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sábado, 27 de marzo de 2010

La monja, Luz Isabel Cueva presenció el asesinato de monseñor Oscar Romero el 24 de marzo de 1980 en El Salvador.

La monja, Luz Isabel Cueva fue una de las pocas personas que presenció el asesinato del monseñor Oscar Romero el 24 de marzo de 1980.
En el testimonio ofrecido a BBC Mundo sobre lo ocurrido aquel trágico día, la religiosa dijo que no sintió miedo, sino rabia.

Más sobre el obispo Óscar Romero. Y más aquí.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Pere Casaldáliga, "La esperanza debe ser creíble, activa, justificable y que actúe"

El pasado verano, un grupo de militantes de Ecologistas en Acción, ¿Quién debe a quién? y OMAL conocimos al poeta y obispo emérito Pedro Casaldáliga. Es, sin lugar a dudas, una de las personalidades más destacadas de la Teología de la Liberación.

Hace más de cuarenta años llegó a la región de Sao Félix de Araguaia, en Matto Grosso, Brasil. Había recibido educación franquista y había tenido contacto con la pobreza, primero en zonas obreras de Cataluña y luego en una breve experiencia en Guinea. Sin embargo, fue lo que encontró en Brasil lo que le hizo comprender que la lucha contra la injusticia suponía ponerse al lado de las personas empobrecidas y, por lo tanto, enfrentarse a los ricos terratenientes. Su primera carta pastoral se tituló "Una Iglesia de la Amazonia en conflicto con el latifundio y la marginación social". Esto, en una región de selva como aquella, significa apoyar al pequeño campesinado, a la población indígena y a la gente que sobrevivía de la pesca en los ríos, frente a los abusos de los terratenientes y, hoy en día, de las grandes transnacionales del agronegocio.

Esta actitud vital y política combativa le ha valido ser objetivo de numerosos atentados. Aún hoy, enfermo de Parkinson y con 81 años, continúa amenazado de muerte por defender el derecho de los indios xavante a recuperar su tierra, robada hace más de cuarenta años.

Nos sorprendió por su lucidez y su determinación pero, sobre todo, por su compromiso y la coherencia radical con la que vive, por convertir sus palabras en actos que se multiplican. Su análisis de la coyuntura internacional y nacional brasileira le ha llevado a complementar la Teología de la Liberación acercándola a la “Ecoteología”. Esta vertiente de la teología cristiana sostiene que, para vivir verdaderamente el compromiso, debemos defender del expolio a la naturaleza y a la gente más desfavorecida. Según sus propias palabras: ”A día de hoy, hay diferentes teologías de la liberación. Lo que se ha hecho es incorporar más explícitamente temas, sectores de la sociedad, de la vida, que antes no eran tan considerados. Han ido surgiendo las cuestiones asociadas a los indígenas, las mujeres, la ecología, los niños de la calle... Ahora, se trata de una teología enriquecida por las reivindicaciones de esos grupos emergentes, y por eso, la Teología de la Liberación ya es muy plural en sus objetivos, siempre dentro de la reivindicación de la liberación”.

Uno de los hechos que más ha denunciado a lo largo de su vida es la estrategia del gran capital brasileño, y por ende, mundial, que fomenta que las clases desfavorecidas se enfrenten entre sí, olvidando así quién es el verdadero enemigo. De este modo, pareciera que la lucha por la tierra que mantienen los indígenas colisionase con los intereses del campesinado, de las poblaciones descendientes de los esclavos, y todos ellos, a su vez, con el ambientalismo.

Casaldáliga sostiene que las luchas sociales deben acompañar a las ecologistas, puesto que no son más que una única lucha contra el capitalismo, que arrasa la naturaleza del mismo modo que las culturas y los derechos de los pueblos: “ Dentro de esta visión de globalidad descubrí por fin que el planeta es nuestra única casa. Y no hay modo de salvarnos nosotros si no salvamos el planeta. Mejor aún: es bueno recordar que podemos desaparecer completamente los hombres y el planeta seguirá. Hasta por egoísmo, diríamos, ahora nosotros sólo nos salvamos si es con el planeta ” . Su visión integradora tiene fuertes semejanzas con la ecología social: no se puede luchar por el medio ambiente olvidando a las personas que en él habitan y, del mismo modo, es un error metodológico y de fondo luchar por la humanidad sin proteger los distintos ecosistemas. Todo ello está entrelazado dentro del actual sistema económico y político que se sustenta en la destrucción de la vida.

Casaldáliga se ha caracterizado por el compromiso y por la austeridad... Berta Iglesias, Luis y María González Reyes Ecologista. Para leer todo el artículo clik en el titular.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Contrapuntos a 1989

El asesinato de los jesuitas y la herencia de 1979 en Nicaragua
Los 20 años de la caída del muro de Berlín han sido un buen pretexto para que la derecha repita hasta la saciedad lo de la “victoria” del capitalismo sobre el socialismo, debido a la superioridad del primero y a la intrínseca barbarie del segundo. Representativa de esta euforia resulta la siguiente opinión:

“Recordaremos el 9 de noviembre de 1989 como el año en que terminó la Guerra Fría, el capitalismo venció al comunismo por su mayor eficiencia económica, pero principalmente por su superioridad moral basada en la libertad de las personas” (Ramón Parellada, Siglo XXI, 12/11/2009).

Como contrapuntos a esta euforia, bien vale la pena recordar algunas cuestiones. En primer lugar, que “ganó” un sistema que mantiene en el hambre y la miseria a millones de personas y que destruye aceleradamente al planeta tierra. Es decir, vale la pena pensar que esta victoria del capitalismo (porque así ha sido pregonada desde muchos espacios) sobre el socialismo, ha sido la victoria del capital sobre el trabajo: una derrota para la vida de la humanidad y la de la naturaleza.

1 Para establecer algunos contrapuntos a esta “victoria”, conviene traer del recuerdo, entre muchos otros, dos memorias que resultan necesarias.

Esta cacareada “superioridad moral” del capitalismo es la misma que ha producido incontables crímenes y violaciones a derechos humanos para instalar o superar los obstáculos a la acumulación de capital así como a los intentos liberadores populares, por ejemplo, a través de dictaduras militar-empresariales como las existentes durante varias décadas en Latinoamérica. Un hecho que también se conmemora en estos días, ayuda a ver hasta donde llega esa “superioridad moral”. En noviembre de 1989, en el contexto de la ofensiva Hasta el tope que lanzó el FMLN, la desesperación del gobierno salvadoreño, apoyado por el gobierno estadounidense, le lleva al recurso de la realización de múltiples crímenes, en los que se incluyen el bombardeo indiscriminado a los barrios pobres de la ciudad de San Salvador. El 15 de ese mes, una unidad de élite del ejército salvadoreño entra en horas de la noche a la universidad Simeón Cañas y asesina fríamente a los jesuitas Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes, Juan Ramón Moreno, Amando López y Joaquín López y López, así como a Elba Ramos y su hija Celina. Al respecto, de la Corte indica lo siguiente:

“El crimen de la UCA simboliza a la perfección el destino de las incontables víctimas que la historia viene cobrándose desde el principio de la humanidad, “relato de pasión” que, como ya afirmó Walter Benjamin, hace de la memoria un deber indeclinable, antes que una tarea caprichosa y trivial” (2001: 19).

2 (Mariano González) Seguir aquí...

Para leer más.
Esta canción es un regalo que me han hecho...

miércoles, 14 de octubre de 2009

Fallece a los 95 años el teólogo Enrique Miret Magdalena

Heterodoxo y progresista, ejerció a lo largo de toda su vida una intensa actividad como profesor, escritor y conferenciante
(EFE / EP - Madrid - 12/10/2009)
El teólogo Enrique Miret Magdalena ha fallecido este lunes en Madrid a los 95 años tras una larga enfermedad, según han informado fuentes próximas a la familia. Químico de formación, orientó su actividad hacia la teología y la ética. Catedrático de Ética, ejerció a lo largo de toda su vida una intensa actividad como profesor, escritor y conferenciante experto en esos asuntos. Teólogo seglar, heterodoxo y autodidacta, se confesó católico agnóstico y se consideraba ante todo "un hombre de diálogo".
Nacido el 12 de enero de 1914 en Zaragoza, Miret Magdalena cursó estudios de bachillerato en el Liceo Francés de Madrid y se doctoró en Ciencias Químicas en 1943 en la Universidad Central de Madrid, ciudad en la que vivió la Guerra Civil refugiado en la Embajada de Paraguay por encontrarse inscrito en la lista de candidatos a ingresar en la Compañía de Jesús. Se dedicó profesionalmente a la especialidad de aislamientos térmicos y acústicos, pero pronto comenzó su labor como escritor, profesor y conferenciante experto en Teología, Ética y Sociología de la Religión y de la Familia y Juventud.
Su primer artículo -de los más de 2.000 que publicó- apareció en el periódico Informaciones y poco después comenzó a escribir en la revista Triunfo, en la que trabajó durante 20 años en la sección cultural-religiosa. Fue profesor en la Universidad Pontificia de Salamanca durante cinco años y en la Universidad de Comillas durante doce. Además, enseñó Psicología Moral en el Mary Ward College y fue director de la cátedra libre Pío XII en la Universidad Complutense de Madrid.
Fundador y miembro del consejo de redacción de la revista de ciencias sociales Sistema, fundó y dirigió también la revista Espiritualidad seglar, creó la revista Menores y colaboró en varias publicaciones para la juventud. También publicó artículos en periódicos y revistas de información general.
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