguel. "Es evidente que en tiempos de guerra la primera víctima es la verdad, y que las estrategias de desinformación de uno y otro bando deben darse por supuestas. En aras de la brevedad cometimos un error que el lector ha detectado correctamente. Nada hubiera costado añadir un "…de los que el ejército israelí responsabiliza a Irán", y no queda más que pedir disculpas y comprometernos a doblar el esfuerzo de rigor que diariamente realizamos"

Otro lector, Alfonso Guerrero Acosta, enmarca también en la denuncia de las fake news su queja al reportaje de apertura del suplemento El Motor del 12 de mayo en el que no ve “afán de contar la verdad”. El artículo se titulaba El desafío de los humos, y en la edición digital, que se publica hoy, Llega un futuro con automóviles más limpios (o no), y en él se contaban las dificultades del sector para cumplir con la reducción de emisiones que exige la UE.

El lector considera que el texto está "plagado de ocultaciones y tergiversaciones sospechosas". Y ello, sobre todo, porque no cita el dieselgate ni los problemas de contaminación del diésel: desde las micropartículas hasta el dióxido de nitrógeno, reconocidos como agentes cancerígenos por la OMS. “Igualmente se oculta que está demostrado que los niveles de emisión de CO2 por vehículo son más altos en los diésel que en los gasolina, si se tienen cuenta todos los aspectos (producción del coche, del combustible, etcétera)”, señala.

El señor Guerrero ve una relación entre esos "olvidos" y la presencia de sendos anuncios del grupo Volkswagen en el diario y en el cuadernillo.

Marcos Baeza, autor del texto y responsable del suplemento El Motor, rechaza de plano estas acusaciones. Si no se habla de las micropartículas del diésel, "es porque estos modelos incluyen filtros de partículas desde finales de los años noventa". Pero recalca que sí se menciona “la problemática de los óxidos de nitrógeno”, en el punto de mira de la UE desde el dieselgate. Por otra parte, subraya, "el reportaje no versaba sobre los efectos perjudiciales que estos elementos puedan tener sobre la salud. Si se me permite la comparación, es como si le exigiera al presentador del tiempo que cada vez que vaya a hacer sol, recuerde que provoca cáncer”.

Respecto a las emisiones de CO2 que se producen a lo largo de todo el proceso de fabricación señala: “Es lo que se denomina emisiones en el ciclo completo, es decir, del ‘pozo a la rueda’, desde que se extrae el combustible hasta que se quema en el motor del vehículo. Sin embargo, y como también concreta el artículo, los datos ofrecidos son los homologados bajo la legislación vigente, y todos se refieren a la polución que produce el automóvil al circular, no al ciclo completo. Paradójicamente, un automóvil eléctrico (que no contamina al rodar) es el que presenta mayores emisiones en este ciclo integral”.

Precisa, además que la publicidad de El Motor es independiente de la del diario.

El reportaje se centraba en la situación del sector automovilístico ante las medidas de reducción de emisiones adoptadas. EL PAÍS ha abordado en otros textos el fraude de las emisiones de los diésel, conocido como dieselgate.

https://elpais.com/elpais/2018/05/18/opinion/1526671341_698450.html

jueves, 7 de junio de 2018

_- Ante el silencio mundial, la región kurda de Afrin está siendo devastada por la invasión militar de Turquía y diversos grupos terroristas. La tierra de paz que Erdogan convirtió en una cueva de terroristas

_- Leandro Albani
La tinta

Los valles, ríos y campos de Afrin, que durante siete años resguardaron a su población de la guerra en Siria, hace casi seis meses que se transformaron en una tierra de muerte, secuestros, violaciones y disputas geopolíticas. Los responsables de esta situación: el presidente turco Recep Tayyip Erdogan y su ejército, pero también los grupos terroristas -como Al Qaeda, el Estado Islámico (ISIS) y el Ejército Libre Sirio (ELS)-, que avanzan junto a los uniformados turco en la ocupación de esa región kurda del norte de Siria.

Cuando el 20 de enero pasado Erdogan ordenó los bombardeos masivos sobre Afrin, con la denominada Operación Rama de Olivo, sucedió algo que pocas veces se había visto en Siria: Rusia y Estados Unidos llegaron a un acuerdo en medio de las tensiones diplomáticas, el pragmatismo reinante en Medio Oriente y un territorio devastado por bombardeos y los combates múltiples. Moscú y Washington aprobaron los ataques turcos con justificaciones varias o con profundos silencios ante las muertes de los civiles.

Afrin es una de las regiones kurdas que forma parte de la Federación Democrática del Norte de Siria (FDNS). Es una zona constituida por casi 400 pueblos y aldeas, y con 500 mil habitantes distribuidos en los siete distritos en que se divide un territorio de 2.033 kilómetros cuadrados. Sobre esa tierra de olivares y agricultura, que en los últimos años recibió al menos a 500 mil desplazados internos de Siria, el Estado turco descargó toda su furia. Por un lado, con el objetivo de desbaratar la experiencia política y social encabezada por los kurdos y otros pueblos de la zona, como los árabes, asirios, turcomanos y armenios; por el otro, juega su carta militar para agitar y capitalizar al nacionalismo turco frente a las próximas elecciones del 24 de junio, que el gobierno adelantó 18 meses. Con una economía inestable y frágil en Turquía, la administración de Erdogan también ocupó Afrin para tapar con una mano un sol de problemas internos.

La denuncia más recurrente de las autoridades de la FDNS, como también de las instituciones de autogobierno de Afrin, es que Turquía intenta implementar un radical cambio demográfico en la región. Como en otras ocasiones le sucedió al pueblo kurdo, el objetivo del Estado turco es desplazar a los habitantes y en sus casas instalar pobladores de otros lugares. Con 200 mil personas desplazadas de Afrin hacia la región de Shebha (norte de Alepo), el ejército turco ahora recibe a los terroristas y a sus familiares que escapan de otras zonas de Siria, luego de negociar con el gobierno de Damasco.

El viernes se conoció que el ejército turco trasladó cuarenta familias desde Guta Oriental y las estableció en casas abandonadas por sus propietarios en la aldea de Kaxure, en el distrito de Mabeta. El miércoles las fuerzas turcas instalaron a 15 familias de yihadistas en la aldea de Kurzêlê. Las autoridades de Afrin afirman que desde el inicio de la invasión, Turquía ya envió a la región un total 1.139 familias de integrantes de grupos terroristas.

Testimonios recogidos en Rajo confirmaron que varias casas son utilizadas como “centros de investigación y tortura”, y que hasta ahora cincuenta civiles fueron secuestrados en las localidades de Cheqmaqa, Xilalka, Jenjliya y Elemdar.

A su vez, medios de comunicación kurdos informaron que el ejército turco usurpó tierras en la aldea de Eltaniya, en Rajo, y luego de talar quinientos olivares inició la construcción de una base militar.

Frente a este panorama, el Movimiento por una Sociedad Democrática (TEV-DEM), uno de los principales órganos de autogobierno del norte de Siria, denunció que el Estado turco y sus aliados “torturan y secuestran, saquean y ejercen una violencia inusitada” en Afrin. El TEV-DEM advirtió que Turquía ordenó “que los colegios solo puedan usar la lengua turca en clase y han cambiado los nombres kurdos de las tiendas e instituciones públicas, las cuales ahora usan el turco. Como si todo esto no fuera suficiente, están presionando al pueblo a cambiar sus nombres de pila en kurdo al turco. Lo que estamos viendo en Afrin es un grado de violencia inhumano”.

Además de aplicar estos métodos, la administración turca estableció, bajo la coordinación de sus servicios de inteligencia (MIT), un consejo de gobierno para Afrin en una reunión realizada en Gaziantep, en territorio kurdo de Turquía, integrado por yihadistas, kurdos de derecha y en el cual quedaron excluidas las mujeres.

Desde la invasión militar a finales de enero, el ejército turco y los mercenarios que lo acompañan son responsables del asesinato de más de 300 civiles, incluidas 56 mujeres y 46 menores de edad.

Quien se pronunció sobre la situación crítica que viven los pobladores de Afrin, fue Lina Berekat, coordinadora general de la Asamblea de Mujeres Sirias (AMS). Berekat afirmó que “Turquía está cometiendo crímenes de guerra en Afrin” y denunció que “la guerra en Siria se está recrudeciendo gracias al entrenamiento y apoyo que Turquía está otorgando a los terroristas”.

La dirigente alertó que el ejército turco en Afrin comete prácticas como el secuestro, la violación, el asesinato y el cambio demográfico. Al referirse a la situación de las mujeres, Berekat advirtió que fueron “desprovistas de su derecho a la educación, la sanidad y han sido forzadas a emigrar. Las mujeres han sufrido y todavía sufren acoso, violaciones, asesinatos y son vendidas como esclavas”. Desde la AMS revelaron que durante la ocupación a Afrin, un total de 119 mujeres fueron secuestradas por los soldados y los terroristas.

Cualquier semejanza entre las prácticas de ISIS y el ejército turco no es pura casualidad.

Fuente original:

https://latinta.com.ar/2018/06/la-tierra-de-paz-que-erdogan-convirtio-en-una-cueva-de-terroristas/

miércoles, 18 de abril de 2018

_- Un breve análisis. Los bombardeos de EEUU, Francia y Reino Unido en Siria a la luz del derecho internacional.

_- Las operaciones militares realizadas por Estados Unidos, Francia y Reino Unido en Siria el viernes 13 de abril del 2018, consistiendo en bombardear sitios estratégicamente escogidos en los que presuntamente Siria mantiene un arsenal de armas químicas, fueron realizadas sin autorización previa del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Por ende, y pese a lo afirmado por las autoridades norteamericanas, francesas y británicas (y algunos de sus aliados), constituyen una clara y abierta violación a lo dispuesto en la misma Carta de Naciones Unidas sobre la prohibición del uso de la fuerza. En las líneas que siguen, nos centraremos en analizar esta acción militar desde la perspectiva del derecho internacional público.

Una violación a una norma fundacional del frágil edificio establecido desde 1945
¿Donde encontrar fundamento jurídico alguno para justificar este tipo de acción? ¿Cómo evitar a toda costa la sombra de la guerra en Irak del 2003 y descartar algunos de los argumentos (falaces) usados para justificarla? Es la tarea a la que posiblemente se aboquen desde ya algunos juristas en algunas cancillerías y en algunas otras entidades.

En efecto, ninguna norma internacional permite recurrir al uso unilateral de la fuerza en represalia a actos cometidos en el territorio de otro Estado contra su población, o en respuesta a sospechas de tenencia y de uso de armas de destrucción masiva por parte de un Estado inmerso en un conflicto interno (como el que vive Siria desde varios años). En el caso de la reciente explosión en Duma con sustancias químicas del pasado 7 de abril, ninguna investigación in situ ha permitido conocer la identidad de los responsables de este nuevo drama humano ni el origen de las sustancias químicas usadas. El equipo técnico de Naciones Unidas enviado a Duma en Siria llegó el mismo día que la fecha escogida para proceder a los bombardeos por parte de Estados Unidos, Francia y Reino Unido (véase nota oficial de la OPCW - Organisation for the Prohibition of Chemical Weapons- del 14 de abril del 2018).

Como es sabido, las únicas excepciones a la prohibición del uso de la fuerza militar por parte de uno o de varios Estados contra otro Estado, las constituyen, según la misma Carta de Naciones Unidas:

- el Artículo 51 de la Carta (que prevé la figura de la legítima defensa y un mecanismo de notificación muy preciso para el (los) Estado (s) que justifiquen acciones militares recurriendo a esta figura) o bien;

- las acciones militares colectivas debidamente autorizadas por el Consejo de Seguridad, al amparo del Capítulo VII de la Carta.

Como se puede observar, no hay ninguna otra figura legal prevista para justificar legalmente el uso de la fuerza contra un Estado. Ante ello, la creatividad de algunos, beneficiados por un un sólido relevo en influyentes centros de investigación y medios de prensa, ha intentado sembrar algunas dudas en la opinión pública, como lo veremos a continuación.

Intentos de confusión pasados y recientes
La noción de "legítima defensa preventiva" o de "legítima defensa anticipada" ideada por los asesores legales del Departamento de Estado norteamericano después del 11 de setiembre del 2001 para justificar acciones armadas en diversos puntos del planeta y para darle una apariencia de legalidad a la funesta acción militar emprendida contra Irak en marzo del 2003 no es conforme a la letra del Artículo 51. Esta operación militar contra Irak constituyó una violación flagrante a la Carta de Naciones Unidas, y su principal argumento (posesión de armas de destrucción masiva por parte de Irak) una burda maniobra para engañar a la opinión pública mundial, tal y como lo evidenciaron investigaciones recientes y declaraciones de responsables políticos norteamericanos y británicos de la época. El informe Chilcot publicado en el Reino Unido en el 2016 ilustra y documenta la sórdida complicidad existente entre estos últimos (véase nota del NYtimes). Los 12 volúmenes del informe Chilcot del 2016 titulado "The Report of the Iraq Inquiry", pueden ser consultados en este enlace oficial del Reino Unido.

Por otra parte, la invocación de la legítima defensa para justificar acciones militares en territorio sirio sin contar con el consentimiento de sus autoridades en la lucha contra el terrorismo ha sido objeto de fuertes críticas en la doctrina: a tal punto que, en julio del 2016, un manifiesto colectivo firmado por más de 200 especialistas en derecho internacional de las más diversas latitudes, denunció el carácter abusivo de esta invocación (véase nuestra nota publicada en DIpúblico, titulada "Contra una invocación abusiva de la legítima defensa en la lucha contra el terrorismo" disponible aquí).

Finalmente, el argumento oído en las últimas horas de una operación basada en consideraciones "humanitarias", según externado por la siempre original diplomacia del Reino Unido (véase texto completo del comunicado oficial), constituye una nueva evidencia de la ausencia de argumentos válidos y creíbles desde el punto de visto jurídico. En The Guardian, leemos por parte de un connotado especialista en derecho internacional, el Profesor Philippe Sands que:

"There is no basis in international law for arguing that a UN member state is entitled to act in the face of an ‘unreasonable veto’ at the security council, or to act by way of reprisal,” he said on Monday. “Has the UK ever made this argument before?" (véase nota de The Guardian).

La reciente discusión en el seno del Consejo de Seguridad: ¿presunciones o pruebas fehacientes sobre el uso de armas químicas?
En su sesión realizada el pasado 10 de abril, el Consejo de Seguridad conoció tres proyectos de resolución para investigar el origen del estallido con sustancias químicas acaecido en Duma del 7 de abril pasado en Siria y para intentar dar con la identidad exacta de las personas que las usaron: mientras Estados Unidos, Francia y Reino Unido responsabilizaron directamente a las fuerzas armadas sirias, sin haberse realizado alguna investigación in situ, Rusia y Siria denunciaron la maniobra que consiste en responsabilizar sin prueba alguna a Siria como pretexto para justificar ante la opinión pública una acción militar contra Siria (véase debate contenido en el Acta PV.8228 - versión en español, y cuya lectura se recomienda). Por parte de América Latina, participaron en el debate del Consejo de Seguridad los delegados de Bolivia y de Perú, cuyas posiciones difieren sensiblemente.

Pese a lo divulgado en la mayoría de los medios de prensa sobre esta sesión, no fueron uno sino tres los textos sometidos a votación, elaborados en aras de investigar debidamente episodios recientes acaecidos en Siria en los que se presume que se usaron armas químicas (véase nota titulada "Syria: vote on competing drafts", editada en el sitio jurídico especializado de Whatsinblue, y disponible  aquí ):

- el primer proyecto de resolución, presentado por Estados Unidos, Francia y Reino Unido (S/2018/321), el cual fue vetado por Rusia, y contó con la abstención de China, logrando reunir 12 votos a favor (p.5 del Acta precitada).

- el segundo proyecto (S/2018/175) y el tercer proyecto de resolución (S/2018/322), presentados ambos por Rusia, que no lograron reunir la cantidad de votos necesarios, con 6 votos a favor, incluyendo el de Rusia y el de China (p. 9 y p.15 respectivamente).

Los textos de estas tres propuestas están disponibles en este enlace (en su versión en inglés) y la comparación entre cada uno de ellos arroja interesantes aspectos, poco discutidos y analizados en los medios de prensa. El primero de ello consta de 24 párrafos operativos, el segundo de 26 y el tercero de tan solo 7 párrafos operativos.

El Jueves 12, Suecia procedió a circular una nueva propuesta: se lee en esta nota de prensa oficial de Naciones Unidas que :

"Sweden, a non-permanent Council member, on Thursday circulated a new proposal that asks for four things. It condemns “in the strongest terms” any use of chemical weapons in Syria and expresses alarm at the alleged incident in Douma last weekend; demands full access and cooperation for the OPCW fact-finding mission; expresses the Council’s determination to establish a new impartial and independent attribution mechanism, based on a proposal by the Secretary-General; and requests the Secretary-General to dispatch immediately a high-level disarmament mission to Syria".

Responsabilizar a las autoridades sirias: el objetivo de algunos
Recordemos que hay muchas dudas sobre quiénes pueden tener algún interés particular en endosar (sin mayor prueba, ni investigación) a las actuales autoridades de Siria el uso de armas químicas:

- por ejemplo, en el 2013 unos (pocos) medios de prensa se interesaron por correos filtrados en los que se mencionaba un plan secreto de la administración del Presidente Barack Obama para endosar a las autoridades de Siria el uso de armas químicas: véase al respecto artículo titulado “U.S. ‘backed plan to launch chemical weapon attack on Syria and blame it on Assad’s regime’“, retirado luego del medio que lo publicó inicialmente (MailonLine) y “capturado” por blogueros y algunos sitios como al que lo referimos en este enlace..

- por otra parte, en noviembre del 2016, un informe divulgado hizo ver que ISIS (o Daesh) es una entidad no estatal que posee también armas químicas y que las usa tanto en Siria como en Irak (véase nota del New York Times).

A raíz de un informe de inteligencia proporcionado por Estados Unidos en el caso de un episodio similar en abril del 2017 ocurrido en Siria, un reconocido académico del MIT de Massachusetts como el profesor Theodor Postol, denunció lo que denominó en sus conclusiones como:

"... an obviously false, misleading and amateurish intelligence report" (véase informe completo titulado "A Quick Turnaround Assessment of the White House Intelligence Report Issued on April 11, 2017 About the Nerve Agent Attack in Khan Shaykhun, Syria", p.4). Como era de esperar, este tipo de disonancia en Estados Unidos no tuvo mayor eco en medios de prensa norteamericanos y/o internacionales.

Ante estas y muchas otras dudas existentes, el endoso sistemático del uso de armas químicas, sin ningun tipo de investigación, a las autoridades sirias despierta cada vez mayores dudas, que solamente una investigación realizada in situ con expertos independientes, auspiciada por los entes técnicos de Naciones Unidas, podrá despejar.

La legalidad internacional puesta en jaque
En un artículo publicado horas antes de la orden dada por el Presidente de Estados Unidos de iniciar los bombardeos en Siria, la Profesora Mary Ellen O'Connell (Universidad de Notre Dame) concluía sus reflexiones señalando que:

" In other words, he plans to violate the prohibition on the use of force to send the message of how important it is to comply with the law on chemical weapons. And he is doing so with relish as he tweets, ‘Get ready Russia, because [the missiles] will be coming, nice and new and “smart!”’. French President Macron has actually chosen to encourage Trump and Britain’s Prime Minister May is still considering options. There should, however, be only one option for States committed to the rule of law: Use the means available in international law to seek accountability for law violations. It is a dangerous moment in history to do anything else."

(véase artículo titulado "Unlawful Reprisals to the Rescue against Chemical Attacks?", publicado por EJIL-talk y disponible  aquí).

Una leve sensación de "déjà vu"
A raiz de un espisodio ocurrido en Siria en abril del 2017, habíamos tenido la oportunidad de analizar las distintas posiciones oficiales (véase nuestra breve nota titulada "Armas químicas en Siria: Consejo de Seguridad y Estados Unidos"). En aquella oportunidad, Estados Unidos consideró contar con información suficiente responsabilizando a Siria para lanzar un ataque aéreo pocos días después de forma solitaria, a modo de represalia: esta acción militar de Estados Unidos se dió en clara violación a la legalidad internacional: remitimos al respecto al análisis del Profesor Marko Milanovic (Universidad de Nottingham) titulado "The Clearly Illegal US Missile Strike in Syria" publicado en el EJIL-Talk y disponible aquí. Este mismo académico publicó un artículo similar llegando a las mismas conclusiones luego de la reciente acción colectiva objeto de estas reflexiones, diferenciando no obstante la posición del Reino Unido con relación a la de Francia y de Estados Unidos:

"To conclude, the UK’s humanitarian intervention argument is so bad even on its own terms that it is clear why the US and France chose to stay silent – no legal argument is in their view a better option than a palpably bad one"

(véase su texto titulado "The Syria Strikes: Still Clearly Illegal", publicado en EJIL-Talk y disponible  aquí).

Con respecto a la discusión que se dio en aquel mes de abril del 2017 en el seno del Consejo de Seguridad, remitimos al lector a nuestra breve nota titulada "Chemical weapons in Syria and UN Security Council: no resolution adopted. Would you like to know why?" y disponible aquí. En aquella ocasión, fueron tres las versiones de proyectos de resolución que circularon. Por parte de América Latina, los delegados de Bolivia y de Uruguay fueron los invitados a externar criterios sobre estas tres propuestas (véase el texto de las tres propuestas reproducidas en nuestra breve nota titulada "América Latina durante la discusión sobre armas químicas en Siria del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas" publicada en el sitio de Ius360 y disponible aqui).

Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/192300

domingo, 15 de abril de 2018

_- Washington no tenía permiso de ONU ni pruebas del uso de armas químicas por parte del Gobierno. Reacciones de rechazo mundial al ataque de EE.UU. a Siria.

_- Desde 2014 EE.UU. ha realizado varios acciones en contra de Siria. El viernes la ofensiva lanzada, también por Reino Unido y Francia, combinó ataques aéreos y misiles proyectados desde buques.

Naciones del mundo han repudiado el nuevo ataque de Estados Unidos contra Siria, perpetrado el viernes en coordinación con Reino Unido y Francia.
  1. "El pueblo sirio es un pueblo de paz, es un pueblo trabajador, no es un pueblo que quiera la guerra", resaltó el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. 
  2. Protestan en Estados Unidos contra ataque aéreo en Siria
  3. Los manifestantes sostenían carteles con frases como "No war on syria" ("No a la guerra en Siria").